La Marcha de los Cuatro Suyos

07/08/2000
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Aproximadamente 100 mil personas se dieron cita, el jueves, en el Paseo de la República entre el Palacio de Justicia y el Hotel Sheraton. Con danzas, con lemas, con recuerdos, los escalones marchaban al son militar de una grabación de una banda: no eran carnavalillos, no eran danzas alegres del norte sino música de banda militar. ¿Los que peleamos por la democracia qué tenemos metido en el inconsciente que invocamos lo militar a través de la música en una lucha por la democracia? Llegaron desde los cuatro extremos del país y se unieron a los limeños y los limeños se unieron a ellos y se habló "mi hermano", por fin. Por fin un campesino se refirió a un urbano como "mi hermano" y un cholo medio indio a un blanco como "mi hermano" y ese fue el Secretario general de la Confederación Campesina del Perú. Nos reconciliamos en nuestra diversidad y fue muy aplaudido, como fue abucheado también Ticona de la Confederación Campesina de Perú (CCP) que ahora está con Fujimori. Porque de todos los bandos se pasan al Poder. Y subió don Fernando Belaunde a quien tan severamente criticamos en otros tiempos y fue aclamado y cuando alguno decía pero "¿y la página 11?" recordando el escándalo del acuerdo petrolero y la página perdida en 1968 que dio pie al golpe de estado de entonces. Cuando eso pasaba, las masas gritaban "unidad, unidad" y el país se estaba reconciliando con su pasado. Y cuando don Fernando habló largo y la gente estaba cansada porque estaba allí hacían cinco horas, las masas gritaban:? unidad, unidad? y lo dejaban seguir, sin silbatinas ni pifias. Reconciliándonos con nosotros mismos. Incendios Al día siguiente 172 heridos y 155 detenidos en comisarías. A Víctor Delfín, ese bronce de lucha, le tiraron arteramente una bomba lacrimógena a la cara y lo tumbó al suelo y le partió la oreja y le partió la frente pero al rato Víctor estaba cosido, en pie y en la otra marcha de la tarde. Carajo. Así fueron los heridos. No eran del otro lado. De este bando fueron todos. Y de esa talla. Eso no tienen los enemigos del pueblo. Y aparecieron los incendios horrendos. Dice que la policía estuvo ausente en esos puntos. Dicen que estaba más concentrada en otros lugares. Los archivos incendiados son los que eran más importantes para estudiar la corrupción del régimen y el involucramiento de Montesinos en el aparato de las drogas: el Archivo General de la República y los del Banco de la Nación, en este último todo lo referente a deuda externa. El tercer archivo fue el Jurado Nacional de Elecciones, aquel donde sobraron un millón y medio de votos en abril y donde hubo dos millones de firmas fraguadas para inscribir al candidato que dice tener al 50% de la población consigo. Si la tiene, ¿por qué tanta trampa? Y los revoltosos incendiarios ¿eran brutos, cómplices o agentes del enemigo? Además de muertos puede haberse producido una perdida en el material que hay que investigar cuando el régimen caiga en el olor de su corrupción y abuso. Ahora esperamos calmados hasta la próxima salida a la calle en otro momento. Lo destruido en vidas y materiales no se repone nunca. Y eso lo saben ellos y nos echan la culpa y no sabemos pero no creemos que sean de nuestro lado. Nadie puede ser tan suicida en una marcha tan pacífica. El resultado concreto de este proceso de marchas y revueltas es que el innombrable se escondió en el Pentagonito, local del ejército donde funciona el servicio de inteligencia, para hacer el desfile militar que normalmente se hace en Campo de Marte. Las tribunas preparadas en el Campo de Marte quedaron abandonadas el 29 de Julio y lo aviones se quedaron estacionados mientas otros pasaron el 28 para asustar a la población a 2000 kilómetros por hora. Tienen miedo. Y eso lo hemos ganado los antes asustados de la calle. Ahora ellos tienen miedo a caerse. Y tienen razón porque se van a caer.
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