Se llora a Chávez, se celebra la revolución
Pa`lante, que el pueblo está Maduro
06/03/2013
- Opinión
La continuidad del proceso revolucionario en Venezuela pisa en firme: cuadros formados en la revolución, potencia mítica del vínculo entre el líder y su pueblo y unidad regional.
Un grupo de jóvenes dirigentes, formados en la rica dinámica de la revolución bolivariana, tendrá desde ahora la compleja tarea de sostener la continuidad del proceso en curso. La perdida del líder impacta sin dudas en esa formación pero deviene, de acuerdo a la experiencia latinoamericana, en potencia simbólica y mito popular. Esos serán los puntos de apoyo desde los cuales deberá afirmarse el rumbo iniciado por Hugo Chávez.
Además, Venezuela hoy cuenta con múltiples lazos políticos en la región. El afianzamiento de la integración latinoamericana, en gran medida producto del impulso del mismo presidente bolivariano, es hoy un resguardo ante posibles arremetidas de la derecha local e internacional. Los mandatarios que encabezan procesos populares extenderán sin titubeos sus lazos de solidaridad con el pueblo venezolano.
Desde mediados de diciembre pasado, y con la prestancia que sostuvo en las horas más difíciles, Nicolás Maduro -trabajador de subtes primero, canciller después, y finalmente vicepresidente a cargo del Ejecutivo- mostró su mejor perfil. Condujo, informó y se mantuvo junto al pueblo venezolano mientras se avecinaba la dolorosa confirmación: falleció Hugo Chávez Frías, el comandante de la Revolución Bolivaria. Hoy Maduro encarna esa continuidad que, pese a los embates que seguramente arreciarán desde las derechas recalcitrantes, contará con el apoyo del pueblo venezolano y los gobiernos populares de la región para sostener y profundizar el modelo bolivariano.
APAS entrevistó en octubre de 2012 a Roberto Malaver, Director General de Difusión y Publicidad, del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información del Gobierno Bolivariano de Venezuela. “La comunicación es política” dijo al comienzo de aquella charla. Las definiciones de cómo y cuándo informar al pueblo venezolano -y al mundo- sobre la salud de Chávez no tuvo que ver con el cumplimiento pragmático del “derecho a la información” a secas, sino con la idea de una comunicación pública en tanto resguardo para la protección popular y participativa de la democracia.
Desde el 8 de diciembre, última comunicación pública del presidente venezolano antes de viajar a Cuba para tratar nuevamente el cáncer que lo llevó a la muerte, desde el gobierno a cargo de Maduro, y desde el ministerio de Comunicación que conduce Ernesto Villegas, se mantuvo el contacto frecuente y franco. Tanto fue así que horas antes de la muerte de Chávez, el vicepresidente y el gabinete informaron de la desmejora y llamaron a trabajar para “que no se retrase ningún programa ni ninguna medida de gobierno”. En ese mismo acto, se denunció la pista de la injerencia externa en la recaída del Comandante que está siendo investigada por científicos. Muy pocas horas antes de saber que el líder no volvería más a Miraflores, el gobierno con Maduro a la cabeza preparó a la sociedad para lo que venía.
"A aquellos factores que no apoyaron a Hugo Chávez que respeten el dolor del pueblo. A ustedes va dirigido nuestro mensaje. Ya lo dijimos en la tarde de hoy", pidió el vicepresidente durante el anuncio del deceso. Compungido por la pérdida pero también preocupado por el futuro, dijo estas palabras que fueron advertencia de las campañas mediáticas y desde la oposición que se montarán en este suceso para desbancar al bolivarianismo de la sede del gobierno nacional.
Minutos después, las Fuerzas Armadas venezolanas, también se ‘comunicaron’. "Nos encontramos cohesionados para cumplir la voluntad de nuestro líder Hugo Chávez. Señor vicepresidente Nicolás Maduro, señor presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello y todos los poderes constituidos del Estado venezolano cuenten con su Fuerza Armada, que es del pueblo y para el pueblo, dispuesta a dar el todo por el todo para hacer cumplir la Constitución”, dijo en conferencia pública el ministro de Defensa de Venezuela, Diego Molero.
“La comunicación es política”, dijo Malaver. La Revolución Bolivariana, agregó “debe comprenderse en el marco de la ampliación de la participación ciudadana. Como consecuencia, hoy somos un pueblo que ya no se asume desde el individualismo sino desde la solidaridad, dispuesto a participar colectivamente”. Así lo demostraron, una vez más -como ya lo habían hecho en 2002- grandes mayorías que desde casi las 17 horas de Venezuela colmaron las calles para despedir al líder que tomó de ellos y ellas las necesidades y progresivamente las transformó en derechos.
Maryclen Stelling, coordinadora del Observatorio de Medios de Venezuela y Directora del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELaRG), comentó en noviembre pasado a APAS: “El Caracazo, además, engendró a Hugo Chávez. Allí fue cuando pronunció sus famosas palabras: “por ahora” y “yo asumo la responsabilidad”. En ese momento preciso ocurre lo que yo llamo el “nexo carismático”, es decir, el comienzo de una relación muy particular de un líder con buena parte del pueblo. Aquel “por ahora” de 1992 fue un grito de rebelión indefinida, o sea, “esto no acaba aquí”.
Al cumplirse 21 años del alzamiento militar de 1992 que puso en el escaparate público a Hugo Chávez, al mando del Movimiento Bolivariano MBR - 200, la periodista colombiana Lucía Berbeo recordó: “A pesar de no cumplir su objetivo, la rebelión cívico-militar, marcó en el país la sentencia de expiración al modelo político de la Cuarta República, pues aquel día Chávez Frías en compañía de un grupo de militares asume públicamente ante los medios de televisión su responsabilidad, convirtiéndose en una figura emblemática que sembró una esperanza en el pueblo que pedía un cambio social”.
Ya en 1996 el grupo presentó su “Agenda Alternativa Bolivariana” con un proyecto de país “que buscaba sacar al pueblo de la crisis”, y con esas ideas como arma ganó las elecciones de 1998. Venezuela no volvió a ser la misma.
Además, Venezuela hoy cuenta con múltiples lazos políticos en la región. El afianzamiento de la integración latinoamericana, en gran medida producto del impulso del mismo presidente bolivariano, es hoy un resguardo ante posibles arremetidas de la derecha local e internacional. Los mandatarios que encabezan procesos populares extenderán sin titubeos sus lazos de solidaridad con el pueblo venezolano.
Desde mediados de diciembre pasado, y con la prestancia que sostuvo en las horas más difíciles, Nicolás Maduro -trabajador de subtes primero, canciller después, y finalmente vicepresidente a cargo del Ejecutivo- mostró su mejor perfil. Condujo, informó y se mantuvo junto al pueblo venezolano mientras se avecinaba la dolorosa confirmación: falleció Hugo Chávez Frías, el comandante de la Revolución Bolivaria. Hoy Maduro encarna esa continuidad que, pese a los embates que seguramente arreciarán desde las derechas recalcitrantes, contará con el apoyo del pueblo venezolano y los gobiernos populares de la región para sostener y profundizar el modelo bolivariano.
APAS entrevistó en octubre de 2012 a Roberto Malaver, Director General de Difusión y Publicidad, del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información del Gobierno Bolivariano de Venezuela. “La comunicación es política” dijo al comienzo de aquella charla. Las definiciones de cómo y cuándo informar al pueblo venezolano -y al mundo- sobre la salud de Chávez no tuvo que ver con el cumplimiento pragmático del “derecho a la información” a secas, sino con la idea de una comunicación pública en tanto resguardo para la protección popular y participativa de la democracia.
Desde el 8 de diciembre, última comunicación pública del presidente venezolano antes de viajar a Cuba para tratar nuevamente el cáncer que lo llevó a la muerte, desde el gobierno a cargo de Maduro, y desde el ministerio de Comunicación que conduce Ernesto Villegas, se mantuvo el contacto frecuente y franco. Tanto fue así que horas antes de la muerte de Chávez, el vicepresidente y el gabinete informaron de la desmejora y llamaron a trabajar para “que no se retrase ningún programa ni ninguna medida de gobierno”. En ese mismo acto, se denunció la pista de la injerencia externa en la recaída del Comandante que está siendo investigada por científicos. Muy pocas horas antes de saber que el líder no volvería más a Miraflores, el gobierno con Maduro a la cabeza preparó a la sociedad para lo que venía.
"A aquellos factores que no apoyaron a Hugo Chávez que respeten el dolor del pueblo. A ustedes va dirigido nuestro mensaje. Ya lo dijimos en la tarde de hoy", pidió el vicepresidente durante el anuncio del deceso. Compungido por la pérdida pero también preocupado por el futuro, dijo estas palabras que fueron advertencia de las campañas mediáticas y desde la oposición que se montarán en este suceso para desbancar al bolivarianismo de la sede del gobierno nacional.
Minutos después, las Fuerzas Armadas venezolanas, también se ‘comunicaron’. "Nos encontramos cohesionados para cumplir la voluntad de nuestro líder Hugo Chávez. Señor vicepresidente Nicolás Maduro, señor presidente de la Asamblea Nacional Diosdado Cabello y todos los poderes constituidos del Estado venezolano cuenten con su Fuerza Armada, que es del pueblo y para el pueblo, dispuesta a dar el todo por el todo para hacer cumplir la Constitución”, dijo en conferencia pública el ministro de Defensa de Venezuela, Diego Molero.
“La comunicación es política”, dijo Malaver. La Revolución Bolivariana, agregó “debe comprenderse en el marco de la ampliación de la participación ciudadana. Como consecuencia, hoy somos un pueblo que ya no se asume desde el individualismo sino desde la solidaridad, dispuesto a participar colectivamente”. Así lo demostraron, una vez más -como ya lo habían hecho en 2002- grandes mayorías que desde casi las 17 horas de Venezuela colmaron las calles para despedir al líder que tomó de ellos y ellas las necesidades y progresivamente las transformó en derechos.
Maryclen Stelling, coordinadora del Observatorio de Medios de Venezuela y Directora del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELaRG), comentó en noviembre pasado a APAS: “El Caracazo, además, engendró a Hugo Chávez. Allí fue cuando pronunció sus famosas palabras: “por ahora” y “yo asumo la responsabilidad”. En ese momento preciso ocurre lo que yo llamo el “nexo carismático”, es decir, el comienzo de una relación muy particular de un líder con buena parte del pueblo. Aquel “por ahora” de 1992 fue un grito de rebelión indefinida, o sea, “esto no acaba aquí”.
Al cumplirse 21 años del alzamiento militar de 1992 que puso en el escaparate público a Hugo Chávez, al mando del Movimiento Bolivariano MBR - 200, la periodista colombiana Lucía Berbeo recordó: “A pesar de no cumplir su objetivo, la rebelión cívico-militar, marcó en el país la sentencia de expiración al modelo político de la Cuarta República, pues aquel día Chávez Frías en compañía de un grupo de militares asume públicamente ante los medios de televisión su responsabilidad, convirtiéndose en una figura emblemática que sembró una esperanza en el pueblo que pedía un cambio social”.
Ya en 1996 el grupo presentó su “Agenda Alternativa Bolivariana” con un proyecto de país “que buscaba sacar al pueblo de la crisis”, y con esas ideas como arma ganó las elecciones de 1998. Venezuela no volvió a ser la misma.
APAS | Agencia Periodística de América del Sur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
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https://www.alainet.org/en/node/74277
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