Pensar como mujeres campesinas
- Opinión
Entrevisté Iridiani Seibert en Derio, Euskadi, en julio del 2017, en la Asamblea Internacional de Mujeres de La Vía Campesina donde ella, como representante del Movimiento de Mujeres Campesinas del Brasil y centenares de mujeres campesinas más, llegadas de todos los rincones del planeta, estuvieron reunidas para abordar las líneas estratégicas de los próximos años. Lo que me trasladó se puede resumir en una frase: “Nuestra manera de pensar como mujeres campesinas es radicalmente opuesta a la hegemónica”.
Esta manera de pensar “como mujeres campesinas” la han estudiado largamente investigadores como Marta Soler y David Pérez, de la Universidad de Sevilla y la Universidad Pablo Olavide, respectivamente. Cómo explican en sus artículos, cuando una pequeña campesina brasileña critica la agricultura basada en la explotación de las tierras con abuso de fertilizantes químicos y pesticidas; cuando no entiende una ganadería con animales en régimen de prisión; cuando cuestiona los negocios que se hacen con bienes colectivos como los ríos o las semillas; cuando, en definitiva, cuestiona el individualismo y las ansias de acumulación de beneficios que ponen en peligro la supervivencia de la vida; lo que están describiendo mujeres como Iridiani, según Marta y David, es una manera de pensar ‘ecofeminista’ de la cual podemos aprender mucho.
En primer lugar porque pone en evidencia el antropocentrismo, un sentimiento de la sociedad occidental que considera al ser humano el centro de todo, un tipo de dios sobre la Tierra y, por lo tanto, con ‘permiso’ para dominar la naturaleza y someterla a sus más caprichosas necesidades. En segundo lugar, porque visibiliza la tendencia de la sociedad occidental a situar su cultura y manera de hacer por encima de culturas a las cuales desprecia (las “otras” culturas), por ejemplo, en su manera de relacionarse con la Madre Tierra o Pachamama. En realidad un etnocentrismo que también ejercemos –sin atravesar fronteras– hacia nuestras propias culturas rurales, que no dejamos de ridiculizar e ignorar. Finalmente porque nos muestra cómo, desde un sesgo androcéntrico, es decir el predominio de la mirada de los hombres sobre la mirada de las mujeres, la sociedad privilegia el hecho productivo y el ámbito público mientras infravalora las tareas de reproducción de la vida que suceden en el ámbito privado, como por ejemplo la cocina diaria o la compra de alimentos.
Ahora que el feminismo de la igualdad y en contra de la violencia de género está contagiando a buena parte de la sociedad, ponernos las gafas del ‘ecofeminismo’ o ‘feminismo campesino popular’, como lo denominan las mujeres de La Vía Campesina en América Latina, es una oportunidad para construir una nueva estrategia civilizatoria que hay que asumir urgentemente. Y digo todo esto porque escuchando los debates de los partidos políticos alrededor del 8 de marzo y ahora en los debates electorales, siento decepción. Las posturas de los partidos políticos que, en teoría, abrazan el feminismo tienen un recorrido para hacer todavía muy largo. A la derecha le pregunto si, más allá de rechazar la violencia de género, entiende que el feminismo propone la defensa de la diversidad frente a la globalización uniformizada, antepone la vida al capital y apuesta por compartir, rechazando competir. A la izquierda le pregunto si entiende que el feminismo, cuando dice ‘poner la vida en el centro’, está cuestionando el crecimiento infinito y planteando la necesidad de un decrecimiento, está poniendo la ética a gobernar la ciencia y no al revés, y pide cambios radicales más allá de las actuales propuestas de ‘capitalismo verde’.
Cómo dicen Marta y David, “la agricultura y la alimentación tienen un papel geoestratégico, puesto que la manera como una sociedad se alimenta construye y refleja los otros ámbitos de organización social”. Entonces, abracemos el feminismo como las mujeres campesinas abrazan los ríos, estrechamente.
Original publicado en Diari ARA. Pensar com a dones pageses.
https://gustavoduch.wordpress.com/2019/04/30/pensar-como-mujeres-campesinas/
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