Ahora es cuando compañero Evo

03/03/2013
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Los triunfos electorales de Hugo Chávez y el PSUV en Venezuela el pasado octubre y de Rafael Correa y Alianza País en Ecuador hace apenas dos semanas, han consolidado los procesos de cambio que se están viviendo en América Latina.

Sin poder predecir el desarrollo de la enfermedad del comandante Chávez, parece claro que tanto en Venezuela como en Ecuador se han construido nuevas identidades políticas, el chavismo y el correísmo, que han transformado las relaciones de poder en favor de las clases populares. También parece bastante claro que estas nuevas identidades políticas van más allá de las personas, siendo reflejo de un proyecto político construido desde y para las mayorías sociales, lo que a su ve posibilita que dichos proyectos ganen de manera amplia y mayoritaria en las urnas.

Bolivia 2014

Pasada la resaca de los triunfos electorales en la región, es tiempo de pensar en las próximas elecciones presidenciales en Bolivia donde los movimientos sociales y la izquierda en general, no ya de Bolivia sino de todo el subcontinente latinoamericano, tenemos que lograr la reelección de Evo Morales como timonel de un proceso de cambio que es mucho más que una simple transformación económica, que es una revolución política y descolonizadora hecha desde y por los sectores populares, las clases subalternas que pasaron de la resistencia a la toma del poder, primero derrotando al neoliberalismo, y después construyendo un proyecto político nacional-popular que ha transformado el modelo de Estado y se encuentra en proceso de transformación del modelo económico.

Asumiendo que al pasado no vamos a regresar jamás, y que las mayorías sociales en Bolivia apoyan al instrumento político creado por esas mismas mayorías, campesinas, indígenas, obreras, estudiantiles, etc., será necesario también el apoyo de los movimientos sociales internacionales y de la izquierda latinoamericana para blindar un proceso de cambio que va a sufrir numerosos ataques desde hoy y hasta las próximas elecciones presidenciales a finales de 2014. Un proceso que va a ver como la oposición política y mediática se ve fortalecida, como los conflictos sociales se refuerzan sospechosamente, y como se amplía la imagen mediática de supuestos aspirantes a Presidente que hablarán en nombre del pueblo pero no contarán con su respaldo.

Que hacer

Si bien América Latina vive una transición hacia un escenario post neoliberal gracias a los procesos de cambio que con sus avances, y a pesar de las contradicciones inherentes a la gestión de un Estado, van conquistando demandas históricamente postergadas, los peligros están ahí. El imperialismo no descansa y va a tratar de golpear a uno de los pilares de los procesos de cambio como forma de debilitar los procesos de integración regionales y la construcción de alternativas a un sistema en crisis que se demuestra inviable salvo para asegurar la reproducción de las elites económicas y políticas.

En ese escenario, es importante fortalecer los vínculos y las relaciones existentes entre el gobierno boliviano y los movimientos sociales y redes internacionales, mantener una comunicación permanente y fluida, dotándose de mecanismos de intercambio de análisis y propuestas para la construcción de una agenda común. Todo ello con el objetivo de reforzar el camino conjunto iniciado durante las luchas continentales frente al ALCA y consolidado en Tiquipaya durante la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra.

Ahora es cuando

Pero la rearticulación entre el gobierno boliviano y los movimientos sociales internacionales no tiene que darse exclusivamente con la finalidad de blindar un proceso de cambio que debe ser ratificado por el pueblo boliviano en las urnas, sino que debe tener una finalidad más estratégica que táctica. No es solo el proceso de cambio en Bolivia quien necesita el apoyo de los movimientos sociales y la izquierda latinoamericana, sino que a su vez las luchas populares en América Latina necesitan gobiernos aliados que, a modo de retaguardia, fortalezcan también los procesos impulsados desde abajo por los movimientos.

Estamos en un momento crucial para el continente, porque sin obviar una posible convocatoria de elecciones en Venezuela que en cualquiera caso avalará el legado político de Chávez en la figura de un Nicolás Maduro continuador del chavismo como proyecto político, la figura de Hugo Chávez, al igual que lo fue la figura de Fidel Castro, es insustituible en cuanto a estratega que mira más allá de su propio país. Chávez y Castro son los Bolívar, San Martin, Artigas, Sucre o Martí de la segunda mitad del siglo XX e inicios del XXI, son los arquitectos de un proyecto político para construir de nuevo la Patria Grande que los antiguos libertadores soñaron. Y en ese proyecto el compañero Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Evo Morales ha sido un alumno aventajado.

Porque ni Fidel ni Chávez van a volver a ser protagonistas principales de un proyecto de integración y emancipación continental. Nos han dejado el horizonte trazado, y son ahora otros los que deben recoger el testigo y levantar la bandera de la emancipación para continuar haciendo historia. Y en este momento le corresponde dar un paso al frente al compañero Evo. A pesar de la contundente victoria de Rafael Correa en Ecuador, ni la correlación de fuerzas interna al interior de su gobierno, ni el enfrentamiento que mantiene con una buena parte del movimiento social e indígena permiten que pueda ser la figura que aglutine y lidere ese proyecto fruto de una alianza entre gobiernos de izquierda y movimientos sociales. Incluso desde el punto de vista de la condición de clase es Evo, aymara de nacimiento y sindicalista de formación política, miembro de la Vía Campesina y de las redes que articularon la resistencia a la celebración en 1992 de los 500 años de colonización, quien está llamado a tener un mayor protagonismo en el escenario regional.

Precisamente porque los movimientos sociales internacionales necesitan de una retaguardia, de gobiernos aliados que apoyen las procesos y luchas en todo el continente, porque necesitamos trabajar conjuntamente problemáticas como la lucha contra la militarización, las bases militares, la criminalización de la protesta social y las agresiones del Imperio; la batalla contra las transnacionales, las privatizaciones y la desnacionalización; la crisis climática y los derechos de la Madre Tierra; la solidaridad internacionalista e integración entre pueblos hermanos, es que necesitamos tener compañeros presidentes que desde los gobiernos acompañen las luchas populares en la construcción de una alternativa al sistema capitalista, alternativa que en Bolivia el Presidente Evo ha plasmado recientemente en el Manifiesto de la Isla del Sol y en la Agenda Patriótica 2025.

Porque esa alternativa no se inventa, sino que se construye día a día desde los pueblos, en un dialogo permanente entre los gobiernos aliados y los movimientos sociales que tienen que empujar desde abajo y desde la izquierda. Solo así podremos ofrecer propuestas reales que se traduzcan en políticas públicas que favorezcan a las mayorías sociales, solo así podremos blindar los procesos de cambio para que sigan construyendo alternativas a un sistema capitalista depredador del ser humano y la naturaleza. Hay momentos en los que hay que abrazar la responsabilidad histórica que se nos presenta para la consolidación de la Patria Grande. Ahora es cuando compañero Evo.

- Katu Arkonada es militante del proceso de cambio en el Estado Plurinacional de Bolivia
Publicado originalmente en el semanario La Época

 

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