Chile: Conflicto mapuche (I)
- Análisis
(Parte 1)
I.- ARAUCO TIENE UNA PENA…MÁS
Aún no se disipa la indignación en Chile y el mundo producto del injustificable asesinato del joven mapuche Camilo Catrillanca el 14 de noviembre pasado a manos de Carabineros (policía uniformada). El primer asesinato de un mapuche bajo el gobierno derechista de Sebastián Piñera, se vivió como la crónica de una muerte anunciada. Un desenlace esperado, por la instalación en junio, con gran pompa, del controvertido Comando Jungla, en plena Araucanía. Un Comando entrenado, por su letal homónimo Colombiano, especializado en la guerra contra el narcotráfico y la guerrilla. Un crimen de Estado inscrito, según sus detractores en una escalada militarista, de ribetes racistas, en favor de empresas forestales y latifundistas. ¿Cuáles perspectivas? ¿Cuál solución? Todo indica que sin repensar el territorio chileno, el conflicto mapuche continuará. Crónica de injusticias de siglos.
El asesinato de Camilo Catrillanca
La indignación ante el nuevo asesinato de un comunero Mapuche, un weichafe ajusticiado, se volcó en numerosas movilizaciones, violentamente reprimidas en todo Chile. Movilizaciones que unificaron, los movimientos sociales: feministas contra la violencia de género; de derechos humanos, estudiantiles (Confech y COEM); laborales (CUT); ambientales, contra las llamadas zonas de sacrificio. Hasta el futbol se movilizó, por el minuto de silencio de Jean Beausejour Coliqueo.
Un asesinato denunciado por la prensa (BBC, Le monde) y organismos internacionales (CIDH, Amnistía Internacional). De paso en Nueva Zelandia, Piñera hizo el saludo Maorí, pero debió enfrentar las protestas por el asesinato del comunero Mapuche en su país. A un mes del asesinato de Camilo Catrillanca, los banderazos y cacerolazos siguen resonando, pese a la fuerte represión de Carabineros.
La cólera fue exacerbada por el burdo tejido de mentiras de Carabineros para encubrir el crimen como un enfrentamiento. Resabios persistentes de otra época. La manipulación de pruebas recuerda los falso mensajes de celular atribuidos a la Coordinadora Arauco Malleco (CAM) en la reciente Operación Huracán.
Y es que la falsa versión inicial de carabineros fue apoyada por el Gobierno Piñera: Desde el jefe de la Araucanía, Luis Mayol hasta el Ministro del Interior Andrés Chadwick, que ejercía como la más alta autoridad política del país en ausencia de Piñera. El Director de carabineros Hermes Soto, nombrado por Piñera en marzo, insistió que Catrillanca murió en un enfrentamiento.
La burda manipulación duró hasta que el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y la jueza Sandra Naheuelcura confirmaron que fue un homicidio. Uno de los Carabineros inculpados, Carlos Alarcón, reconoció que la tarjeta que grabó el asesinato fue destruida, por orden superior.
Los hechos verdaderos y las exigencias de renuncia, gatillaron la primera crisis del Gobierno Piñera y de su Plan Araucanía.
Una crisis política
El gobierno Piñera lanzó la gestión de crisis, para controlar la agenda política frente acríticas de partidos de oposición. Cayo su popularidad y la de su gobierno a lo más bajo en su mandato (38%), la de carabineros cayó en 25 puntos.
Por un lado, acusó de oportunismo por usar la muerte de Catrillanca. Renunció el Intendente Luis Mayol, que fuera ministro de la agricultura en el primer gobierno de Piñera, declarándose chivo expiatorio. Se echó la culpa a las mentiras de 11 oficiales dados de baja y cuatro carabineros procesados que mintieron, pero no al Director de la policía uniformada.
La diputada de oposición de origen Mapuche-Huiliche, Emilia Nuyado (PS) consiguió interpelar el Ministro Chadwick el 11 de diciembre. Pero Chadwick, no asumió ninguna responsabilidad política por ocultar información y por el asesinato mismo, si conservó su puesto. Lo que queda es la creación de una comisión investigadora por muerte de Catrillanca que entregará su informe en abril.
Piñera apostó a controlar la crisis aceptando retirar el Comando Jungla. Pero anunció su remplazo por Fuerzas Especiales de Carabineros. Las mismas unidades a las que pertenecían quienes fueron entrenadas en Colombia y que han controlado la seguridad en la región desde hace años.
Opositores, como el otrora jefe de la región durante el gobierno de Michelle Bachelet, Francisco Huenchumilla (PDC), consideró era una señal importante. “Una buena noticia según, Giorgio Jackson (FA-RD). Remueve un obstáculo al diálogo, Ricardo Celis (PPD). Otros fueron más cautos: El PC, monitoreará si ello se traduce en dialogo efectivo. Aucán Huilcamán (Consejo de todas las tierras), como paso en la buena dirección. El padre de Camilo Catrillanca no cree que se termine la militarización y que haya dialogo. Héctor Llaitul de la CAM considera que las Fuerzas Especiales, incrementarán la disputa territorial.
¿Aquí no pasó nada?
El gobierno terminó circunscribiendo la crisis a problemas de funcionamiento de carabineros, como señala Harald Beyer. Por lo pronto, dos inculpados están en prisión preventiva, los otros dos fueron liberados. Se mantienen los problemas de carabineros, como institución (venta de armas a delincuentes; fraudes; abusos de poder; falta de control; privilegios; impunidad),
La protesta por el asesinato de Camilo Catrillanca y la exigencia de desmilitarización de la Araucanía, hizo retroceder al gobierno. Pero Las Fuerzas Especiales, seguirán aplicando la ley antiterrorista que criminaliza la lucha por la recuperación del territorio robado a los Mapuche.
A pesar de ello, Piñera sufrió fuego amigo. Porque cedió ante grupos de interés y deja sin resguardo individuos y empresas según Marcelo Zirotti (SOFO) y la pinochetista, Camila Flores (RN). El presidente de RN, Mario Desbordes, lo ve como una derrota porque los mapuches armados hay que enfrentarlos con lo mejor. El fascista José Antonio Kast, criticó una derecha light que se guía por las encuestas. Su fascista partido Acción Republicana acogió el UDI Ignacio Urrutia. Los Pinochetistas se revelan. Piñera derechiza y rompe la promesa de gobernar concitando grandes consensos.
El asesinato de Camilo Catrillanca, desplomó el Plan Araucanía, una promesa emblemática de Piñera. Aunque insista en mantener sus cuatro pilares: (1) dialogo de acuerdos; (2) desarrollo económico y social; (3) revalorización y reconocimiento de los pueblos originarios; es el (4) la seguridad, el que predomina.
Perdió interlocutores como la Asociación de Municipios con Alcaldes Mapuche. Reunidos, (Futa Txawun) lonkos y dirigentes mapuches suspendieron todo diálogo con Piñera. Reiteraron las exigencias de desmilitarización de la zona; de restitución de los territorios; de creación de una comisión de esclarecimiento histórico y; el respeto al derecho a la libre determinación. La declaración Llamaron a seguir con la desobediencia y movilizaciones. Se volvió a fojas cero.
Un conflicto de facetas múltiples
Las consecuencias del asesinato de Camilo Catrillanca penarán el gobierno Piñera. Fracasó su violenta estrategia de pacificación del Wallmapuche. También la del trabajo con los buenos mapuches mediante el Plan Araucanía.
Los grandes planes de la industria forestal acrecentarán la violencia. Entre otros, el controvertido MAPA (modernización y ampliación de la planta Arauco). El proyectado aumento de superficies plantadas para triplicar la producción de pulpa de celulosa de la más grande planta de Latinoamérica provocará un terrible impacto ambiental, social y económico, que será combatido por las comunidades mapuches.
Para muchos, el problema es un modelo forestal no sustentable. Y es que detrás del asesinato de Camilo Catrillanca están los intereses de una industria forestal, ávida de territorios de comunidades mapuches. Con 3,5% del PIB la forestal, del duopolio de los grupos Angelini y Matte, es la segunda actividad económica del país. Al centro del modelo neoliberal exportador de materias primas instalado bajo la dictadura pinochetista. Un modelo económico agotado, que profundiza la crisis climática y las desigualdades sociales.
El asesinato de Camilo Catrillanca atrae la atención a los crímenes de estado recientes, en democracia. Revela aristas y las fake news de la historiografía chilena, las injusticias de siglos contra los mapuches. Las luchas comunes de colonos, campesinos y mapuches. El impacto de normas internacionales sobre pueblos indígenas suscrito por Chile. Y muchos otros aspectos.
Detrás de las piruetas del gobierno Piñera y de los gobiernos civiles desde 1990, se interpela la izquierda chilena, tradicional o moderna. El repensar Chile desde el agotamiento y crisis del neoliberalismo económico, político y social. Lo inviable del modelo extractivista y exportador neoliberal por la crisis climática; la profundización de las desigualdades sociales. De repensar la participación ciudadana; la despolitización y el desencanto por el común. Exploraremos pistas en la Parte 2.
http://marcelosolervicens.org/2018/12/chile-conflicto-mapuche-parte-1-catrillanca/#more-1515
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