Agresión militar contra Venezuela está planificada antes de las elecciones de medio término de EEUU

01/10/2018
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Muchos son los temas y la dinámica de los acontecimientos me obligan a pronunciarme sobre tan espinoso tema. Señalé en mi anterior artículo que tocaría el tema sobre la marcha protagonizada por trabajadores y trabajadoras de Sidor, CVG Alcasa y otras empresas básicas de Guayana, en una lucha en contra del burocratismo, la corrupción y la conculcación de derechos laborales y mejoras salariales. Sin embargo, la contradicción principal nuestra con el imperialismo, obliga a posponer temporalmente el tratamiento de ese tema.

 

Luego de la extraordinaria movida política que algunos sugeríamos realizar al Presidente Nicolás Maduro (y el cual tomó en cuenta y ejecutó) además de pronunciar uno de los mejores discursos que le hayamos escuchado, y uno de los mejores que se hayan dado en el marco del 73 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), los aires guerreristas de los halcones de Estados Unidos, se han exacerbado y alebrestado.

 

Nicolás Maduro ha hecho lo que esperábamos de él en el marco de la actual coyuntura. Acudió valientemente a Naciones Unidas y dejó el nombre de Venezuela en alto. Asimismo, acudió a unos eventos con comunidades en la ciudad de Nueva York, desafiando la supuesta orden de captura internacional que la ex Fiscal Luisa Ortega Díaz y el grupo de abogados en el exilio y que pretenden usurpar funciones de magistrados del Tribunal Supremo de Justicia promovieron. La presentación del presidente Maduro en Naciones Unidas, echó por tierra y pulverizó la “legitimidad” de estas instancias para estatales.

 

Maduro con su presencia en Naciones Unidas, precedidas de una exitosa visita de Estado a la República Popular China, donde ratificó su alianza con el gigante asiático, y previa a su alocución ante el máximo foro internacional, sostuvo un importantísimo encuentro con el canciller ruso, Serguei Lavrov, escaló y constituyo un verdadero aldabonazo a la terrible crisis que afronta la administración Trump, la cual estaremos comentando un poco más adelante.

 

Indudablemente, y eso seguramente está en los cálculos del Primer Mandatario venezolano, su intervención ante Naciones Unidas, generarían la previsible reacción por parte del gobierno estadounidense, de aumentar las amenazas hacia la estabilidad democrática venezolana. Pasamos a describir algunos posibles acontecimientos que sostienen esta afirmación.

 

El imperialismo ha mostrado su crisis y verdadero desespero, ante lo que en varios artículos y varios analistas hemos venido sosteniendo, sobre la nueva oleada de gobiernos progresistas y revolucionarios que se avizoran en el horizonte suramericano y caribeño. De ahí la persecución de líderes de la talla de Lula Da Silva, Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Correa y otros tantos, con el fin de cerrarles el camino y mantener la hegemonía de gobiernos serviles a los intereses de Estados Unidos.

 

De ahí, que habrá una primera prueba de fuego, con la primera vuelta de las elecciones presidenciales, legislativas y regionales a escenificarse en Brasil el próximo 7 de octubre de 2018 (casualmente cuando en Venezuela recordemos los seis años del último triunfo electoral en vida del Comandante Hugo Chávez). Y pese a la argucia jurídica de las más altas instancias jurisdiccionales de Brasil, que inhabilitaron la candidatura de Lula, Fernando Haddad, sustituto de Da Silva y abanderado del Partido de los Trabajadores y de la izquierda brasilera, ha venido remontando la cuesta y cerrando la brecha con respecto al candidato de la derecha, Jair Bolsonaro, hasta el punto de que lo dan triunfador en una segunda vuelta a escenificarse el 28 de octubre, representaría, a mi juicio, el inicio del cambio de la correlación de fuerzas de gobiernos en el continente, desfavorable para los intereses de Estados Unidos y favorable para los intereses de la República Bolivariana de Venezuela.

 

Igualmente, pudimos observar como luego del extraordinario discurso de Maduro ante Naciones Unidas, dicha intervención trató de ser minimizada por la aprobación de una resolución por parte de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, que contribuye a legitimar el relato de la justificación de una intervención militar internacional de tipo “humanitario” sobre Venezuela. Veintitrés países votaron a favor de esa resolución, 17 se abstuvieron y 7 votaron negativamente la misma.

 

Si bien es cierto que la aprobación y votación de dicha resolución ha sido utilizada como parte de la campaña mediática internacional para legitimar la intervención e injerencia sobre Venezuela; dentro de la legalidad internacional no tiene efectos prácticos sobre la situación que afronta el país, ya que la misma debió haber sido aprobada y votada por 47 países que integran la Comisión, y la aprobaron 23 como ya lo señalé. Es decir, un caso muy similar a las votaciones que se han promovido desde la Organización de Estados Americanos (OEA) y su Secretario General, Luis Almagro, para aplicarnos la Carta Interamericana Democrática (CID) y pese a que la votación de gobiernos en esa instancia nos ha resultado desfavorable, no reúne el quorum mínimo para que la misma sea aplicada. Lo mismo ocurre con esta resolución que citamos.

 

Pero lo que si debe encender las alertas y alarmas es el radiograma firmado por el teniente coronel de la Fuerza Aérea colombiana, Juan David Chacón Rodríguez, Comandante de la Fuerza de Batería CCCFA de fecha 26 de septiembre de 2018, es decir, de hace tres días para el momento en que escribimos estas líneas, donde se ordena el acuartelamiento de tropas y unidades de las Fuerzas Armadas en el corredor fronterizo colombo- venezolano.

 

Simultáneamente a estas acciones, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence justificaba esta acción de los componentes armados neogranadinos, ante la supuesta movilización de tropas ordenada por el Presidente Nicolás Maduro, para salvaguardar nuestra frontera.

 

Asimismo, y cabe destacar dentro de lo que es el frente internacional, que el próximo 18 de noviembre de 2018, en el tribunal internacional de La Haya, le corresponde a la República Cooperativa de Guyana presentar su “memoria”, que no son más que los alegatos sobre los que sustenta su reclamación del territorio Esquivo, el cual disputa con Venezuela. Dicho tema formará parte de la denominada “Estrategia de Tenaza”, y parte de la generación de eventos fronterizos de países vecinos con Venezuela, como forma de legitimar una eventual intervención militar de carácter humanitario sobre Venezuela.

 

Igualmente, cabe destacar la reunión del G-20 a realizarse en Buenos Aires (Argentina) los días 30 de noviembre y 1 de diciembre de 2018, donde acudiría a dicha reunión el presidente estadounidense Donald Trump. Una vez que finalice su participación en dicho foro internacional, el mandatario estadounidense visitará Colombia. Dicha visita de Estado había sido pospuesta en marzo de 2017, debido al ataque realizado por Estados Unidos a Siria en ese mes. Indudablemente que uno de los temas a tratar por Trump con el presidente colombiano Iván Duque es el tema de Venezuela y de cómo continuar generando las condiciones para un “falso positivo”, que legitime una eventual acción militar en contra del país suramericano.

 

En lo que concierne al frente interno en el país, el retorno a clases a partir del 01 de octubre de 2018 de estudiantes de educación media y diversificada, aunado a la activación de ciertos gremios laborales y sindicales, aprovechándose las situaciones presentadas con beneficios salariales y contractuales, pretenderán activar y desarrollar un posible accionar subversivo bajo la modalidad de protestas, como parte de la estrategia articulada con actores internacionales, a fin de legitimar la injerencia e intervención sobre el país.

 

Asimismo, no podemos perder de vista la próxima campaña electoral y la realización de los comicios para elegir a los y las integrantes de las 335 cámaras municipales en Venezuela el próximo 9 de diciembre de 2018. Tal y como lo ha advertido en innumerables oportunidades la economista Pascualina Curcio, esto evidentemente se traduciría en escalamiento del acaparamiento, especulación, escasez inducida, con el fin de incrementar los niveles de abstención y deslegitimar el proceso electoral, con el fin de aumentar las presiones internacionales sobre Venezuela.

 

Pero, hay un escenario que he planteado en anteriores artículos, y que ya en algunos medios de comunicación y actores políticos vinculados con sectores de oposición han venido proyectando, y es que ante la posibilidad de que los comicios municipales de diciembre no despierten el entusiasmo y la participación que se espera, se decida la realización del referendo aprobatorio de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, con el blindaje y mejoras que le realiza la Asamblea Nacional Constituyente, para la misma fecha de las elecciones de concejales y concejalas. Este escenario, sin duda, plantea la polarización del debate político en el país, lo que representaría un proceso de rearticulación y reorganización de las fuerzas opositoras. A su vez, habría un escalamiento en la actual Guerra Económica (acaparamiento, especulación, escasez inducida, hiperinflación) con el fin de minar la confianza en el proyecto bolivariano, y lograr tal y como ocurrió en el 2007, derrotar a las organizaciones afines al proyecto político promovido por el Gobierno Nacional en la propuesta de reforma constitucional promovido por el Comandante Chávez en ese año, dándole, además, un carácter plebiscitario de este referendo con respecto a los resultados de los comicios legislativos y presidenciales realizados el 20 de mayo de 2018. En caso de que la coalición política del Frente Amplio de la Patria triunfe en los comicios municipales y en este hipotético referendo; de acuerdo a los niveles de abstención y a la correlación de fuerzas en el continente, puede ser utilizado por parte de actores nacionales e internacionales para desconocer los resultados de los mismos, contribuyendo a un aumento de las presiones a nivel internacional y el establecimiento de nuevas medidas coercitivas unilaterales, a fin de concretar un cambio de régimen en Venezuela.

 

Pero decidí dejar, para el final de este artículo, y por ello el artículo que el mismo lleva, luego de esta evaluación y análisis de coyuntura nacional e internacional, señalando lo que a mi juicio es la razón principal que impulsaría la agresión militar contra el país. El 6 de noviembre de 2018, se realizarás las elecciones de “medio término” en Estados Unidos, donde se renovará totalmente la cámara de representantes, y un tercio de la cámara del senado del parlamento estadounidense, además de la elección de la mitad de gobernadores en ese país. Indudablemente, el presidente Trump necesita concretar el ataque contra Venezuela antes de esa fecha, a través de la estrategia de una guerra rápida y derrocar al Presidente Maduro, con el fin de recuperar un tanto su imagen y maltrecha popularidad, con el fin de obtener mayoría parlamentaria en el senado de su país, y viabilizar su candidatura a la reelección en el año 2020.

 

Asimismo, Trump iniciará a partir del 11 de noviembre que lo llevará a varios países de Asia, Europa y América, a fin de reconstruir el dominio de la hegemonía estadounidense y del espectro global a escala planetaria.

 

Por ello, creo que nos espera un mes de octubre bastante convulso y complejo, con amenazas y debilidades que sin duda estarán a la orden del día, aunque no por ello, exento de oportunidades y fortalezas.

 

Teniendo claro estos escenarios, no nos queda otra cosa que prepararnos para así hacer frente a estos retos que se nos avecinan.

 

Juan Martorano

Abogado, activista por los Derechos Humanos, militante revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas

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jmartoranoster@gmail.com

 @juanmartorano

 

 

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