La izquierda debe pasar a otra etapa
08/06/2014
- Opinión
La izquierda peruana ha estado ausente en los procesos políticos electorales y no electorales a lo largo de las dos últimas décadas, con la única sorpresa del triunfo de Susana Villarán el 2010 a la alcaldía de Lima, el gobierno municipal más importante del país.
Esa sola situación reabrió un espacio vital para la izquierda. La participación en la fórmula de Gana Perú, ha sido un segundo hecho político de la misma significancia. Aunque ya sabemos cómo terminó, el saldo no ha sido del todo negativo.
¿Qué significan estos dos acontecimientos para la izquierda peruana de este siglo? Significan su reaparición en las lides electores, el renacer, el retorno al escenario político nacional, después de la arremetida de Fujimori durante los ‘90 y la derrota ideológica mundial de las izquierdas. Pero, no significa todavía que esté en condiciones de disputar sola (con éxito) un espacio mayor, electoral y político. Creer lo contrario es tener una lectura equivocada de la realidad.
La izquierda no tiene candidato nacional propio desde hace más de dos décadas. Ha tenido que votar por el mal menor o abstenerse. Y al votar de esta manera, ha seguido sin existir, hasta los dos hechos anteriormente señalados.
Si hay algo que se ha criticado a la izquierda peruana de todos los tiempos, es que verdaderamente nunca tuvo vocación de poder, que habría significado querer tener a su cargo la conducción de la cosa pública y la solución de los problemas del día a día del poblador, generando para ello sus propios técnicos y prepararse de verdad para tomar la conducción de este país, por la vía electoral.
Hoy, en este proceso electoral municipal, no está en disputa el poder político, es verdad, pero la decisión de participar como Frente Amplio en las elecciones de octubre con Susana Villarán como su candidata, siendo un asunto municipal, tiene carácter estratégico para la izquierda: o termina aislada como estaba hasta antes del triunfo de SV o, por fin, logra salir de ello e ingresa a otra etapa de la lucha política.
¿Podría presentarse otro escenario favorable como este en lo inmediato para las izquierdas peruanas? quizá no, ahí radica la necesidad de continuar: perder el miedo a las acusaciones de electoralismo y complejos de culpa, mantener la presencia de Susana Villarán en la alcandía de Lima y recuperar espacios en el interior del país. La lucha contra la corrupción y la renovación que encarna Susana Villarán, son un potente capital del que la izquierda podría sacar ventaja, frente a las fuerzas tradicionales, patriarcales y corruptas.
Sin embargo, esta izquierda, todavía está en la etapa en que debe ceder más de lo que varios quisieran. Ceder que significa conceder, aceptar diferencias pero también coincidencias, quizá no es el mejor escenario, pero es el único que hay, el otro es la abstención y el aislamiento y, de eso, ya deberían estar cansados.
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