Almagro: Nuevamente un trago amargo (I)

09/03/2020
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La designación del nuevo Secretario General de la OEA y su adjunto, está prevista para los próximos días de marzo 2020 en una Asamblea General, donde participan 34 países miembros activos de la Organización, donde el ganador deberá contar con al menos 18 votos.

 

La Organización de Estados Americanos (OEA) fue creada en 1948 cuando se suscribió, en Bogotá, Colombia, la Carta de la OEA, que entró en vigencia en diciembre de 1951.

 

Posteriormente, la Carta fue enmendada por el Protocolo de Buenos Aires, suscrito en 1967, que entró en vigencia en febrero de 1970. Luego, de pasar por varios Protocolos suscritos, finalmente, la Carta de la OEA fue enmendada por el Protocolo de Washington en 1992 y entró en vigor en setiembre de 1997.

 

Algunos de sus propósitos esenciales son:

 

1. Promover y consolidar la democracia representativa dentro del respeto al principio de no intervención.

 

2. Prevenir las posibles causas de dificultades y asegurar la solución pacífica de controversias que surjan entre los Estados miembros.

 

3. Procurar la solución de los problemas políticos, jurídicos y económicos que se susciten entre ellos.

 

4. Su objetivo fundante es lograr en sus Estados Miembros, como lo estipula el Artículo 1 de la Carta, un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia.

 

En el punto 1, cuando se habla de no intervención, es lo que hace enfáticamente su Secretario General, Luis Almagro Lemes, al intervenir groseramente en los asuntos internos de América Latina; así como tampoco busca asegurar una solución pacífica a la situación latinoamericana, ni solucionar sus problemas.

 

La OEA es hoy la antigua ALCA, la cual se debe sepultar, para que deje de dar esos bochornosos actos de servilismo al imperio estadounidense, como lo hace su peón Almagro.

 

Luis Leonardo Almagro Lemes, nacido en Cerro Chato, Paysandú, Uruguay, el 1 de junio de 1963, es abogado, diplomático, escritor, político uruguayo, fue Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay durante el gobierno de José Mujica y embajador de su país en China (2007-2010) durante el primer gobierno de Tabaré Vázquez.

 

El 18 de marzo de 2015, Luis Almagro se convirtió en el nuevo Secretario General de la OEA, hasta el día de hoy, con la promesa de “reestructurar” y “rescatar la legitimidad del organismo”. Pero la postura que asumió, lo apartó totalmente de sus incumplidas promesas.

 

Su errática actuación en la OEA se muestra cuando cuestiona insistentemente los procesos electorales en América Latina y nunca los de EEUU, y vergonzosamente apoyando a éste en su papel de instrumento de dominación hacia los gobiernos latinoamericanos, desacreditando partidos y gobiernos, impidiendo y entrometiéndose en elecciones legales y derrocándolos del poder, a toda costa.

 

Expertos aseguran que “Luis Almagro ha hecho honor a su origen político, surgido en un partido de la derecha uruguaya en cuyas filas se formó y militó durante años, aunque después “mutara” hacia la izquierda”.

 

Los pueblos de América Latina se cansarán de esperar que Luis Almagro y la OEA condenen a aquellos gobiernos en la región que hoy pretenden el retorno de sus países “a la larga noche neoliberal”; Almagro y la OEA pretenden esconder su verdadera fachada: “un mecanismo servil a Washington, y un obstáculo al desarrollo y bienestar de los pueblos de América Latina y el Caribe”. Su Secretario General no es más que una marioneta que sigue el guion dictado por Washington.

 

En las elecciones de este próximo 20 de marzo, Almagro pretende reelegirse, aunque sus contrincantes y críticos son el embajador del Perú en Estados Unidos, Hugo de Zela, y la ex cancillera ecuatoriana María Fernanda Espinosa, en una región que ha estado agitada por protestas, elecciones aparentemente controvertidas y Venezuela como tema divisivo.

 

Recalcamos que Almagro luego de practicar políticas de odio y de injerencia en la región durante cuatro años, en los que acumuló una larga lista de intromisiones para derrocar gobiernos progresistas y apoyó a grupos contrarrevolucionarios; lo que colmó la copa fue la controversia de las últimas elecciones en Bolivia donde, en principio apoyó la reelección del expresidente Evo Morales, que luego tuvo que abandonar el poder después de que las Fuerzas Armadas lo forzaran a dejar el cargo tras irregularidades advertidas por la misión de la OEA.

 

Posiciones diversas ante su elección

 

1.Lo cierto es que, hasta hace pocos días, un buen número de analistas consideraban que el ex canciller uruguayo del gobierno de José “Pepe” Mujica seguiría al frente de la Organización, pero las opiniones cambiaron luego de conocerse la verdad sobre el dictamen de la OEA, mentiroso y fraudulento, sobre los resultados de las elecciones presidenciales en Bolivia. Su irresponsable actitud y su alianza con los sectores de derecha local y EEUU fueron parte del golpe de Estado contra el presidente Evo Morales.

 

3.La Argentina, según supo Clarín, no avala la reelección del uruguayo, pero aún no tiene decidido si votar a De Zela o Espinosa.

 

5. Cuando faltan pocos días para las elecciones, varias naciones de la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom), así como México y Argentina han calificado de negativa la gestión del actual Secretario General.

 

7. Almagro ha demostrado su incapacidad para ejecutar los planes injerencistas de EEUU en Latinoamérica, y por ello es muy posible que pierda las elecciones de este mes, se convenció de que, por muy pronorteamericano que sea, si la Casa Blanca entiende que ya no le sirve, le quita el respaldo.

 

En la segunda parte de este artículo, abordaremos otros aspectos de esta polémica elección.

 

 

https://www.alainet.org/en/node/205130
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