Los paraísos de la sexualidad, infierno y discriminación o paraíso y diversidad
19/05/2004
- Opinión
Buenos días, quisiera decir que este texto ha sido
elaborado gracias a las voces de otras compañeras y
militantes con quienes hemos compartido espacios de
reflexión y lucha y de teóricas que enriquecieron
nuestra mirada. En particular, hemos articulado textos
con Fabiana Tron.
¿Infierno y discriminación o paraíso y diversidad?
Infierno, en la mitología griega y romana, eran los
sitios subterráneos a donde iban las almas de los
muertos para recibir castigo por las faltas cometidas.
Lugar destinado por la Justicia Divina para castigo
eterno de los réprobos (herejes).
Es extraño y suena paradójico llamar "Justicia Divina"
a castigos y culpas. Una vez escribí un graffiti al
respecto, que decía: "el castigo no es Divino(con
mayúscula), es divino(con minúscula)", un poco para
rebelarme, con causa, a ese destino.
El paraíso aparece como un lugar en el que, según la
Biblia, Dios puso a Adán y Eva. El cielo de los justos,
cualquier lugar ameno. Paradójicamente, el paraíso es
el lugar más alejado en los teatros, el más incómodo,
claro, más cerca del cielo pero más lejos de la
realidad observable, algunos dicen que se ve mal pero
es el que tiene mejor acústica, será un consuelo o
resignación, será cuestión de registros, de quien
prefiere escuchar o quien prefiere ver, cuestión de
gustos.
En la Edad Media, se llevó a cabo la cacería de brujas
por parte de la Inquisición. Ellas eran mujeres que,
"fueron durante mucho tiempo los únicos agentes de
salud para los más pobres". Así pasaron a la
clandestinidad, fueron perseguidas y masacradas igual
que aquellas mujeres que habían perdido la capacidad de
procreación y su encanto físico o las que hubieran
hecho uso de su sexualidad fuera de lo permitido por la
sociedad, o bien, las que lograban vivir de forma
autónoma sin dedicarse a actividades domésticas,
cuestionando la autoridad masculina o la de la
Iglesia. A muchas lesbianas también nos han mandado a
la hoguera o al infierno, algunas fueron porque
pensaron que era su destino probar, otras porque les
gustaba la idea, otras no eligieron, pero muchas no
fueron porque no saben, a "ciencia cierta" dónde queda
o porque no quisieron ir; ahora, no recuerdo que nos
hayan dado pasaje alguno al paraíso (salvo
recomendación de algún cura a modo de extorsión para
virar el deseo de alguna confesa lesbiana donde "solo
tendríamos chance en el paraíso si lográramos
controlar el deseo y no concretarlo").
Todo sistema social es una manera de ordenar el mundo.
El ordenamiento que nos rodea y la manera en que nos
ordena a nosotras no es un ordenamiento arbitrario o
casual. No surge por generación espontánea ni es
natural. Es un ordenamiento interesado, histórico, es
decir sujeto a las fuerzas históricas y a sus variables
y por lo tanto cultural.
Ese ordenamiento supone una manera de observar,
explicar, valorar y regular a la sociedad y responde a
unos intereses determinados. La gran trampa en la que
se nos hace caer es que las instituciones sociales
generadas por ese ordenamiento aparecen como
naturales. Lo que viene dado por la Naturaleza no cabe
más que asumirlo. El sistema capitalista y patriarcal
ha utilizado esta naturalización para sostener,
justificar y controlar un ordenamiento que contiene
profundas desigualdades. Así aparecen las lógicas
dicotómicas y jerárquicas. Hombre es superior a mujer.
Blanco es superior a negro. Cristiano es superior a
judío, judío a musulmán, la mente es superior al cuerpo
y la heterosexualidad es superior a la homosexualidad.
Ese componente inferior del par queda ubicado en el
lugar de "la diferencia", mientras que el miembro
superior ocupa el lugar de "la normalidad. De esta
naturalización resulta que los modelos que se proponen
para interpretar la realidad no suelen ser advertidos
como modelos en la vida cotidiana sino como la realidad
misma. Confundimos la realidad con el modelo y en la
medida en que los sistemas sociales logran hacer creer
a los individuos que los modelos que se presentan son
los únicos posibles aseguran su permanencia. Esta
supuesta naturalización es la causa de la alienación de
los individuos por la cual se nos dificulta ver que el
único lugar que hay para nosotras en ese esquema es de
subordinación. Lo que no puede existir en el sistema
simplemente no existe. Así, la única forma de relación
sexual para este sistema es la heterosexual y puesto
que no hay más que una no tiene sentido diferenciar
sexualidad de heterosexualidad.
Esta forma de limitación no es solo cuantitativa "TODOS
SON HETEROSEXUALES" sino cualitativa. Hay cualidades de
la realidad social de las que no se habla jamás. Se nos
hace ignorar que disponemos de una capacidad de
relacionarnos sexualmente que se caracteriza por su
plasticidad y diversidad. De la gama amplísima de
posibilidades, el orden social impone una, la
heterosexualidad.
Pero esta sociedad con su ordenamiento, no solo limita
las posibilidades reales y limita el número de personas
que pueden alcanzarlas sino que establece las maneras
de realización. Esto es la normalización: esta sociedad
capitalista y patriarcal necesita una determinada
manera de relación sexual para asegurar la reproducción
de la especie (por eso heterosexual) y para asegurar la
reproducción de su ordenamiento (por eso el
androcentrismo) . Esto significa no cualquier
heterosexualidad sino una ligada preferentemente a la
familia, preferiblemente restringida a la edad fértil,
preferentemente genital, preferiblemente coital. Es
también una heterosexualidad acorde al mantenimiento de
la opresión de las mujeres por eso androcéntrica, es
decir ligada a una heterosexualidad centrada en la
sexualidad del hombre, una heterosexualidad que niega
el placer autónomo de las mujeres a favor del placer
"domado" por los hombres y dependiente del suyo. Una
mujer se constituye como tal cuando un hombre "la hace
mujer" en la relación sexual.
La heterosexualidad obligatoria se constituye como una
institución que se sostiene gracias a dos premisas
fundamentales: sexualidad = reproducción y sexualidad =
heterosexualidad y a un sistema de géneros rígido y
estereotipado. Es importante no perder de vista este
concepto de heterosexualidad obligatoria como
institución, ya que el sistema de géneros rígido que
impone a los hombres ser de una determinada manera y a
las mujeres de otro, oprime tanto a varones
heterosexuales, como a varones gays a mujeres
heterosexuales como a lesbianas.
Nada más sencillo que explicar lo anormal como desviado
de lo normal para no tener que explicar la misma
normalidad ¿ Qué quiero decir con esto? Supongamos que
les pregunto ¿Cómo se llama una persona que tiene dos
piernas?... ¿Y la que tiene dos brazos? No podemos
responder a esas preguntas porque no hay palabras para
eso. Pero sí tenemos y sabemos lo que significan las
palabras manca o renga. De quien tiene dos brazos o dos
piernas no sabemos más que "es normal". Esto significa
que hay realidades que no es necesario nombrar porque
son normales y es más diferenciador nombrar los
aspectos que contravienen la norma. Con esta misma
lógica podemos pensar ahora las orientaciones sexuales.
A la pregunta ¿Por qué sos lesbiana? que todas nosotras
hemos tenido que soportar infinidad de veces no se
corresponde la de: y vos, ¿por qué sos heterosexual?
Porque lo normal no necesita ser explicado.
El modo que la sociedad tiene de controlar y asegurarse
que la norma de la heterosexualidad obligatoria se
cumpla y a su vez teñirla de un barniz de superioridad
es la homo/lesbofobia.
La lesbofobia es un conjunto de ideas y prejuicios que
se convierten en parte de la cultura general y se
manifiestan en chistes, chismes o comentarios acerca de
la homosexualidad o el lesbianismo.
Vivimos una especie de expropiación del cuerpo por
parte de quienes se adueñan, en principio, de nuestros
sentidos, nos establecen una jerarquización que
privilegia una cosa por sobre la otra, donde aparecen
los pares de opuestos que no son más que el discurso
binario, dogmático que incluye a casi todas las
instituciones existentes desde la familia en adelante
atravesando las religiosas, estatales, las científicas,
etc. No hemos llegado a comprobar si la diversidad es
un paraíso porque durante siglos han intentado
aniquilar aquellas diferencias que mostraban la
realidad por sobre lo impuesto. La diversidad está
fuera de control, da miedo y así se legitima la
violencia, siempre aparece un disciplinador para
generar miedo, entre otras cosas, a la diversidad.
En ese sentido, hay algo que me parece que puede ser un
buen ejercicio: cada vez que escuchemos el adjetivo
"normal" aplicado a algo, podríamos probar a hacer el
cambio por "normativo" para explorar qué tipo de
relaciones se están haciendo y desde dónde se está
hablando.
Podemos deducir que siempre que podamos elegir o
hacernos cargo de nuestro deseo estaremos más cerca de
la salud. Relevamiento Les voy a leer un relevamiento,
la encuesta llevada a cabo por el" Programa
Desalambrando", fue realizada sobre una muestra al
azar durante la concentración de La Marcha del Orgullo,
el 1º de noviembre del 2004, elección que tuvo como
sentido el caudal de lesbianas que se convocan en la
misma.
Nuestro proyecto tiene como una de las tareas
prioritarias, realizar todos los abordajes posibles
para ir completando los datos para llevar a cabo la
campaña de prevención, concientización y visibilización
de maltrato hacia y entre lesbianas, elaborando un mapa
de estado de situación del cual partir, que se irá
completando a medida que el trabajo nos acerque más al
conocimiento desde el campo y la teoría
Frente a la pregunta ¿Vivencias algún tipo de violencia
por ser lesbiana?
Un 46 % responde que sí, un 44 % que no y un 10 % no
contesta.
¿Cómo se expresa esa violencia por ser lesbiana?
Un 26 % habla de comentarios despectivos en la familia,
20 % habla de homofobia y discriminación. Un 10 %
menciona la discriminación en el trabajo. Otro 10 %
menciona los comentarios despectivos en la calle, otro
10 % la invisibilidad. Un 6 % siente la violencia como
el temor por represalias al mostrarse en la calle y
otro 6 %, teme agresiones verbales.
Detrás de los porcentajes estadísticos y frases de este
cuerpo textual, existen cuerpos reales. Los mandatos
tienen inscripción en el cuerpo así como los estigmas
repercuten en el cuerpo. Las lesbianas nos somos las
mujercitas de los cuentos infantiles, ni Bellas
durmientes ni Blancanieves ni Cenicientas a la espera
de un príncipe que nos despierte o calce. Las lesbianas
no hemos tomado la manzana como fruta prohibida,
nuestro terrible error parece que fue, entre otros, no
solo no haberla mordido sino no habernos convertido en
costilla. No, no son los hombres los que nos hacen
mujeres o lesbianas y no es la falta lo que nos define.
El otro día dialogando con una Doctora, nos decía que
las lesbianas, tal vez, a partir de no centrar todo el
juego erótico en el "pene", buscábamos otros espacios
de goce o placer; yo me niego a que seamos definidas
desde la falta (carne de cañón para el psicoanálisis,
¿y por qué en este caso puntual, nunca se les ocurrió
definir la envidia desde lo que sobra?), me niego
porque esta actitud falocéntrica establece una vez más
el parámetro desde el cual comienza la comedia de
enredos que, a veces, llamamos mitos, otras prejuicios,
otras, paraíso y otras infierno. Una alineación donde
si no me reconozco, no puedo reconocer a otro.
El problema no son las lesbianas sino las verdades
absolutas, el problema son los discursos en voz alta y
los de voz baja, las entrelineas, los detalles al pie,
los sub textos:- "somos peligrosas, subversivas,
perversas, enfermas"- en fin, la construcción social de
un cuerpo real que le hace jaque a la idea de un
"deber ser" de un cuerpo, paradójicamente, "minado".
Armadas desde afuera cual rompecabezas por mano y obra
de Dios-según La Iglesia e innatistas, etc-, de la
familia que nos pinta de rosa, nos pone vestido y nos
indica minuciosamente cómo debemos ser, de la Escuela,
que no nos educa ni nos forma sino que nos vierte la
información que debemos aceptar sin más como exacta,
cierta e inamovible y teme educarnos sexualmente porque
"el saber es poder, poder elegir", de la iglesia o
templo o sinagoga, que nos castiga-culpa-silencia salvo
que sepamos llevar nuestro deseo anudado y vayamos a
confesarnos de vez en cuando, de algunos profesionales
de la salud, que como creen que lo nuestro no tiene
remedio, nos recetan que "el silencio es salud", de
los jueces que nos sentencian y de los policías que
están al servicio de alguna comunidad, menos una que
incluya lesbianas, travestis, gay, transgénero,
intersex, pobres, desocupados, discapacitados,
prostitutas, etc.
Y ustedes preguntarán cuándo viene la parte del
paraíso, o éstas se están victimizando o calcinando en
el infierno.
Pues fíjense que no es casual en esto de las
dicotomías, que las cosas sean blanco o negro (siempre
el negro es lo malo y tampoco es ingenuo) ni que se
plantee paraíso o infierno en las fantasías
heterosexuales en relación a lesbianas, construcciones
dilemáticas que tienden a fracturar los vínculos y las
identidades. Creemos en un criterio de verdad que no
es absoluto, en verdades circunstanciales, plásticas,
que se actualizan con los contextos, con las
individualidades, con las especificidades que, por
supuesto generan más incertidumbre, pero tienen que ver
más con una mirada del mundo que no esté sesgada o
estereotipada, una verdad especular. Nos imponen que
hay que definirse, hay que decidir si se es una cosa o
se es otra porque, inmediatamente, aparecen los
agenciadores del sistema que nombré anteriormente, para
ubicarse y saber cuál es el blanco a disparar (en este
caso el color es simbólico porque implica precisión).
Somos blancos móviles de la ignorancia e intereses de
un sistema que se perpetúa gracias a taladrar sobre los
cuerpos, los valores que lo sostienen, valores
impuestos, valores que cotizan en bolsa. Poder y
dinero. Y la sexualidad? Y la salud sexual? También
mueve poder y dinero.
La situación más grave- desde la salud- de estar en el
closet o en el encierro, la forma de violencia más
terrible que nos condena al secreto, al silencio, es
la de quienes están en el closet consigo mismas, esto
es, quienes niegan tener deseos y sentimientos hacia
otras mujeres y luchan por reprimirlos. Cuando el
closet se convierte en un modo de vida, en una barrera
que no puede saltarse, sus consecuencias son las
contrarias a la definición de salud enunciadas por la
OMS "como un estado de bienestar físico, mental y
social y no la mera ausencia de enfermedad" y, por lo
tanto, se convierte en un problema de salud sexual. Y
esto está ligado a los derechos porque ninguna lesbiana
podrá reclamar por una atención ginecológica eficiente
donde se contemple que tiene relaciones con otra mujer,
o por el derecho a acceder a la tecnología reproductiva
si no puede presentarse ante la sociedad como lesbiana.
Para esto recomendamos:
. Promulgación de leyes antidiscriminatorias que
incluyan la orientación e identidad sexual
. Derogación de leyes discriminatorias
. Promulgación de leyes sobre salud reproductiva que
permita el acceso de las lesbianas a los servicios
públicos de fertilización asistida
. Promulgación de leyes que garanticen la igualdad de
derechos para las parejas del mismo sexo
. Promulgar leyes sobre violencia doméstica que
contemplen la situación de las parejas lesbianas,
incluyendo servicios especiales de atención
. Fortalecimiento de las defensorías de los habitantes
y Comisiones de Derechos Humanos sensibilizados y
concientizados sobre la problemática de lesbianas
. Talleres y seminarios de capacitación y
concientización para profesionales de la salud que
incorporen el abanico existente de diversidades con
quienes abordar la salud
. En el ámbito de la educación (el ámbito escolar es
uno de los ámbitos más lesbofóbicos) consideramos
importante que las diversidades sexuales sean
presentadas en las clases de educación sexual como lo
que son, una variante más de la sexualidad humana y no
como "lo raro" "lo diferente" en sentido peyorativo
ligado a la exclusión
. Políticas de salud pública en gral al respecto
Entendemos por salud a la búsqueda de un concepto de
salud que nos abarque como un proceso de conocimiento
dinámico donde aprendamos a mirarnos, a poder elegir, a
accionar, al autoconocimiento, a la autonomía y al
ejercicio de los derechos. Por lo tanto, no somos
buenas pacientes.
El paraíso o el infierno son lugares cuyos dueños han
usufructuado su alquiler y sub alquiler por siglos. La
ideología fascista, conservadora, positivista se ha
augurado funcionarios de sus intereses . El mismo
médico que discrimina o invisibiliza o chantajea a su
paciente, si es que esta pudo asumirse delante de él,
el mismo terapeuta que le dice a su paciente, y voy a
citar a una de las lesbianas que vienen a nuestro
programa que se acercó a un "Centro de Salud" para
buscar ayuda:
- "me preguntó por qué estaba tan gorda, qué clase de
torta era y qué tal me iba en la cama, porque los
homosexuales-me dijo- se la pasan cogiendo, todos cogen
con todos"- situación que se habría dado en el Centro
de Salud de Lugano I y II, llamado "Centro 3" y un
terapeuta del servicio llamado Lic. Andrés Añón.
Decía, esos mismos profesionales, jueces, médicos,
terapeutas, etc que ejercen esta violencia, después
llegan a su casa y alquilan una película porno de
lesbianas para lograr el climax necesario para llegar
al infierno o al paraíso según sus preferencias donde
las lesbianas ya no son esas perversas tortas
vulnerables que buscan atención para su salud sino
perversas excitantes al servicio de su placer,
ubicadas en otro contexto, donde habrá camillas donde
se jugará "a la doctora" y una oscultará a otra pero
esta situación, lejos de darle asco o repulsión,
encenderá sus fantasías hasta las últimas
consecuencias. Luego, sacará la película y con ella a
las lesbianas que ocuparon una hora y media de su
agenda más privada, su cama, y seguirá su vida tan
"normal". Queremos dejar claro que muchos otros
profesionales luchan y se juegan por diferenciarse, son
aliado de la diversidad y verdaderos agentes de salud
en un sentido integral.
Las lesbianas no estamos representadas por ninguna, el
abanico de situaciones posibles es infinito como tantas
lesbianas hay, algunas tocan el cielo con las manos y
otras tocan fondo, unas hacen el amor hasta estallar y
otras estallan en mil pedazos dándose contra la pared
contra la injusticia contra la impotencia, algunas
hacen camas de tres o cuatro y otras no tienen cama
porque no tienen empleo y se quedaron en la calle,
están las que hacen el amor con todo el cuerpo y
quienes ni sienten que lo tienen de tanta negación,
rechazo o invisibilidad, están las sadomasoquistas y
las que salen a pintar consignas de liberación de las
ataduras, están las que se pasan horas mirándose al
espejo para arreglarse y las que desterraron el espejo
de sus baños porque no pueden ni mirarse, las que
pueden reunirse en familia y las que solo se
familiarizaron con la soledad porque todos le dieron la
espalda, las que aman a otra hasta la locura y las
que son tomadas por locas cuando dicen que aman a otra
, las que hacen el amor como ninguna porque como
nadie conocen el cuerpo que tocan y las que como odian
su cuerpo no pueden tocarse ellas como a nadie, están
las que sienten fuego de tanta pasión y las que se
consumen a diario por la opresión del silencio. Y más.
Nosotras convidamos gentilmente a la comunidad en
general y a los profesionales de la salud en
particular, a salir de sus propias cárceles, a no ser
cómplices, a no oprimir el cuerpo de nadie, a no usar
el cuerpo de nadie como un mapa colgando en un pizarrón
y a registrar a un ser que no esta dibujado sino que
palpita y piensa.
Infierno o paraíso, qué más da, en todo caso, lo más
cercano a lo que llaman paraíso, tal vez, sería una
sociedad justa. La esperanza en que "Otro mundo es
posible" radica para nosotras en que comprendamos que
mientras los derechos humanos y la opresión de algún
grupo cualquiera sea, no sean respetados y
contemplados, los derechos de todos están en peligro.
Una campaña contra la violencia en Colombia decía - mi
cuerpo primer territorio de paz-. Que cada cual elija
qué hace con su territorio, que nadie invada el
territorio ajeno, que nadie cerque las ideas. A
desalambrar.
Bibliografía
. "Maltrato y abuso en el ámbito doméstico" Jorge Corsi
(compilador)
. " Lesbianas, Salud y Derechos Humanos desde una
perspectiva. Latinoamericana" Alejandra Sardá- Verónica
Villalba- Laura Eiven.
. "Lesbianas, heterosexualidad obligatoria y
discriminación" Fabiana Tron.
* Laura Eiven es Coordinadora Area de Investigación de
Desalambrando. Ponencia presentada en el Foro de Salud
Sexual, "Los paraísos de la sexualidad, infierno y
discriminación o paraíso y diversidad". auspiciado por
la Asociación Sexológica Alerta 2000 y el Hospital
Fernández, división área programática el 25 de marzo de
2004 en el Aula Magna del Hospital
https://www.alainet.org/es/articulo/109949
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