La todavía muy poderosa maquinaria del Revolucionario Institucional recibe los últimos ajustes para ser puesta en funcionamiento con 665 mil 410 operadores y representantes. Este vasto aparato en acción puede cerrar las diferencias entre el puntero en todas las encuestas por entre 12 y 22%, Andrés Manuel López Obrador, y el tercer sitio que todo indica ocupa José Antonio Meade, “porque no hay otro partido que tenga un implante verdaderamente nacional que esté presente en todos los estados y municipios, que ha probado una enorme eficacia”, advierte Alfonso Zárate en El Universal del día 21.

Enorme y eficaz maquinaria tricolor que tan no es para subestimarse que la jefa de la campaña de AMLO por Los Pinos y también para conquistar la mayoría en el Congreso, Tatiana Clouthier, no sólo la tiene bien contemplada, sino hace proyecciones de su alcance para la jornada del domingo 1: entre 5 y 6%, “pero seguimos trabajando para que a pesar de eso podamos salir avante y López Obrador llegue a la Presidencia. Morena ya tiene prácticamente cubiertas las casillas” (La Jornada, 24-VI-18).

Que todos los dioses juntos, incluidos los de nuestros pueblos originarios, amparen a la señora, porque un solo punto e incluso menos puede significar para Morena la pérdida de Veracruz frente a un experto en la coacción y la compra de votos como Miguel Ángel Yunes, quien puja por heredar la gubernatura a su vástago y para ello hace lo indecible. No digamos la de Puebla, donde el marido exgobernador “panista-perredista”, Rafael Moreno Valle, lucha por ser el “primer caballero” por medio de su esposa Martha Erika Alonso.

En todo caso la profusa difusión que tienen las encuestas en esta contienda electoral, las profesionales y también las realizadas al gusto del cliente, servirá para que René Juárez Cisneros y Aurelio Nuño Mayer no intenten sorprender con la compra de millones de votos, como insiste en denunciar AMLO que hizo Enrique Peña Nieto en julio de 2012, o las prácticas fraudulentas de julio de 2017 para que uno del Grupo Atlacomulco, Alfredo del Mazo III, gobierne el estado de México. Será harto difícil que les crean los resultados producto de la acción mercantil que usa y abusa de la miseria de 10 millones de mexicanos. Y, además, el malestar, enojo e irritación sociales limitan la credibilidad de las sorpresas priistas.

Mas el despliegue del gigantesco aparato tricolor no sólo obedece a que “es una manera de ser y no puede cambiar”, como sentencia Clouthier Carrillo, sino a que el PRI enfrenta la contienda más difícil de su octogenaria historia y el futuro inmediato más incierto, porque desde antes de la cita con las urnas está en curso la disputa por arrebatar la conducción del partido al grupo de Peña Nieto por parte de la corriente Democracia Interna y el impresentable Ulises Ruiz, exgobernador de Oaxaca, por los crímenes políticos que presuntamente cometió.

Sin embargo, la formidable maquinaria electoral tricolor, su Plan D y los 10 grupos que la integran difícilmente podrá sustituir la errática y contradictoria campaña de Meade Kuribreña, a pesar de que su diseño original era atractivo; el rechazo de ocho de cada 10 ciudadanos a votar por el Institucional; la bajísima anuencia ciudadana con el quehacer presidencial y la irritación popular a flor de piel con todo y el entusiasmo que genera la Selección mexicana, así como el negocio extraordinario que hacen con ella las 500 empresas más importantes de México, incluidas por supuesto firmas trasnacionales.

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