FSM 2004
Declaración Final del IV Foro Parlamentario Mundial
02/02/2004
- Opinión
Mumbai, India, 19 de enero de 2004
1. Durante los últimos tres años, las reuniones
periódicas del Fondo Parlamentario Mundial (FPM) se han
celebrado en Porto-Alegre, Brasil. En enero de 2004,
simultáneamente con el Foro Social Mundial (FSM), se ha
reunido por primera vez en Asia, concretamente en la
ciudad de Mumbai (India), en un momento en el que
estamos asistiendo al agravamiento de una crisis
internacional. La celebración del IV Foro Parlamentario
Mundial en este contexto resulta especialmente
importante.
2. En la era de la globalización, la potestad de los
parlamentarios y legisladores de pedir cuentas a los
gobiernos y de legislar libremente se ha visto
deliberadamente mermada. Reafirmamos la legitimidad de
nuestra autoridad para exigir a las autoridades
nacionales y mundiales que rindan cuentas de su gestión
y trabajaremos para poner freno a la pérdida progresiva
de nuestro poder legislativo en el marco de la soberanía
parlamentaria.
3. Cuatro años después del fiasco de Seattle, el fracaso
de la Quinta Conferencia Ministerial de la Organización
Mundial del Comercio (OMC), celebrada en Cancún, ha
demostrado que el sistema de comercio actual no solo
está experimentando una crisis de legitimidad, sino que
se está rompiendo en pedazos. En el marco del sistema de
comercio actual, dominado por la OMC, la distancia que
separa a los ricos de los pobres está aumentando de
forma alarmante, por lo que el mito de que el libre
comercio sin restricciones es la llave que permitirá
alcanzar la prosperidad mundial ha quedado
indudablemente desacreditado. Ha llegado ya el momento
de revisar las normas comerciales y fomentar un comercio
justo, equitativo y sostenible que beneficie a todas las
naciones y a todos los pueblos y sirva para apuntalar,
en lugar de obstaculizar, el desarrollo social y
sostenible. La aparición de nuevas alianzas
internacionales como, por ejemplo, el G20 y el G90 pone
de manifiesto el hecho de que la necesidad de cambio es
ahora más compartida que nunca.
Nos oponemos a la invitación de Suiza a celebrar una
miniconferencia ministerial de la OMC de forma paralela
al Foro Económico Mundial de Davos en enero de 2005.
Los que hemos participado en el FPM estamos plenamente
convencidos de que es posible y necesario optar por un
paradigma económico y comercial alternativo, que
beneficie a la mayoría de los pueblos de todo el mundo.
Hacemos un llamamiento a los parlamentarios y
legisladores para que inicien y apoyen un amplio debate
en sus respectivos parlamentos sobre el desarrollo
sostenible, la reorganización del sistema de comercio
mundial, respetando y teniendo en cuenta las opiniones y
reivindicaciones de los movimientos sociales y de la
sociedad civil en general y cediendo a la ONU el control
democrático de las instituciones financieras y económicas
multilaterales.
4. Las áreas de libre comercio actuales y las que están
en proyecto, que engloban economías muy diferentes entre
sí, como ocurre en el caso de la ALCA, no han servido
para conseguir una justa redistribución de la riqueza,
crear más y mejores puestos de trabajo, aumentar los
salarios ni alcanzar un desarrollo social y
medioambiental sostenible. Por el contrario, combinadas
con unas políticas irresponsables elaboradas por los
gobiernos, dichas áreas han dado lugar a una
concentración de las estructuras de producción en las
manos de las multinacionales, la violación de los
derechos humanos y de los trabajadores, un incremento
del déficit fiscal y la privatización de bienes comunes,
por ejemplo, el agua y la energía.
Levantar todas las barreras comerciales y acabar
progresivamente con las preferencias comerciales entre
socios desiguales no conduce automáticamente a un mayor
bienestar para el conjunto de los pueblos. Es necesario
prestar especial atención a la diversificación de la
economía, el refuerzo de las infraestructuras que
respeten el medio ambiente, la educación y los sistemas
sanitarios y de transporte, sin los cuales ningún país
puede beneficiarse de la mayor apertura de los mercados
internacionales.
Es necesario respetar el derecho de cada país a
desarrollar su propio potencial económico y político.
Somos partidarios de dar prioridad a la integración
regional siempre y cuando ésta venga avalada por
consultas populares y el consenso social; se base en un
proceso de toma de decisiones y de control democráticos;
y, finalmente, garantice el respeto a los derechos
humanos y sociales recogidos en los pactos y acuerdos
internacionales, el desarrollo sostenible y la diversidad
cultural.
En nuestra calidad de parlamentarios y legisladores,
estamos decididos a hacer nuestras estas
reivindicaciones y convertirlas en propuestas
legislativas para lograr una integración regional
pacífica que respete los derechos sociales, el
desarrollo de las zonas rurales, la protección y
diversificación de las economías locales, la soberanía
alimentaria y la diversidad cultural.
Asimismo, exigiremos la puesta en marcha de un sistema de
tributación a escala mundial (tal como el "impuesto
Tobin" para gravar las transacciones financieras
internacionales, los beneficios empresariales...) que
contribuirá al desarrollo de los países del tercer
mundo.
5. Las negociaciones sobre el Acuerdo General sobre el
Comercio de Servicios (GATS) que se desarrollan en el
seno de la OMC representan una amenaza para los
servicios públicos en muchos países. Las peticiones de
que se proceda a la apertura de los mercados para la
privatización y comercialización de la educación, la
sanidad pública, la cultura y el acceso al agua y la
energía, en su mayoría procedentes de los países
industrializados más importantes, no son más que un
reflejo de los grandes intereses económicos de las
grandes empresas. La privatización y la falta de
regulación conducen a la aparición de monopolios privados
que no dan respuesta a las necesidades de los pobres,
sino que contribuyen a privarles aún más de productos y
servicios básicos. La propia educación primaria, tan
importante para la igualdad social y de género, se ve
amenazada por las políticas actuales.
Pondremos en marcha iniciativas en nuestros respectivos
parlamentos y asambleas legislativas para exigir a
nuestros gobiernos que reconsideren y reviertan la
marcha de las negociaciones sobre el GATS. De este modo,
podrían aprobarse disposiciones que protegieran los
servicios públicos y garantizaran el derecho de los
gobiernos a regular e intervenir en ciertos sectores.
Apoyamos las iniciativas emprendidas por distintas
autoridades locales y gobiernos autónomos en todo el
mundo para situarse deliberadamente fuera del ámbito de
aplicación del GATS.
6. El agua y el acceso a la misma están adquiriendo
actualmente una importancia creciente en la escena
internacional. Por ello, es necesario dejar claro que el
acceso al agua es un derecho fundamental, que no puede
ponerse en peligro por motivos relacionados con la
búsqueda de la rentabilidad económica. El agua no es
solo un producto básico; ante todo, es un elemento
natural esencial e insustituible para la agricultura, las
necesidades de la vida cotidiana y muchas otras
actividades.
Tal y como se subrayó en la Declaración de Roma de
diciembre de 2003, es urgente reconocer formalmente que,
según la economía no basada en el mercado, el agua es un
bien común que debe excluirse de la categoría "bienes y
servicios de mercado".
La pobreza y la falta de acceso a los recursos hídricos
provocan la muerte de millones de personas en los países
en desarrollo. Actualmente, mientras el 70% del agua del
mundo se utiliza en actividades productivas, todavía son
muchas las personas que no tienen acceso a agua potable
que ofrezca las mínimas garantías sanitarias. El derecho
a la salud es fundamental pero la globalización
económica neoliberal y los planes de ajuste estructural
están provocando un aumento de las emergencias
sanitarias y dificultando el acceso a los medicamentos y
a la atención sanitaria primaria, ya que conducen al
desmantelamiento de las estructuras sanitarias públicas.
Además, el acceso a los medicamentos se ve todavía más
limitado por los obstáculos que representan los elevados
precios y los derechos de patente de las empresas
farmacéuticas.
Como parlamentarios y legisladores, apoyaremos las
campañas internacionales puestas en marcha por los
distintos movimientos sociales y las organizaciones de
la sociedad civil para salvaguardar el derecho universal
de acceso al agua y garantizar el reconocimiento del
derecho a la salud como un derecho humano fundamental.
7. Lucharemos en nuestros respectivos parlamentos y
asambleas legislativas para la reforma agraria y
conseguir que ésta se ponga en manos de los agricultores
en todos aquellos países en que todavía no se haya
completado este proceso.
8. La deuda externa, bajo este régimen del FMI y del
Banco Mundial, ha sido una herramienta eficaz para
impedir el desarrollo socioeconómico local. Mientras que
James Baker ha venido insistiendo desde finales de la
década de los ochenta en que Argentina debe pagar la
deuda que contrajo durante una dictadura, ahora solicita
al Club de París que cancele la deuda del Iraq, porque
fue contraída durante una dictadura. Este doble rasero
es inaceptable y muestra que el sistema regulador de la
deuda externa es fundamental para ejercer el dominio
económico y político. La cuestión de la "deuda odiosa"
(una herencia del apartheid y los regímenes
dictatoriales) no es sino la punta del iceberg que
representa el problema en su conjunto.
En nuestra calidad de parlamentarios y legisladores, nos
comprometemos a actuar a favor de la cancelación de la
deuda externa de los países en desarrollo, al tiempo que
nos esforzaremos por crear procesos de arbitraje justos
y transparentes que permitan a los ciudadanos afectados
participar en la asignación de fondos al margen del
circuito de la deuda.
9. La Guerra desencadenada por el gobierno de Bush en el
Iraq representó uno de los acontecimientos más negros en
la situación política internacional el pasado año.
Muestra claramente las consecuencias de la doctrina de
Bush conocida como "guerra preventiva" y del
unilateralismo de Estados Unidos. Ha contribuido a
empeorar la dinámica de la guerra que amenaza al mundo
en la actualidad, creando nuevos obstáculos que impiden
alcanzar los acuerdos políticos necesarios en muchas
regiones, como en el caso de Palestina e Israel, de
Mindanao en Filipinas o de la península coreana. La
carrera armamentística y la proliferación de armas
nucleares ha recibido un nuevo impulso. Es evidente que
no apoyamos en su momento el régimen de Saddam Hussein;
apoyamos la democracia, en todos los países. Nos
oponemos enérgicamente a la intervención Unilateral,
militar y política de los Estados Unidos en Iraq y otros
países. Manifestamos nuestra repulsa ante los intentos
estadounidenses de socavar la legitimidad de los
procesos políticos internacionales, especialmente el
papel de las Naciones Unidas.
En nombre de la lucha contra el terrorismo, se está
negando derechos humanos fundamentales, y algunos
colectivos como los inmigrantes y las personas que
solicitan asilo se encuentran en una situación más
vulnerable que nunca antes. El gobierno estadounidense se
está eximiendo a sí mismo de la obligación de cumplir
con el derecho y los convenios internacionales, como
demuestra claramente la escandalosa evolución de la
situación de Guantánamo. Muchos de los violentos
conflictos existentes en África se deben, en gran
medida, al papel que desempeñan unas cuantas
multinacionales occidentales deseosas de apoderarse de
los recursos de este continente. El sector empresarial
ha realizado algunos intentos para crear códigos de
conducta con los que hacer frente a los problemas
sociales, medioambientales y relacionados con los
derechos humanos. Estas cuestiones, (el "Pacto Mundial"
de la ONU, el Consejo Empresarial Mundial de Desarrollo
Sostenible) se han utilizado para llevar a cabo un lavado
verde de la responsabilidad social de las empresas
multinacionales. Por ello, resulta urgente llevar a cabo
una supervisión independiente de la "responsabilidad
social de las transnacionales" y que las legislaciones
nacionales no sean debilitadas.
La legislación antidroga y antiterrorista suele aplicarse
en muchas ocasiones en contra de los movimientos
sociales, como se puso dramáticamente de manifiesto en
el caso de Bolivia y Colombia. En Colombia, los
intereses económicos de las multinacionales han provocado
un desplazamiento de hasta tres millones de campesinos,
se ha asesinado a sindicalistas, se han exterminado
comunidades indias y actualmente existe una evidente
impunidad para las violaciones de los derechos humanos,
mientras que la intervención de los Estados Unidos y la
extensión de la guerra representan una amenaza para la
sociedad civil y para los países vecinos como Ecuador,
Venezuela y Brasil.
Una importante obligación de los parlamentarios y
legisladores hoy día es luchar contra la doctrina de la
"guerra preventiva" preconizada por Bush, fomentar la
solidaridad con aquellos pueblos que viven en zonas de
conflicto, defender los derechos humanos, defender el
derecho de los pueblos a decidir sobre su propio futuro
a través de medios pacíficos y democráticos y terminar
con la carrera armamentística, incluyendo la prohibición
universal de las armas nucleares. Como parlamentarios y
legisladores, tenemos la obligación de trabajar como
agentes de paz y de buscar el final de la violencia. Nos
comprometemos a esforzarnos por crear un nuevo orden
mundial basado en el respeto de los Principios de la
Carta de las Naciones Unidas y los convenios
internacionales. Apoyamos la reforma de la ONU,
empezando por la reestructuración y ampliación del
Consejo de Seguridad para aumentar la representación en
el mismo de los países en desarrollo y reforzar la
legitimidad y efectividad del funcionamiento de esta
organización.
10. En nuestra calidad de parlamentarios y legisladores,
nos comprometemos a trabajar activamente en una campaña
para conseguir la ratificación internacional del
Estatuto de la Corte Penal Internacional (CPI) y a
instar a nuestros respectivos parlamentos nacionales a no
firmar los Acuerdos Bilaterales de Inmunidad con los
Estados Unidos, aún a riesgo de perder las ayudas de
este país.
11. El efecto combinado de la aplicación en todo el mundo
de políticas económicas neoliberales y la dinámica de la
guerra es muy importante. Esta situación provoca una
erosión constante de los gobiernos democráticos y de los
derechos sociales, así como procesos de rearme en varios
países. Además, el efecto combinado de las dos variables
anteriores favorece el auge de los fundamentalismos
religiosos y de las ideologías sectarias, y del peligro
de terrorismo, cuyo objetivo es acabar con la unidad de
los pueblos. Igualmente, contribuye a multiplicar los
obstáculos para que la igualdad de género y los derechos
de las minorías puedan ser una realidad. Nos oponemos a
todas las dictaduras.
Los parlamentarios y legisladores, reconocemos la
importancia específica del auge actual de los
movimientos contra la globalización empresarial y
militar, de la lucha de los trabajadores para defender
los derechos sociales y los servicios públicos, de las
movilizaciones contra la guerra que se han producido en
todo el mundo y, dentro de estas últimas, de los foros
sociales. Están surgiendo nuevas relaciones de
solidaridad, se están construyendo nuevas redes de
convergencia internacional para llevar a cabo
determinadas acciones comunes; en definitiva, se están
colectivizando una serie de alternativas al orden
económico y militar dominantes en la actualidad.
12. En el caso del Sur de Asia, donde se reúne el IV FPM,
los parlamentarios y legisladores reconocemos la enorme
importancia de reforzar la unidad de los pueblos contra
el proyecto actual de globalización empresarial
encabezado por el triunvirato FMI-BM-OMC. Para seguir
adelante con su proyecto, estas organizaciones llevan a
cabo intentos detestables de estimular las diferencias
étnicas, raciales, religiosas y otros factores heredados
del pasado feudal, como las castas. Por ello:
- Reconocemos los esfuerzos realizados por los habitantes
del Sur de Asia para poner fin a los conflictos
regionales y trabajar por la paz mediante un proceso de
diálogo constructivo que permita resolver las disputas y
reforzar la cooperación regional.
- Reconocemos la creciente fortaleza de los movimientos
de las mujeres en su oposición a la discriminación por
razones de género y su lucha por la igualdad de género;
estos movimientos no solo se enfrentan a los obstáculos
que representan las políticas económicas neoliberales,
sino también a otros derivados del "fundamentalismo" y
del "revivalismo".
- Queremos hacer extensivo nuestro apoyo a los
movimientos de defensa de grupos sociales hasta ahora
oprimidos para que puedan alcanzar la justicia social.
- Queremos hacer extensivo nuestro apoyo a aquellas
minorías étnicas y religiosas que reclaman un orden
social justo e igualitario en el que puedan participar
como socios, no como adversarios.
- Por este mismo motivo, reconocemos la necesidad de
oponernos no solo a los gobiernos, sino también a las
fuerzas del fundamentalismo, el oscurantismo y el
sectarismo, que intentan quebrantar la unidad de los
pueblos. Condenamos cualquier forma de terrorismo, tanto
el individual como el de estado.
El respeto a las identidades culturales (incluyendo el
derecho de cada individuo a hablar su propia lengua) es
fundamental para un desarrollo humano sostenible. En
nuestra calidad de parlamentarios y legisladores de
todos los países, nos comprometemos a proteger el mundo
contra una cultura única y homogénea y a impedir la
xenofobia. El FPM se movilizará contra todo tipo de
discriminación - ya sea por causas raciales, de género,
religiosas, económicas, políticas, sociales,
territoriales o relacionadas con el sistema de castas.
Todos los ciudadanos del mundo deben ser tratados con
dignidad.
13. El Foro Parlamentario Mundial y la Red Parlamentaria
Internacional (RPI), constituida tras el primer FPM
celebrado en Porto Alegre en 2001 ya ha lanzado
distintas campañas sobre cuestiones como el régimen
tributario de las transacciones financieras; el GATS y la
defensa de los servicios públicos; el desarrollo
sostenible, durante la Conferencia de Johannesburgo (Río
+ 10); y, finalmente, la OMC, durante la Conferencia de
Cancún. Estas campañas siguen en marcha. Durante 2004,
los principales ejes de movilización serán estos:
14. El 20 de marzo será un día de movilización
internacional contra la guerra y la doctrina de Bush. Es
una oportunidad excepcional para luchar por la paz en el
mundo, hacer extensiva nuestra solidaridad a los pueblos
en lucha (como el palestino), abordar el problema
político que representan las zonas en conflicto (como el
Iraq, Palestina-Israel, el Pakistán, la India, Mindanao
y la península coreana) e integrar de forma más adecuada
en el seno del movimiento pacifista mundial la
reivindicación de la prohibición universal y general del
uso de armas nucleares.
15. La cuestión del desarrollo social y medioambiental se
planteará específicamente en junio de 2004, con motivo
de la reunión de la CNUCD en Sao Paulo, en la que se
llevará a cabo un intento de restaurar el liderazgo de
la OMC. Realizaremos un seguimiento detenido de toda
futura negociación sobre la OMC para expresar la
necesidad de lograr un comercio justo para todos.
16. Manifestamos nuestro más firme apoyo al proceso de
transformación social en Venezuela y rechazamos
cualquier tipo de injerencia extranjera.
17. La primera reunión del Polo latinoamericano de la Red
Parlamentaria Internacional en Caracas, en noviembre de
2003, hizo pública una declaración clara en contra de
las negociaciones actuales sobre el Área de Libre
Comercio de las Américas(ALCA), que se están llevando a
cabo sin contar con la participación de los parlamentos
de los países afectados, violando sus constituciones e
impidiendo a los ciudadanos intervenir y ejercer la
soberanía popular. Apoyamos plenamente esta declaración y
exigimos el fin de estas negociaciones. Compartimos la
propuesta del Polo latinoamericano de la Red, de
presentar las violaciones de derechos humanos de los
emigrantes ante los organismos internacionales y de
empezar a trabajar para garantizar la libre circulación
de personas en todo el continente.
Apoyamos las iniciativas legislativas para el
reconocimiento de todos los derechos humanos, sociales,
cívicos y laborales de los trabajadores inmigrantes,
especialmente en los Estados Unidos y en la Unión
Europea.
Desde hace décadas, Colombia ostenta un récord mundial
dramático: es el país donde se produce el mayor número
de violaciones de los derechos humanos. Desde el
comienzo del mandato presidencial de Álvaro Uribe Vélez,
la situación ha empeorado aún más. Instamos al gobierno a
que ponga en práctica de inmediato la recomendación de
las Naciones Unidas, especialmente en lo referente al
desmantelamiento de los grupos paramilitares; restituya
los derechos democráticos constitucionales revocando los
decretos presidenciales; y proteja incondicionalmente a
los activistas sociales, los defensores de los derechos
humanos y a los parlamentarios de la oposición política,
que actualmente están constantemente amenazados de
muerte. También instamos al Gobierno colombiano a que
negocie un acuerdo humanitario para proteger de forma
eficaz a la población civil de la violencia de la guerra,
así como a reiniciar las negociaciones de paz. Este
acuerdo sería el primer paso para conseguir la
liberación de Ingrid Betancourt, candidata presidencial
secuestrada hace casi dos años, y de todas las otras
víctimas de secuestros existentes en el país.
18. El Foro Parlamentario Europeo se reunió por primera
vez en noviembre de 2003, durante la celebración del
Segundo Foro Social Europeo. El Polo europeo de la RPI
apoyará las jornadas de movilización sindical de los
días 2 y 3 de abril, y la jornada de movilización por una
Europa social, que se celebrará el 9 de mayo, convocada
por una coordinación de movimientos sociales
coordinados.
19. El FPM valora positivamente la propuesta de creación
de un Foro Parlamentario del Sur de Asia que se ocupará
de liderar en esta región el proceso parlamentario de
defensa de los ideales expuestos en la declaración final
aprobada en el FPM de 2004.
20. El FPM y la RPI se movilizarán en defensa de los
parlamentarios que se enfrentan a la represión y
amenazas de muerte por su compromiso con unos ideales
progresistas.
21. El FPM y la RPI defenderán también los movimientos
sociales progresistas y las organizaciones de la
sociedad civil y a los miembros de éstas, que son
víctimas de la represión. Haremos campaña para la
abolición de la pena de muerte en todo el mundo.
22. El FPM, la RPI y los miembros de ésta seguirán
apoyando el proceso del FSM y las campañas de los
distintos movimientos sociales y de los ciudadanos.
Reforzarán sus vínculos con dichos movimientos y
mantendrán un proceso de diálogo sobre la elaboración de
alternativas al orden mundial actual. Trabajaremos en
colaboración estrecha con los organizadores del próximo
FSM para que su interacción con los movimientos sociales
sea más activa.
23. La Quinta reunión ordinaria del FPM se celebrará en
el marco del próximo FSM (enero de 2005, en Porto
Alegre).
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