Ollanta, presidente para un odre viejo

29/07/2012
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Un discurso de una hora 57 minutos en el Congreso de la República del Perú, del Presidente Ollanta Humala, deja un sabor amargo para las grandes mayorías nacionales, excluidas en más de 20 años de neoliberalismo, sin un proyecto país, sin atender a una sociedad emergente y a un Estado desbordado.
 
El Presidente Humala se aferra a una vieja democracia representativa, cerrando la puerta al desarrollo de la democracia participativa y a la instauración de la democracia directa, por ello su afirmación de “haber sentado las bases de la gran transformación” deviene en demagógica.
 
Queremos comenzar con un breve resumen de Manuel Dammert sobre el problema del gas: “Ollanta Humala abandona Proyecto de Gasoducto y Petroquímica del Sur en Discurso Presidencial del 28, y pretende entregar la Petroquímica del Etano a Consorcio Camisea (Hunt-Repsol) y no sancionar el fraude en la exportación del Gas del lote 56. Envía a manos del Congreso de la Republica la responsabilidad histórica de definir este asunto crucial de la soberanía nacional.
 
El Presidente Ollanta Humala en su Discurso al Congreso ha anunciado el envío de un Proyecto de Ley para que se convoque a licitación pública del Gasoducto y Petroquímica del Sur. Esta es una medida que decide el rumbo del Gobierno, al subordinarse a los intereses monopólicos del Consorcio de Hunt-Repsol dejando de lado los intereses de la nación y su necesaria gran transformación que requiere recuperar la soberanía sobre el gas.
 
Este anuncio Presidencial deja de lado el Proyecto del Gasoducto y Petroquímica del Sur, abandonando su compromiso en las elecciones generales  de Gobierno que fue clave para el masivo respaldo popular,  así como el anuncio Presidencial de febrero de este año 2012 en Quillabamba, de llevarlo a cabo en el sur peruano. Este Proyecto que se pretende abandonar es el más inclusivo, descentralizado e industrialista de la historia republicana del Perú, y que, además, es decisivo ante la crisis mundial actual para impulsar la economía nacional y en especial del sur peruano”.
 
Un discurso para el aplauso de las potestades económicas y los grupos de poder, omitió pedir perdón al pueblo sobre asuntos tan importantes como el caso del Poder Judicial y la posible liberación de los asesinos del Comando Colina lo que favorecerá a la larga a los corruptos Fujimori y Montesinos.
 
Tampoco hubo un ápice de autocrítica por el pésimo manejo del problema del narcoterrorismo en el VRAE, Echarate, Kepasiato y vicabamba donde facllecieron varios policías, tampoco sobre los muertos en Espinar por el problema de Xstrata Tintaya, y Cajamarca, por el tema de Yanacocha y Conga.
 
El anuncio sobre maquillar el sector salud, seguirá manteniendo el estado calamitoso de los centros asistenciales del MINSA y de ESSALUD en los que prima la carencia de infraestructura adecuada, de insumos, de medicamentos, personal suficiente y adecuadamente remunerado, etc.
 
Asimismo el SIS (Seguro Integral de Salud) y el SAMU (Servicio de Atención Móvil de Urgencia) van a continuar desfinanciados y arrastrando una enorme deuda a ESSALUD y a otras entidades prestadoras de servicios de salud.
 
El pueblo reclama recursos presupuestarios suficientes e implementando un Sistema Único de Salud (que integre el MINSA, ESSALUD, sanidad policial y militar, y entidades privadas, así como complementando la medicina moderna con la tradicional), sólo así será posible avanzar en llevar a la práctica el principio constitucional de que todo ciudadano tiene derecho a la salud y al cuidado de la vida.
 
En el aspecto laboral la Ley General del Trabajo que se encuentra consensuada en más de un 85 % entre gremios de empleadores y trabajadores, no ha sido sometida a consideración del Congreso para su aprobación, con lo que se garantizaría la vigencia irrestricta y efectiva de la jornada laboral de 8 horas, derecho de huelga, de vacaciones, etc.
 
Tampoco ha señalado nada sobre la derogatoria de los regímenes laborales “especiales” en la agroindustria, sector textil, la eliminación de las services, del régimen CAS, contra la criminalización de la organización, lucha y movilización sindical, del aumento de sueldos, salarios y pensiones para el sector público y privado.
 
Un grito de fe al pueblo peruano, en particular a los movimientos y partidos regionales del Perú profundo, a la necesaria refundación de los partidos políticos de izquierda, asimismo las fuerzas nacionalistas y progresistas, a las organizaciones sociales en general a seguir luchando por lograr la Justicia social en el Perú, mediante la Gran Transformación de la sociedad peruana y con el verdadero cambio que requerimos en el país.
 
Luz roja para la creación de una Superintendencia Nacional Laboral, quitando atribuciones y competencias a los Gobiernos Regionales, generando un proceso de recentralización del poder atentando con el proceso de descentralización y desconcentración, finalmente paralelizar al Ministerio de Trabajo y sus funciones de inspección y fiscalización.
 
Mantener la unidad amplia de todas las fuerzas populares, sin ninguna hegemonía o sectarismo; es la clave para el éxito en una sociedad emergente frente a un Estado desbordado y de espaldas al Perú.
 
Nada respecto al problema de Conga, cuando necesitamos políticas de uso del agua, para el consumo humano, luego para la agricultura y finalmente para las  actividades extractivas de materias primas, nada sobre legislar sobre la participación de las rondas campesinas, comités cívicos y juntas vecinales, en las tareas de diseño, toma de decisiones, participación en actos operativos y fiscalización de la gestión policial.
 
Cerramos este breve análisis con la invocación de Manuel Dammert: “Es necesario que el Congreso debata y cambie esta abdicación, para que se apruebe más  bien la inmediata ejecución del Proyecto Integral del Gasoducto y Petroquímica  Sur andino, declarando por razones de seguridad energética nacional, y de impulso a la economía nacional desde el sur peruano ante la crisis mundial,   que el Estado otorgue el crédito puente para su ejecución.
 
Corresponde movilizarse para esta exigencia patriótica a la ciudadanía, en especial a los gobiernos regionales y municipales, a los movimientos sociales, empresariado y diversos sectores sociales, así como a las fuerzas políticas y sociales que defienden los intereses de la nación”.
 
- Ubaldo Tejada Guerrero es Analista Global 
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