Ya van diez mil años de repartición individualista, ¿por qué?

06/11/2013
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El origen de la pobreza/riqueza es la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica, mediante el cual un reducido número de personas se apropia de la totalidad del esfuerzo de todo un pueblo, presente y pasado. Una maldición que nace hace diez mil años en el Viejo Mundo y no más de seis siglos en el Nuevo Mundo. Durante este lapso de tiempo, aun cuando los procesos de trabajo han evolucionado, pasando de la agricultura primitiva hacia la industria, este tipo de Decisión socio-económica no ha sufrido, en lo absoluto, ningún cambio. Su posición hegemónica ha sido, y es, indiscutible. ¿Por qué?
 
Avanzo una hipótesis de trabajo. Primero, porque el elemento fundamental, tanto de los dos procesos naturales de producción (economía agropecuaria primitiva) como del proceso artificial de producción (economía industrial), mediando la violencia o un ardid, facilitan su apropiación por terceros. Así se instala la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica.
 
Segundo, porque en los movimientos sociales no existió, y no existe aún, una idea clara de la raíz del problema.  Se ha ido pasando de la revuelta, a la internalización del problema, y a soluciones prácticas. Para probarlo, me posiciono en el área del Tawantinsuyo y presento tres casos emblemáticos: la rebelión de Túpac Amaru II, los estudios de José Carlos Mariátegui, y la toma de tierras liderada por Hugo Blanco Galdós.
 
Cuando los españoles invaden el Tawantinsuyo nos imponen un modelo de actividad socio-económica que contenía como uno de sus elementos a la Repartición Individualista de su resultado. Es decir, que el 100% del resultado de la actividad económica pertenece a unos cuantos, los invasores. Y en el Viejo Mundo, esa práctica, duraba ya diez mil años. Por lo tanto, en la piel de cada uno de los invasores y de sus mandatarios estaba el enriquecimiento a toda costa, la apropiación de los bienes de terceros sin mesura, y el desprecio por la vida humana.
 
¿Cómo reaccionaron los pueblos originarios del Tawantinsuyo? Una de las figuras emblemáticas de la rebelión es Túpac Amaru II. Después de dos siglos y medio de opresión, y al verse afectado por la apertura de aduanas y el alza de alcabalas, en un primer momento, decide enfrentarse a los Corregidores, representantes del Rey de España. Luego, la rebelión se radicaliza y busca independizarse de la corona española. Este movimiento, que abrazó a casi todos los pueblos originarios del Tawantinsuyo, ¿fue consciente de que la raíz del problema es la Repartición Individualista? No. Supuesto el caso de que este movimiento de rebeldía, en esas condiciones, hubiera triunfado, ¿cuál hubiera sido el resultado?
 
Al respecto, Aníbal Quijano nos relata la experiencia de los pueblos del Sudeste Asiático (India, Indonesia y Filipinas) que se habían liberado del yugo directo europeo. “Allá, los grupos o poblaciones ‘indígenas’ son aquellos que habitan las zonas más aisladas, más pobres, […] cuyos principales recursos de vida, a veces los únicos, son el bosque, la tierra, los ríos […]. Tales poblaciones son oprimidas, discriminadas, despojadas de sus recursos, […] por los otros grupos […] tan ‘nativos’, ‘aborígenes’ u ‘originarios’, que en esos países tienen hoy el control inmediato del poder […].”[1] El nativo contra el nativo, en una relación de Repartición Individualista.
 
Mariátegui toma consciencia del problema. Cuando aborda “el problema del indio” en sus “7 Ensayos” (1928),[2] su primera frase en lapidaria: “Todas las tesis sobre el problema indígena, que ignoran o eluden a éste como problema económico-social, son otros tantos estériles ejercicios teoréticos –y a veces sólo verbales–, condenados a un absoluto descrédito”. Luego anota: “La crítica socialista lo descubre y esclarece, porque busca sus causas en la economía del país”. 
 
Mariátegui insiste. “La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverla con medidas de administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los “gamonales”. Y precisa. “El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semifeudal […]. Por consiguiente, es sobre este factor sobre el que se debe actuar si se quiere atacar en su raíz un mal del cual algunos se empeñan en no contemplar sino las expresiones episódicas o subsidiarias.”
 
De esta forma, Mariátegui identifica al mecanismo de extorsión en una economía agropecuaria primitiva (los dos procesos naturales de producción). Pero no logra precisar la raíz del mal. En cambio, es bastante claro para prevenirnos que “Nadie ignora que la solución liberal de este problema sería, conforme a la ideología individualista, el fraccionamiento de los latifundios para crear la pequeña propiedad. […] Congruentemente con mi posición ideológica, yo pienso que la hora de ensayar en el Perú el método liberal, la fórmula individualista, ha pasado ya”.
 
Sin embargo, treinta años después, es eso lo que realizó el movimiento campesino liderado por Hugo Blanco: la difusión de la pequeña propiedad. La ley de reforma agraria que sigue, convalida la muerte del latifundio, pero no así el de la pobreza. ¿Cómo explicarlo? El “problema del indio”, así como el de las mayorías nacionales no es un asunto de pequeña o gran propiedad. Es un asunto de Repartición Individualista del resultado de la actividad económica.
 
La frase siguiente de Mariátegui confirma el error de interpretación del problema: “La de los inkas fue una civilización agraria. La de Marx y Sorel es una civilización industrial”. Es decir, como que el problema del indio es el problema de la tierra, y que diferente hubiera sido la suerte de los aborígenes si se les hubiera impuesto una economía industrial. Se piensa que el problema de la pobreza/riqueza proviene de los elementos del proceso de trabajo cuando, lo hemos visto, radica en la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica.
 
Y las izquierdas democráticas de nuestros tiempos, en vez de avanzar en la comprensión del origen de los grandes males de sociedad, han retrocedido. Su postura jurídica (referéndum, nueva constitución, plurinacionalidad…) fue duramente denunciada por José Carlos Mariátegui (1928). Se han quedado en la lucha defensiva, aceptando la Repartición Individualista del resultado de la actividad económica; es decir, aceptando el neoliberalismo, como acostumbran llamarlo ahora.
 
Notas:
 
[1] QUIJANO OBREGÓN Aníbal [2004] El “Movimiento Indígena” y las cuestiones pendientes en América Latina, in Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI) [2008] Estados Plurinacionales Comunitarios, Para que otros mundos sean posibles, Lima, Perú, p. 300-301
[2] MARIÁTEGUI José Carlos, [1928] 7 Ensayos de interpretación de la realidad peruana, Fundación Biblioteca Ayacucho, Venezuela, 2007 in http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/?id=103
 
https://www.alainet.org/en/node/80653
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