La abdicación de Juan Carlos y el futuro de la Monarquía en España

Juan Manuel Karg

02/06/2014

Opinión

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Juan Carlos de Borbón, Rey de España, anunció su abdicación a favor de su hijo, Felipe VI. El hecho es significativo, y ha abierto un debate en torno a la mera aceptación -o no- de esta decisión unilateral: al momento de escribir estas líneas se producían movilizaciones en 143 puntos de España -y de españoles en 12 ciudades en el exterior- para exigir la convocatoria a un referéndum donde los ciudadanos españoles puedan decidir si quieren continuar con la monarquía o no. ¿En qué momento del país se produce esta abdicación? ¿Cuáles pueden ser sus repercusiones?

Tras 39 años, Juan Carlos de Borbón, quien llegó a ser condecorado con el beneplácito de Francisco Franco, decidió poner punto final a su reinado. De acuerdo a datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España, asistimos a un momento de gran desencanto popular con la corona: en los últimos 20 años descendió de 7.46 -marzo de 1994- a 3.72 -abril de 2014- en una escala cuya máxima puntuación sería 10. ¿Qué factores pueden haber incidido en este progresivo declive de la imagen real? Factores generales, como la crisis económica que desde 2011 sacude al país, y también escándalos personales del propio Juan Carlos, como la cacería de elefantes en Botswana y el presunto desvío de fondos públicos a favor de su yerno, Iñaki Urdangarin, y por el cual está siendo investigada su propia hija –la Infanta Cristina-.

Sin embargo, amerita colocar otro elemento en consideración: el anuncio de “retiro” de Juan Carlos -quien igualmente seguirá cobrando del presupuesto de la Casa del Rey y mantendrá su residencia real, según anunció la prensa española- se da sólo una semana después de unas elecciones para diputados a la Unión Europea que cuestionaron el sistema de representación tradicional en España, con una pérdida de 5 millones de votos de los partidos tradicionales (PP y PSOE) respecto a las elecciones de 2009. Tanto Podemos como Izquierda Unida, organizaciones que han sabido canalizar en las urnas el momento que vive España, han sido convocantes de las movilizaciones por el referéndum en torno al eje monárquico.

La imagen de la concentración en la Puerta del Sol, horas después del anuncio de Juan Carlos y las palabras de Rajoy, es elocuente: miles de manifestantes coreando “España, mañana, será republicana” y “no queremos la monarquía, no queremos al Borbón” dan a entender que la decisión de Juan Carlos de intentar ´refrescar´ la imagen real con su salida puede haber provocado exactamente lo contrario. Sin duda son los mismos que han protagonizado las manifestaciones que nacieron el 25-M en 2011 exigiendo mayor “democracia real”, y que durante estos años dejaron una huella en la agenda política del país: jóvenes que, en gran parte, son del grupo de los “ni-ni” –es decir, que no estudian ni trabajan por las condiciones económicas y sociales del país, que ciertamente los ha excluido desde el estallido de la crisis- y que descreen mayoritariamente de instituciones que, como la monarquía, les suenan como algo ajeno o lejano.

Felipe de Borbón intentará, ahora, asumir lo más rápido posible para desactivar las protestas que exigen un referéndum. Seguramente ya haya acordado, tanto con el PP como el PSOE, impulsar algún tipo de reforma constitucional –aunque más no sea “cosmética”- para intentar legitimarse durante sus primeros momentos al frente del reinado. Las calles dirán en los próximos días hasta donde llegará el cuestionamiento a la monarquía y a las instituciones realmente existentes en España. Mientras, en Inglaterra, los británicos ya se preguntan si Isabel II, de 88 años, debe seguir el ejemplo del monarca español y ceder su cargo, tal como reporta el periódico The Guardian. ¿Abrió Juan Carlos una “caja de pandora” a nivel internacional? Está por verse.

Juan Manuel Karg / @jmkarg

Licenciado en Ciencia Política UBA / Periodista

Investigador del Centro Cultural de la Cooperación - Buenos Aires

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