El acuerdo con O’Brien viola el Tratado de Neutralidad, el Derecho Internacional y la Constitución de Panamá
- Análisis
Para conocer qué vino a hacer a Panamá el Consejero de Seguridad del Presidente Donald Trump, Robert O’Brien, acompañado del almirante Craig Faller, del Comando Sur de EUA; de Mauricio Claver-Carone, director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental y de Adam Boehler, director general de la Corporación Financiera de Desarrollo Internacional de EUA, revisemos sus antecedentes y contextualicemos.
¿Quién es O’Brien? ¿Cuáles son los antecedentes inmediatos de su misión? ¿Qué hizo en Panamá? ¿Qué significan sus actos a la luz del Derecho Internacional y la Constitución de Panamá?
Robert O’Brien es el cerebro detrás de los ataques a Rusia y de la guerra contra China, especialmente a cargo de castigar a quienes no sigan las directrices contra Pekín, de conformidad con el Clean Network Program, bajo la campaña “América Crece” (“América” es eufemismo para EUA).
Mauricio Claver-Carone es candidato sumamente cuestionado a la presidencia del BID por un sector representativo de la región. El cubano nacionalizado “gringo” promueve el plan “Regreso a las Américas”, que propone la reinstalación en América Latina de empresas americanas que se mudaron hace décadas a China. O’Brien y Claver-Carone tienen la misión de sabotear a China en toda la región, iniciando con Panamá.
La misión de O’Brien estuvo precedida por David Malpass, Subsecretario para Asuntos Internacionales del Departamento del Tesoro, quien vino a un año de la apertura de relaciones de Panamá con China (17 de julio de 2017), el 17 de agosto de 2018.
David Malpass suscribió un Memorándum de Entendimiento (MDE) bajo el presidente Juan Carlos Varela en el cual se acuerda ampliar el papel de Panamá como plataforma de distribución de gas natural licuado a Centroamérica y el Caribe, un malpaso para Panamá al que Hugo Chávez ofreció (dicha instalación) a nuestro país en el gobierno de Martín Torrijos, que no aceptó.
Por su parte, O’Brien suscribió el 17 de agosto de 2020 también un Memorándum de Entendimiento (MDE) con Panamá, esta vez bajo el presidente Laurentino Cortizo.
La gran diferencia con su antecesor es que O’Brien añadió el entendimiento de que ambos países acordarían promover el capital privado de EUA en “obras de infraestructura”, las cuales incluyen, “recursos hídricos, carreteras, ferrocarriles, puertos, aeropuertos, instalaciones logísticas, transmisión de electricidad” (Sección 2-B). Mejor dicho, casi todo.
Sin embargo, el MDE de O’Brien viola la Declaración Conjunta suscrita por el presidente Xi Jinping y el presidente Juan Carlos Varela cuando el primero visitó a Panamá el 1 de diciembre de 2018. En aquella ocasión, como expresamos en La Estrella de Panamá:
“La Declaración Xi-Varela afirma, además, que Panamá se incorpora a la iniciativa de la Franja y la Ruta como socio complementario para promover el diálogo y la cooperación en la región; da la bienvenida a las empresas chinas para proyectos de inversión y establecer sedes en toda América Latina y el Caribe y pone a disposición de China su plataforma logística para propiciar un mayor intercambio comercial con Asia (Julio Yao, La Estrella de Panamá, 13 de diciembre de 2018)”
Por lo tanto, el MDE de O’Brien se opone a la Declaración Conjunta de los presidentes de Panamá y China y carece de validez jurídica.
Por supuesto, O’Brien no omitió mencionar los ataques recurrentes y cansinos contra Cuba, Nicaragua, Venezuela, Irán, Norcorea y China, con calumnias y difamaciones directas al Partido Comunista en Pekín (ésta fue cortesía de la embajada de EUA), que son violaciones al Derecho Internacional, como lo serían si cualquier gobierno del mundo expresara juicios negativos sobre el Partido Republicano o la Casa Blanca.
Sobre los países citados, O’Brien, como es usual, habló también en privado, haciendo que Panamá desista de su solicitud de ayuda médica de Cuba para la pandemia y presionó contra el presidente Nicolás Maduro, a quien acusó de “narcotraficante”.
¿Cuál es el propósito más importante del MDE de O’Brien?
A nuestro juicio, O’Brien intenta prohibir y de hecho obstruye la presencia de China en Panamá y el Canal (que no son ya de la competencia legítima de EUA porque es exclusivamente nuestro), impidiendo que aquélla colabore en el desarrollo de Panamá y que la neutralidad verdadera de la vía acuática, hoy bajo la hegemonía y la seguridad nacional de EUA, sea imposible.
El Tratado de Neutralidad, vigente ad perpetuam, obliga a Panamá a no exponer el Canal ni al Istmo a ninguna amenaza o peligro.
China ofreció convertir a Panamá en la puerta de entrada a Latinoamérica y el Caribe. De hecho, Panamá es el único país de Latinoamérica que se incorporó oficialmente a la nueva Ruta de la Seda, como reconoce la Declaración Presidencial Conjunta. Pero el MDE de O’Brien intenta bloquear esta posibilidad y tiende a paralizar toda la actividad de China, incluido el Ferrocarril Panamá-David, el Cuarto Puente sobre el Canal (fue degradado), el Puerto de Cruceros (Panamá le está debiendo a la empresa) y otros.
EUA intenta imponer un monopolio en favor de sus empresas privadas sobre el territorio de Panamá y de ejercer derechos de extraterritorialidad a través de sanciones inaplicables según el Derecho Internacional.
La consecuencia inmediata del MDE de O’Brien es que EUA nos convierte en aliados de su “guerra” contra China. Sin embargo, no es el presidente quien puede declararle o hacer la guerra, del tipo que sea, a ningún país, sino la Asamblea Legislativa.
El Artículo 159.5 de la Constitución de Panamá autoriza al Órgano Legislativo a declarar la guerra y a facultar al Órgano Ejecutivo para asegurar y concretar la paz, aunque una reciente erosión de las facultades legislativas en favor del Ejecutivo debilitan (sin anularlo) dicho mandato.
Por tanto, el presidente Cortizo debe desoir las órdenes de Washington en contra de China y de su propio desarrollo. De lo contrario, “enemigos” de Washington (¿terroristas?) podrían destruir el Canal y al país.
Panamá está obligada a cumplir con la Resolución 2625 (XXV) de la Asamblea General de Naciones Unidas, de 24 de octubre de 1970, que contiene la DECLARACIÓN RELATIVA A LOS PRINCIPIOS DE DERECHO INTERNACIONAL REFERENTES A LAS RELACIONES DE AMISTAD Y A LA COOPERACIÓN ENTRE LOS ESTADOS DE CONFORMIDAD CON LA CARTA DE LAS NACIONES UNIDAS.
La Declaración Conjunta presidencial China-Panamá – como hemos visto -- adopta la Resolución 2625 como norma de conducta en sus relaciones internacionales.
Esta Declaración condena todas las formas de agresión empleadas por EUA contra “enemigos”, razón por la cual -- especialmente los que no son potencias -- deben guarecerse bajo estas normas.
Dicha Declaración contiene las normas a las que se refiere el Artículo 4 de la Constitución de Panamá, cuando estipula que: “La República de Panamá acata las normas del Derecho Internacional”.
Veamos ahora el significado del MDE de O’Brien.
¿Qué es un Memorándum de Entendimiento (MDE)? Es una forma de tratado internacional, al igual que los acuerdos simplificados, canje de notas, Acta y otros, de los cuales, según sea su contenido, deben someterse o no a la aprobación legislativa, tomando en cuenta siempre que el Artículo 2 de la Constitución Nacional afirma que, “el poder público emana del pueblo”.
El MDE de O’Brien, que suscribieron el 18 de agosto de 2020 el Ministro de Economía y Finanzas de Panamá, Héctor Alexander, y Steward D. Tuttle, Encargado de Negocios a.i. de la Embajada de EUA, no aparece en ningún medio escrito ni en la página WEB de la cancillería, motivo por el cual permanece secreto y oculto a la opinión pública. Además, el ministro Alexander no está facultado para suscribir tratados según la Constitución, salvo que haya sido empoderado expresamente por el Ejecutivo.
Yo obtuve una copia del MDE cuando lo publicaron fugazmente en la Web de la cancillería y enseguida lo retiraron. No ha vuelto a aparecer. Si no se publica ni se somete este MDE a la Asamblea y tampoco se le registra como tratado en la ONU, el mismo será un acuerdo secreto (algo prohibido por el Derecho Internacional), y no podrá ser invocado en la ONU, quedando Panamá sin protección legal ante posibles arbitrariedades.
En conclusión, el MDE de Robert O’Brien convierte a Panamá en enemigo de China, nos obliga a otorgar un monopolio sobre nuestro territorio en favor del capital de EUA, atenta contra nuestro desarrollo, viola el Tratado de Neutralidad y disminuye y niega la soberanía nacional.
El resultado final es que el MDE que propuso O’Brien por las razones anteriores, carece de validez y eficacia jurídica y, por lo tanto, es nulo.
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