Pérez en su laberinto?

15/07/2013
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El escenario político en Guatemala se encuentra alterado por una inusitada orden del Presidente Otto Pérez a sus ministros: que no deben asistir a las citaciones que reciban de los Jefes de comisión del Legislativo o Jefes de bancada, y que en todo caso envíen a sus viceministros a cubrirlas. Esta inédita orden, transmitida de viva voz a través de los medios de comunicación, en un país democrático, ya que atenta en contra de lo que mandata la Constitución, seguramente hubiera tenido graves implicaciones legales para el Presidente; pero en Guatemala ya sabemos que eso no pasará.
 
¿Será por eso que el Presidente se atreve a poner en duda la autoridad y la autonomía de un Organismo de Estado autónomo, como lo es el Legislativo? Los ataques del Presidente Pérez Molina al Congreso de la República han sido constantes y sistemáticos. ¿Será que el Presidente solamente quiere trasladar al Congreso el notorio desgaste que está teniendo su Gobierno o hay atrás una estrategia más dañina? Esas y otras preguntas flotan en el ambiente y se reproducen en análisis de prensa y redes sociales de forma constante.
 
Los ataques se iniciaron el año pasado y parecen subir de tono cada vez más. Es curioso porque el Presidente y su Partido ¿Patriota? tuvieron la capacidad de llevar al Legislativo por el camino que mejor les convino, en el año que ganaron las elecciones, incluso antes de tomar posesión; eso vale tanto para que aprobara un Presupuesto General de Ingresos y Egresos para el 2012 a la medida de sus deseos y para elegir a la Junta Directiva del Congreso; hasta la aprobación de una readecuación fiscal en los primeros meses de su Administración, lo que lograron sin mayor trámite.
 
Aunque la capacidad de ¿convencimiento? del presi y su partido fue decayendo con el paso de los meses, en lo trascendental siempre ha tenido la capacidad de alinear las mayorías que ha necesitado cuando realmente lo desea y le conviene (esas dos variables no se presentaron a la hora de cumplir sus promesas a las organizaciones campesinas, por ello la Ley de Desarrollo Rural no fue aprobada). Por ello llama tanto la atención de las tensiones que ha seguido provocando Pérez Molina.
 
Para nadie es un secreto que la posibilidad de mantenerse en la presidencia siempre fue una idea que se mantuvo en los sueños del mandatario, para ello se esbozó una reforma constitucional que fue violentamente rechazada por los poderes fácticos, los que como siempre utilizaron los poderosos grupos de presión de que disponen, CACIF incluido. Pretender profundizar la deteriorada credibilidad del Congreso, dado el generalizado apoyo que recibe de la prensa comercial, puede ser utilizado para impulsar un rompimiento institucional y así, provocar la convocatoria a una Constituyente que elimine la prohibición de la reelección; esa fue la fórmula que utilizaron los grupos económicos más poderosos para darle salida a la crisis de Serrano, aunque se hayan limitado a promover una reforma constitucional que, eso sí, les permitió consolidar el despojo de los recursos del Estado al imponer que éste sólo pueda obtener financiamiento de la banca privada.
 
Otra línea de acción podría estar siendo implementada para responder a la notable pérdida de respaldo de la ciudadanía hacia el Presidente y su equipo de Gobierno, incluyendo el enorme desencanto que han producido su notoria incapacidad para detener la violencia, brindar seguridad y proporcionar empleo, que fueron los caballitos de batalla de la campaña electoral en 2011; como lo ha demostrado una reciente encuesta de opinión pública difundida por la prensa. En ese sentido, ha sido notable el incremento de la publicidad gubernamental, en un vano intento de promover una eficiencia y capacidad que nadie reconoce, tratando de contrarrestar sus debilidades por medio de “vendernos” un país idílico, en el que sus gobernantes privilegian los intereses nacionales, no regalan recursos nacionales a las trasnacionales y empresas locales, no otorgan contratos por medio de ejecución directa (o sea eludiendo la Ley de Compras y Contrataciones), en el que todos somos felices y amamos a quienes nos desgobiernan.
 
Pero más allá del dispendio de recursos en campañas de publicidad que no engañan a nadie, el peligro real es que al Presidente le esté rondando en la cabeza la posibilidad de imitar a Jorge Serrano, el aprendiz de dictador que en 1993 decidió disolver el Congreso y las Cortes de Justicia, en lo que se conoció como auto golpe de Estado y que terminó con un exilio que lleva un poco más de 20 años para el imitador de Alberto Fujimori.
 
No deja de llamar la atención que el Presidente y su ¿equipo? tense tanto la cuerda con medidas anti populares, para nada transparentes, que afectan los recursos estatales y engrosan las cuentas de sus financistas locales y socios externos; en un mundo en el que varios pueblos del mundo han desarrollado verdaderas rebeliones populares para defenestrar a gobernantes que se vuelven indeseables. Es cierto que el pueblo de Guatemala ha sido sometido por medio del terror desde 1954, y que el miedo está siendo despertado por los colegas militares y paramilitares de la Fundación de los terroristas, para impedir el avance de la justicia en los casos por genocidio; pero tarde o temprano el pueblo de Guatemala se sacudirá el miedo. ¿Estarán conscientes de eso quienes se turnan cada cuatro años para desgobernar el país y convierten las finanzas del Estado en un botín?
 
Publicado el 12 de Julio, 2013
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