Neoliberalismo, los pobres y la salud
23/04/2008
- Opinión
Desde que en Chile se comenzaron a implementar políticas económicas al servicio de los grandes empresarios, las trasnacionales y la clase económicamente dominante del país, las carencias sociales y deficitarias siguen reinando en gloria y majestad.
35 años entre dictadura y gobiernos de la coalición de partidos políticos más conocidos como la Concertación, que se declara ser de una tendencia de centro-izquierda, pero que en la realidad práctica y cotidiana aplica políticas económicas y sociales de extrema derecha (ultra neoliberales), tiene dentro de su mayores carencias un muy mal servicio de atención a la salud, en donde los sectores sociales de menores ingresos suelen ser los más perjudicados.
Recordemos además que la actual presidenta, Michelle Bachelet, ante de ser la primera mandataria de la nación ocupo las carteras de Salud y Defensa respectivamente. Como ministra de Salud se le dio la tarea de poner termino a las largas colas en la atención en los servicios de salud de los barrios populares y residenciales del país, Sin embargo su responsabilidad como ministra de salud, paso sin pena ni gloria, pues las carencias existentes en este plano aún siguen vigentes y el cacareado Plan Auge sigue manteniendo las colas en la mayor parte de los establecimientos hospitalarios, y todo se ha traducido a políticas cosméticas, de parche y no ha soluciones de fondo. Es más, bajo los gobiernos de la Concertación han existido serios intentos de privatizar todo el sistema de salud, con las consecuencias pertinentes de lo que eso significaría para la gran mayoría de los que sobreviven de ingresos que no son éticos ni dignos, en un país donde ya existe una atención de salud para ricos y otra para pobres.
Al respecto los chilenos que proceden de los estrato sociales más bajos, en su participación en un trabajo de investigación desarrollado por la Universidad Católica Silva Henríquez, bajo la responsabilidad de la Escuela de Administración y Economía de esa casa de estudio, en un trabajo denominado "Percepción de la población pobre de Santiago sobre la atención de salud en Chile", nos da cuenta que el 63,8% de los estratos sociales más pobres consideran que la calidad de la atención de salud es “mala” o “muy mala”. Solo un 11,9% considera que la atención de salud es buena, mientras que el 24,3% la considera “regular”. En definitiva el neoliberalismo en el poder y en su cogobierno con el pinochetismo (UDI-RN) ha sido incapaz de generar un sistema de salud eficiente, de calidad y justo para la gran mayoría de los chilenos.
De allí que todas las bravuconadas que proceden de las altas esferas de gobierno y de la dirigencia de los partidos políticos corrupto de la Concertación y la Alianza por Chile, no son más que eso, cuando se trata de resolver los grandes problemas sociales que padece la gran mayoría de los chilenos, golpeados por un esquema económico que ha generado grandes injusticias y desigualdades sociales, en donde la muestra de la Universidad Católica Silva Henríquez es clara en este sentido. Recordemos que dicha casa de estudios es una de las pocas instituciones existente en Chile, que realiza investigación a partir de los estratos sociales más pobres del país y que suman la gran mayoría de los chilenos.
El chascarro que se le hizo pasar hace unas semanas atrás a la primera mandataria en la inauguración del Hospital de Curepto, ubicado en la región del Maule, fue inaugurado pese a no contar con las camas ni personal suficientes, ni el equipamiento necesario, es el reflejo de lo que es el actual sistema de salud chileno. Bueno, pero en Chile los montajes de las inauguraciones no solo ocurren en el ámbito de la salud, sino que en muchas otras áreas del trabajo gubernamental.
Pero los chilenos más golpeados por el capital neoliberal, no solo se quejan de la pésima atención de salud, sino que además expresan que no "todas las personas tienen iguales oportunidades para obtener atención de salud en Santiago" (55%). Solo el 8,7% consigna la existencia de un sistema de salud efectivo, ello es un reflejo además lo que es la sociedad de clases en Chile, cuando se trata de ricos o pobres.
Los gobiernos de la Concertación con bombos y platillos de jactan del buen gasto público existente en Chile en materia social. Sin embargo un 79,2% de la población consultada está de acuerdo con que "hay poco apoyo estatal para que las familias pobres obtengan una mejor calidad de atención de salud", proporción que se mantiene desde el 2004 a la fecha, destaca el informe. Además los sectores sociales de menores ingresos expresan en un 77,8% de este grupo de la población que comparte la idea de que "las personas pobres debieran obtener atención de salud gratuita para todo tipo de enfermedades", en un sistema que debiera ser auténticamente solidario.
Ahora en todas las quejas que expresan los más pobres de Chile, manifiestan que el cacareado Plan Auge, no ha resuelto el mejoramiento de la calidad de la atención de salud, la rapidez en la atención, la falta de especialistas en los centros de salud de los barrios populares, deficiencias en la entrega de horas para la atención médica, mal trato del personal administrativo y otras quejas menores.
Pero los sectores sociales más perjudicados por las políticas neoliberales de los gobiernos de la Concertación, una vez más se quejan y reprueban el actuar y accionar de la autodenominada clase política que cogobierna el país en materia de salud, que son los que obtienen las mayores condenas, critica y reprobaciones en su papel de servidores públicos.
Cabe recordar que en Chile, la autodenominada clase política que cogobierna el país, en las diversas encuestas que se han realizado es reprobada por alrededor del 70% de la población, la que se siente desencantada, desilusionada y frustrada ante la elite política existente en el país.
Finalmente el investigador Marcelo Yáñez, a cargo del estudio del centro universitario, expresó que "las personas pobres de Santiago continúan teniendo una imagen negativa de la calidad de la atención de salud a la que pueden acceder ellos y sus familias en Santiago, lo cual es preocupante dado que más del 80% de los entrevistados han acudido a un consultorio el último año, por lo que sus apreciaciones están ligadas a su experiencia cotidiana con el sistema de atención primaria".
Luego agrega Yáñez que la investigación considera más de 25 preguntas, se realizó a través de una encuesta aplicada cara a cara a jefes de hogar y dueñas de casa, a una muestra seleccionada aleatoriamente en las diferentes etapas de muestreo (comuna, sector, calle, hogar, persona) de 338 personas pobres de municipios como Conchalí, Huechuraba, Recoleta, Renca, Cerro Navia, Quinta Normal, Estación Central, El Bosque y San Ramón. El estudio posee un 99,7 de nivel de confianza y un 4,2% de error muestral estimado.
A efectos de este estudio se considera a una persona en condición de pobreza si su ingreso líquido mensual per cápita es hasta de $100.000 (223 dólares) en el caso de familias de dos ó más integrantes, y de hasta $150.000 (335 dólares) si es una familia unipersonal, por lo que bajo esta línea de pobreza se encuentra entre 40% a 45% de la población de la capital.
En Chile actualmente por obra y gracia del capital neoliberal y las políticas de servidumbre de la Concertación con los grandes empresarios, las trasnacionales y la clase económicamente dominante existente en el país, un millón y medio de chilenos viven en la extrema pobreza, cinco millones en la pobreza y otros tantos millones que viven la pobreza disfrazada, y sin esperanza de que los servicios de salud vayan a mejorar, mientras exista el reinado del capital neoliberal.
Fuente: Agencia Indoamericana de Prensa (AIP)
35 años entre dictadura y gobiernos de la coalición de partidos políticos más conocidos como la Concertación, que se declara ser de una tendencia de centro-izquierda, pero que en la realidad práctica y cotidiana aplica políticas económicas y sociales de extrema derecha (ultra neoliberales), tiene dentro de su mayores carencias un muy mal servicio de atención a la salud, en donde los sectores sociales de menores ingresos suelen ser los más perjudicados.
Recordemos además que la actual presidenta, Michelle Bachelet, ante de ser la primera mandataria de la nación ocupo las carteras de Salud y Defensa respectivamente. Como ministra de Salud se le dio la tarea de poner termino a las largas colas en la atención en los servicios de salud de los barrios populares y residenciales del país, Sin embargo su responsabilidad como ministra de salud, paso sin pena ni gloria, pues las carencias existentes en este plano aún siguen vigentes y el cacareado Plan Auge sigue manteniendo las colas en la mayor parte de los establecimientos hospitalarios, y todo se ha traducido a políticas cosméticas, de parche y no ha soluciones de fondo. Es más, bajo los gobiernos de la Concertación han existido serios intentos de privatizar todo el sistema de salud, con las consecuencias pertinentes de lo que eso significaría para la gran mayoría de los que sobreviven de ingresos que no son éticos ni dignos, en un país donde ya existe una atención de salud para ricos y otra para pobres.
Al respecto los chilenos que proceden de los estrato sociales más bajos, en su participación en un trabajo de investigación desarrollado por la Universidad Católica Silva Henríquez, bajo la responsabilidad de la Escuela de Administración y Economía de esa casa de estudio, en un trabajo denominado "Percepción de la población pobre de Santiago sobre la atención de salud en Chile", nos da cuenta que el 63,8% de los estratos sociales más pobres consideran que la calidad de la atención de salud es “mala” o “muy mala”. Solo un 11,9% considera que la atención de salud es buena, mientras que el 24,3% la considera “regular”. En definitiva el neoliberalismo en el poder y en su cogobierno con el pinochetismo (UDI-RN) ha sido incapaz de generar un sistema de salud eficiente, de calidad y justo para la gran mayoría de los chilenos.
De allí que todas las bravuconadas que proceden de las altas esferas de gobierno y de la dirigencia de los partidos políticos corrupto de la Concertación y la Alianza por Chile, no son más que eso, cuando se trata de resolver los grandes problemas sociales que padece la gran mayoría de los chilenos, golpeados por un esquema económico que ha generado grandes injusticias y desigualdades sociales, en donde la muestra de la Universidad Católica Silva Henríquez es clara en este sentido. Recordemos que dicha casa de estudios es una de las pocas instituciones existente en Chile, que realiza investigación a partir de los estratos sociales más pobres del país y que suman la gran mayoría de los chilenos.
El chascarro que se le hizo pasar hace unas semanas atrás a la primera mandataria en la inauguración del Hospital de Curepto, ubicado en la región del Maule, fue inaugurado pese a no contar con las camas ni personal suficientes, ni el equipamiento necesario, es el reflejo de lo que es el actual sistema de salud chileno. Bueno, pero en Chile los montajes de las inauguraciones no solo ocurren en el ámbito de la salud, sino que en muchas otras áreas del trabajo gubernamental.
Pero los chilenos más golpeados por el capital neoliberal, no solo se quejan de la pésima atención de salud, sino que además expresan que no "todas las personas tienen iguales oportunidades para obtener atención de salud en Santiago" (55%). Solo el 8,7% consigna la existencia de un sistema de salud efectivo, ello es un reflejo además lo que es la sociedad de clases en Chile, cuando se trata de ricos o pobres.
Los gobiernos de la Concertación con bombos y platillos de jactan del buen gasto público existente en Chile en materia social. Sin embargo un 79,2% de la población consultada está de acuerdo con que "hay poco apoyo estatal para que las familias pobres obtengan una mejor calidad de atención de salud", proporción que se mantiene desde el 2004 a la fecha, destaca el informe. Además los sectores sociales de menores ingresos expresan en un 77,8% de este grupo de la población que comparte la idea de que "las personas pobres debieran obtener atención de salud gratuita para todo tipo de enfermedades", en un sistema que debiera ser auténticamente solidario.
Ahora en todas las quejas que expresan los más pobres de Chile, manifiestan que el cacareado Plan Auge, no ha resuelto el mejoramiento de la calidad de la atención de salud, la rapidez en la atención, la falta de especialistas en los centros de salud de los barrios populares, deficiencias en la entrega de horas para la atención médica, mal trato del personal administrativo y otras quejas menores.
Pero los sectores sociales más perjudicados por las políticas neoliberales de los gobiernos de la Concertación, una vez más se quejan y reprueban el actuar y accionar de la autodenominada clase política que cogobierna el país en materia de salud, que son los que obtienen las mayores condenas, critica y reprobaciones en su papel de servidores públicos.
Cabe recordar que en Chile, la autodenominada clase política que cogobierna el país, en las diversas encuestas que se han realizado es reprobada por alrededor del 70% de la población, la que se siente desencantada, desilusionada y frustrada ante la elite política existente en el país.
Finalmente el investigador Marcelo Yáñez, a cargo del estudio del centro universitario, expresó que "las personas pobres de Santiago continúan teniendo una imagen negativa de la calidad de la atención de salud a la que pueden acceder ellos y sus familias en Santiago, lo cual es preocupante dado que más del 80% de los entrevistados han acudido a un consultorio el último año, por lo que sus apreciaciones están ligadas a su experiencia cotidiana con el sistema de atención primaria".
Luego agrega Yáñez que la investigación considera más de 25 preguntas, se realizó a través de una encuesta aplicada cara a cara a jefes de hogar y dueñas de casa, a una muestra seleccionada aleatoriamente en las diferentes etapas de muestreo (comuna, sector, calle, hogar, persona) de 338 personas pobres de municipios como Conchalí, Huechuraba, Recoleta, Renca, Cerro Navia, Quinta Normal, Estación Central, El Bosque y San Ramón. El estudio posee un 99,7 de nivel de confianza y un 4,2% de error muestral estimado.
A efectos de este estudio se considera a una persona en condición de pobreza si su ingreso líquido mensual per cápita es hasta de $100.000 (223 dólares) en el caso de familias de dos ó más integrantes, y de hasta $150.000 (335 dólares) si es una familia unipersonal, por lo que bajo esta línea de pobreza se encuentra entre 40% a 45% de la población de la capital.
En Chile actualmente por obra y gracia del capital neoliberal y las políticas de servidumbre de la Concertación con los grandes empresarios, las trasnacionales y la clase económicamente dominante existente en el país, un millón y medio de chilenos viven en la extrema pobreza, cinco millones en la pobreza y otros tantos millones que viven la pobreza disfrazada, y sin esperanza de que los servicios de salud vayan a mejorar, mientras exista el reinado del capital neoliberal.
Fuente: Agencia Indoamericana de Prensa (AIP)
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