El jueves 12 de diciembre van a darse las elecciones generales más importantes de nuestra generación. Pueden votar todos aquellos residentes en Reino Unido que tengan ciudadanía británica, irlandesa o de cualquiera de los otros 53 países de la Commonwealth. Ciudadanos con pasaportes europeo o latinoamericano aunque no puedan votar pueden participar en las elecciones influyendo sobre sus amistades, familiares u otras personas.

En Reino Unido no se vota directamente por el primer ministro, sino por el candidato de su distrito electoral. No existe representación proporcional ni segunda vuelta. Hay 650 distritos electorales y muchas veces los electores no optan por el candidato de su preferencia, sino por aquel que tiene más posibilidades de derrotar al candidato que a él o ella menos le gusta.

En este parlamento, así como en la mayoría de todos los anteriores, más del 85% de las bancas han quedado repartidas entre los dos grandes partidos: el laborista y el conservador. Además se encuentran los liberales demócratas que en las elecciones pasadas sacaron 8 de las 650 bancas (pero acabaron con 20), los verdes (1 banca) y el del Brexit (0 bancas), más una serie de parlamentarios independientes y significativas bancadas para los partidos nacionalistas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte que quisieran separarse del Reino Unido, así como para los unionistas probritánicos de Irlanda del Norte.

Después de las elecciones, la reina Elizabeth II invita a su palacio al líder del partido que pueda comandar una mayoría de los 650 miembros electos de la cámara de los comunes. Todo indica que ella tendrá que escoger entre el conservador Boris Johnson y el laborista Jeremy Corbyn.

El primero propone que va a consumar el Brexit para enero 2020 y dar paso a un sistema de inmigración muy selectivo basado en el de Australia, mientras que el segundo sostiene que va a buscar una nueva negociación para mantener muchos elementos de mercado común y unión aduanera con Europa para luego dar paso a un referendo confirmatorio donde ha de poder estar la opción de seguir en la UE.

En cuanto a cuestiones económicas los conservadores postulan abiertamente un programa capitalista que busque levantar las inversiones, lograr broadband en todos los rincones de las islas y mantener inversiones en el NHS y las pensiones, mientras que el laborismo pide acabar con las políticas de ajuste, eliminar las matrículas universitarias y el pago de prescripciones médicas, subir los salarios a 10 libras la hora y dar broaband gratuito.

Los liberales demócratas y los verdes han hecho un pacto electoral para apoyarse mutuamente a fin de combatir a los candidatos que proponen el Brexit. Por su parte, el Partido del Brexit de Nigel Farage ha retirado sus candidatos de aquellas zonas donde hay conservadores que buscan ser reelectos a fin de maximizar el voto pro-Brexit.