Fracaso de la extrema derecha
21/11/2013
- Opinión
Las últimas elecciones dejan en claro que la candidatura de Michelle Bachelet, como era previsible, se ha impuesto ampliamente a aquella de la señora Evelyn Matthei. Esto significa un importante retroceso de la llamada “derecha dura” Esta misma realidad se impone al examinar las cifras a nivel parlamentario. La Nueva Mayoría ha propinado un golpe decisivo a los sectores más conservadores de nuestra sociedad. Dicho con claridad, la derecha – en especial su sector duro - ha sido derrotada en las urnas de manera maciza y contundente.
Con todo, es necesario advertir los límites de este triunfo. No se alcanza una mayoría parlamentaria suficiente para llevar adelante reformas estructurales mayores, no obstante, una sabia política de alianzas bien pudiera dar más de una sorpresa. En lo relativo a la segunda vuelta, pareciera que la suerte está echada. Llama la atención que, finalmente, las candidaturas alternativas no han logrado instalarse en el imaginario de la sociedad chilena. Los guarismos indican que se anhela un cambio, pero se trata, más bien, de un proceso de reformas.
No estamos ante el ocaso de la derecha chilena sino de una fractura que separa cada día más a los sectores ultra conservadores de aquellos que se identifican con una derecha pragmática. Lo que definitivamente ha entrado en crisis es el discurso de la derecha extrema que insiste en salvaguardar un modelo heredado de la dictadura militar. La descomposición al interior de la Alianza se ha hecho evidente, antes, durante y después de la campaña de la señora Matthei.
La tarea del gobierno Bachelet no será una empresa fácil. Hay un vasto sector de la sociedad chilena que mantiene su distancia del proceso eleccionario, una cuestión preocupante no solo porque le resta legitimidad a las luchas democráticas sino porque es en esa “caja negra” donde se nutren y activan muchos movimientos sociales en el país. Un próximo gobierno de Nueva Mayoría deberá navegar en aguas turbulentas, en que las fuerzas e interesas se van a expresar no tan solo en los equilibrios institucionales sino en la calle.
La cuestión que se plantea es si acaso el necesario proceso de reformas comprometido por la señora Bachelet será suficiente. Como no había acontecido hace décadas, la movilización ciudadana se ha transformado en una pieza fundamental de la política chilena. Con todo, es claro que la sociedad chilena ha optado por reformar el actual estado de cosas y barrer a los sectores más reaccionarios de la escena política. Es responsabilidad de Nueva Mayoría responder a las expectativas generadas con su triunfo.
- Álvaro Cuadraes investigador y docente de la Escuela Latinoamericana de Postgrados. ELAP. ARENA PÚBLICA. Plataforma de Opinión. Universidad de Arte y Ciencias Sociales. ARCIS. Autor de “A Cuarenta Años: Crónica de un golpe de estado” http://alainet.org/active/63526
https://www.alainet.org/en/node/81069
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