Elecciones históricas en El Salvador
2F: la extinción de los dinosaurios
29/01/2014
- Opinión
La derecha, que por casi 50 años tuvo en la Fuerza Armada a un fiel defensor de sus intereses políticos, se vio obligada a organizarse y hacer política de forma directa.
Historia de Arena, relato de su página oficial www.arena.org.sv/historia
Era diciembre de 1981 y un hijo predilecto de la Escuela de las América fundaba un partido político: nacía la Alianza Republicana Nacionalista (Arena). Un militar salvadoreño de alto rango y un militar de Estados Unidos (salvadoreño de nacimiento), construyen las bases del partido que gobernará el país por más de 20 años.
Roberto d’Abuisson, fundador de ARENA |
Valdivieso y Roberto d’Abuisson, sientan las bases del partido desde la ‘clandestinidad’ en Guatemala y redactan 13 principios. Dejan en último lugar, el motor principal del nuevo partido: “Rechazamos todas aquellas doctrinas que pregonan la lucha de clases: defendemos nuestro Sistema Democrático, Republicano y Representativo ante la penetración ideológica y la agresión permanente del comunismo internacional”[1].
Se vivía en El Salvador un conflicto armado que en 12 años arrebataría la vida de 80 mil personas, dejando desgarrado a un país de 21 mil kilómetros cuadrados. El país más pequeño de América se moría desangrado en una guerra con dos patas fundamentales: el telón de fondo fue la Guerra Fría y la lucha directa contra la injusticia aguantada por décadas, con más de 50 años de militares en el poder y una desigualdad insoportable.
La marcha de Arena, que todavía se canta en cada elección cuando ganan en una mesa, es un himno de violencia abierta que vale la pena escuchar, para terminar de figurar al dinosaurio que se formo en la década de 1980: http://www.arena.org.sv/marcha-de-arena.html (“El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán”). Sin duda, un himno al amor.
Ese fue el contexto del parto de Arena: sin argumentos brillantes la oligarquía del país decide que ya no debe dejar gobernar a los militares y toma el protagonismo político, sale de las sombras. Elige para eso a militares adoctrinados por Estados Unidos y llega al poder en 1989 con la candidatura de Alfredo Cristiani. Empujado por los deseos de su padrino del Norte, Arena propicia desde el poder el diálogo que ya estaba en marcha y pondría final al conflicto armado. Desde este momento y por 20 años Arena gobernó fiel a su marcha: haciendo, en tiempo de paz, de El Salvador la tumba de los rojos. No se trataba de asesinar a ‘los comunistas’ (ya había caído el bloque comunista), sino de la postura ideológica del partido que no se movió un ápice: defender el capital y reprimir la organización social, ese es el mandamiento de oro.
Pasaron 20 años y con ello la ola privatizadora, la dolarización, los 10 millones taiwaneses de Flores, el pisoteo continuo de la memoria en Izalco, y miles de etcéteras… Arena, ‘fiel a sus principios’, no se movió ni un centímetro. Y quizás, estos 20 años de derrotas consecutivas para el partido nacido en los Acuerdos de Paz de 1992, la caída reiterada de su líder histórico Shafick Handal[2], le permitieron a la izquierda ‘moverse’ de las trincheras de la guerra: la candidatura de un periodista que no era ‘hueso rojo’, permite una victoria histórica para la izquierda en el país.
En marzo del 2009, ganaba la presidencia de El Salvador un hombre que visitaba el día de las elecciones la tumba de Monseñor Romero[3] y prometía gobernar “bajo la opción preferencial por los pobres de Romero” (¡qué lejos estuvo de eso!). Este hecho, más que un verdadero cambio social, significo un terremoto político: se producía un golpe interno en la derecha ochentista (que mantenía un discurso claramente anti-comunista hasta en el año 2009, como lo revelan las propagandas de ‘yo no entrego a El Salvado’[4]). El nacimiento de GANA, simboliza en muchos sentidos el derrumbamiento de la derecha oligárquica que no se movería ni un metro de sus verdades fundacionales.
Cinco años de gobierno han hecho su trabajo: los dinosaurios de la década de 1980 se extinguen bajo el calor de un país que ‘no quiere volver al pasado’ y quiere ‘aprender de su historia’. Arena, con su núcleo de poder en Cristiani, son una especie primitiva y carnívora en peligro inminente de extinción: una victoria en primera vuelta del FMLN este dos de febrero seria el meteorito que extinguiría a los dinosaurios[5].
Todavía hay mucha tela por cortar[6], pero una cosa es clara y evidente: la democracia celebrará la extinción de dinosaurios en tiempos de los Derechos Humanos. Nos lo debemos, todos los que creemos en un mundo mejor.
PD: un ratoncito llamado Saca
Había una vez, dos veces y mil veces un barco pequeño cargado de 6 millones de personitas. El barco desde su construcción había navegado por aguas turbulentas: cuentan los abuelos que el barco lo había construido una multitud pero luego solo se embarcaron unas 14 familias, dejando a la deriva a los dueños de la libertad.
Pasaron los años, y los muchos cortaron el café que crecía por esos mares: hubo 30 mil ahogados en torno a Feliciano y el parque de Izalco (Sí, aunque usted no lo crea, una soga le quito el aliento a un pueblo del color de la tierra). Sobre esas tumbas los 14 embarcados ordenaron sembrar campos floridos y el agua se volvió tierra.
En ese pequeño rincón del mundo, los 14 se vistieron de verde camuflageado y decidieron mandar mandando. La noche duro 50 años, ni un solo amanecer rompió el silencio más oscuro. Y como no podía ser de otra manera, una bomba exploto: los muertos seguían siendo los mismos y los embarcados se escondían detrás del barco convertido en trinchera.
Y cuando ya no hubo cuerpos par ofrendar al mar, se terminó la guerra: el barco se escondió en ‘el templo profanado por la sangre del profeta’ y todos creyeron ver una paloma blanca dibujar una nueva historia. Desaparecida la barca, todos creían caminar por el mismo suelo, compartir la misma suerte, trabajar el mismo destino…
Pero la barca, solo estaba escondida, en el ‘santo de los santos’. Y por veinte años, se construyó el templo que guardaba el arca, se construyó sobre arena. En la barca ya no había familias ni animales, sino que se guardaban colones, costales de café, ropa de maquila, leche en polvo, medicinas…
A pesar de que la paloma de la paz volaba por el cielo, los muchos veían que la hemorragia no paraba y que el cielo no aclaraba aunque todo el tiempo se hablaba del sol. Olvidada la barca, hasta los muchos añoraban un amanecer… pero la noche pareció agudizarse: dos terremotos descargan ‘la furia del Creador’, haciendo más honda la noche. Todo parece perdido…
Y entre clamores y gemidos, la paloma de la paz no se resigna a seguir volando y con un grito anuncia lo que sus ojos ven: los terremotos han resquebrajado la cúpula del templo, y desde el cielo puede contemplarse que la barca no había desaparecido, que ahí está llena de riquezas para salvar el hambre de los muchos y que hasta el santo de América está presto a construir con su pueblo.
El llanto rego los campos, roto el velo del templo, las manos de los muchos comenzaron a desarmar (ahora si), la barca y a repartir lo que ahí se había atesorado. Y como dicen los abuelos, “cuando el barco se hunde, las primeras en huir son las ratas”. La barca no se hundió solita, pero igualmente las ratas comenzaron a alborotarse: unas ratas no daban crédito del barco hundiéndose y murieron ahogadas en el barco descuartizado, mientras que una rata oportunista, salto del barco con la bandera de la Unidad.
Al fin, sin barco, sin templo, el pueblo pudo usar sus manos para repartir los tesoros guardados, negados, arrebatados, escondidos… y fue el pueblo, del color de la tierra el que se puso de pie: ni rojo, ni naranja, ni tricolor.
Chin pum
Las Palmas, El Salvador
Francisco Bosches licenciado en Teología
[1] Las citas textuales del partido y el desarrollo de su historia están tomadas del ‘descarado’ relato propio que el partido hace en su página oficial.
[2] Valiosísima para conocer algo de este gran personaje, la última entrevista dada por el al periódico digital El Faro, en http://www.elfaro.net/es/201401/platica/14586/
[3] Vale la pena aclarar, para el que no lo sabe, que Romero fue asesinado en 1980 y la comisión de la verdad señaló a d’Abuisson, fundador de Arena, como autor intelectual.
[5] El incentivo nefasto que está haciendo la derecha de la violencia en el contexto pre-electoral es un claro ejemplo de una oligarquía que quiere utilizar cualquier medio para ‘recuperar El Salvador’.
[6] Habría que matizar la ‘terquedad’ del FMLN en su postura de ‘ofensiva final’ que coloca a Sánchez Ceren como candidato, pero eso no es el objetivo del artículo.
https://www.alainet.org/en/node/82768
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