El periodista de la era Internet

06/06/2006
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El periodista digital se encuentra exigido por dos tendencias que a simple vista parecen contrapuestas: por un lado en cuanto a sus condiciones de empleo, la concentración monopólica de los conglomerados multimedia y su sinergia de recursos lo obligan a realizar la tarea de tres o más personas -lo que influye negativamente sobre la calidad y dedicación de su tarea-; y por otro, un usuario cada vez más exigente que espera de él no sólo que produzca información de calidad, sino que pueda jerarquizar, seleccionar y discernir la información importante en medio del descomunal caudal de información que potencia Internet. El peligro del exceso informativo Una de las principales virtudes de Internet -la disponibilidad de un gran caudal de información a poco costo y tiempo- se puede volver un problema si el usuario de la red no sabe cómo utilizar esa información. Para no morir de indigestión informativa es necesario desarrollar coordenadas de jerarquización y evaluación de la información que se puede hallar en la red. ¿El futuro del periodismo está en peligro? Internet rompe con las limitaciones tradicionales de acceso a la información, las cuales dictaminaban que un grupo selecto de individuos (los periodistas) accedían a la información y luego la transmitían al resto de la población. Ahora, la red es un inmenso recurso de información de primera mano para el usuario. ¿Cómo afecta esto al periodismo? "el medio electrónico debe competir con el alud de información que ofrece Internet como fuente primaria, a su vez con las propias agencias de información disponibles directamente en red. El medio digital tiene que tener un valor añadido que facilite que el receptor elija un medio y no la fuente para informarse. Se trata de actualizar, de reflexionar, de analizar, de contextualizar la información para el consumidor".¿El periodismo en la era Internet se encuentra en peligro? Si bien es cierto que "los nuevos canales de los medios de comunicación han convertido a las fuentes primarias y a la gente normal en verdaderos periodistas de hecho, perjudicando tal vez el monopolio anterior que un selecto grupo de profesionales solía ejercer sobre la emisión de información pública Propongo esta metáfora: "el periodista debe ayudar a la gente navegar a través de las noticias, como si se tratara del capitán de un barco en medio de una tormenta." En conclusión, vale la pena transcribir una de las conclusiones del Informe de la Organización Internacional del Trabajo, que reunió en Ginebra en el año 2000 a más de 20 países para evaluar el impacto de las nuevas tecnologías sobre los trabajadores de los medios de comunicación: "Se seguirán necesitando periodistas. La manera en que trabajan y los instrumentos que utilizan pueden cambiar mucho gracias a los nuevos canales de información, pero seguirá habiendo necesidad de alguien que recopile y organice las informaciones, que escriba bien, que verifique los hechos y que haga la edición necesaria para hacer que esta información resulte útil." La polivalencia en el periodismo digital Los propietarios de los medios de comunicación, gracias al equipamiento tecnológico continuo, han impuesto el concepto de "polivalencia" -o también "periodista multimedia"- para redefinir las nuevas tareas de los periodistas. "Los empleadores han utilizado las nuevas tecnologías radiotelevisivas para conseguir la "polivalencia" de los periodistas, haciendo que lleven a cabo su labor de producción técnica además de su labor editorial". De la mano de la inexorable carrera tecnológica emprendida por los medios de comunicación, parece imponerse un único discurso: el de la racionalidad técnica, y enmarcada dentro del pensamiento positivista. "la producción de noticias online ya no es tarea de un único periodista, requiere la presencia de un equipo. La figura del super-periodista que realiza todo el trabajo (redactar, diseñar, digitalizar el audio y el vídeo, etc.) no es más que un mito. La clave de un producto online de calidad reside en la buena coordinación de todas las actividades y de las personas que forman parte del grupo. La persona encargada de todo el proceso será el "productor": un nuevo rol ha sido creado en el periodismo." De la polivalencia a la esclavitud Uno de los efectos más visibles de a polivalencia periodística desarrollada por los medios de comunicación es lo que muchos profesionales digitales han denominado un nuevo modo de "esclavitud". Desregulación y megafusiones Las políticas neoliberales, que se cimentan en la desregulación del mercado y la privatización de los servicios, han marcado el camino del desarrollo de los medios de comunicación. Asimismo, el rol del Estado ha sido cada vez más pasivo en torno a los efectos que las nuevas tecnologías han tenido sobre le empleo. El citado informe de la OIT señala: "las políticas estatales en materia de tecnología no están siempre orientadas de manera clara a regular los efectos que las TIC tienen en el empleo. En la mayoría de los países, dichas políticas estatales comprenden la aplicación de medidas de desreglamentación (privatización y liberalización) cuyos efectos en el empleo suelen ser perjudiciales para los trabajadores interesados."Esa liberalización del mercado ha dado lugar a las megafusiones de empresas de información y entretenimiento, las cuales se han transformado en gigantescos conglomerados multimedia. El informe de la OIT traza así el mapa mundial de las megafusiones en materia de comunicación: "las industrias de los medios de comunicación, la teledifusión y la cinematografia están dominadas por importantes empresas: Disney, Time Warner (que incluye CNN, Fortune, Time, Metro Goldwin Meyer), News Corporation (que incluye The Australian, The Times, The New York Post, Harper Collins, y muchas empresas de cinematografía y televisión), Viacom, Sony, Bertelsman, Seagram/Universal-Polygram, Gannett, Kirch, Havas, Vivendi, Fininvest, Pearson, entre otras -- así como por empresas gigantes a escala regional, por ejemplo, Globo y Televisa en América Latina." Este proceso de megafusiones a nivel global ha ido absorbiendo a los competidores locales, por lo resulta cada vez más difícil la existencia de medios de comunicación importantes fuera de los grupos nombrados. El periodista teletrabajador Al proceso de desregulación de las políticas neoliberales le corresponde -a nivel empresario- una creciente desregulación de los contratos de trabajo, y una proliferación cada vez mayor del teletrabajo. Todo esto, motorizado por la tecnología: un periodista freelance afirmó que "la tecnología está cambiando nuestra forma de trabajar y también la estructura de las editoriales; las redacciones se vacían de trabajadores fijos y muchos reportajes se encargan a periodistas externos... la figura del teletrabajador está creciendo" De acuerdo a una encuesta mundial que comprendió a 98 países, la Federación Internacional de Periodistas concluyó que el sector de los periodistas independientes sigue creciendo en proporción a la comunidad periodística total. Del total calculado de 225.000 periodistas que ejercen en 28 países de Europa (...), unos 70.000, es decir, casi una tercera parte del total, trabajaban como periodistas independientes. En África, América Latina, Asia y el pacífico, entre un 20 y un 40 por ciento de los periodistas trabajan por cuenta propia. La incorporación de la tecnología a los medios de información parece tener dos consecuencias evidentes: por un lado, beneficia a los periodistas free-lance o independientes: "la red aumentó el campo de los independientes: antes, el acceso que tenía el personal a las bases de datos potentes, como FT Profile, le daban una ventaja enorme sobre los independientes, pero ahora cualquiera puede entrar en toda una serie de archivos en línea que le dan acceso a tanta información como los propios servicios oficiales.". Pero por otro lado, perjudica a los periodistas de planta: "la sobrecarga de información es una de las principales quejas que hacen los periodistas a tiempo completo que usan regularmente la Internet, que considera al correo electrónico como el principal culpable. Los comunicados de prensa, los boletines electrónicos, los memorandos internos y las cartas de los lectores, hacen que se produzca un flujo continuo de datos en los buzones de entrada." De acuerdo a una investigación en Teleformación y Teletrabajo en el ámbito del Periodismo, realizado en el año 2001 en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y dirigido por el Lic. Rubén Canella, sobre 200 casos en Capital Federal y Gran Buenos Aires, existen dos claras tendencias entre los periodistas con relación al teletrabajo: a) los que no se consideran teletrabajadores, aunque utilicen los sistemas del teletrabajo en el ámbito del periodismo. Se aplica parcialmente en los periodistas de cultura tradicional, determinados por el medio y por sus costumbres. Inferimos por comentarios latentes no manifiestos explícitamente que la presencia en la redacción es un modo de refrendar en el día a día, la conservación del puesto de trabajo, bien escaso en este contexto. b) Los que se consideran teletrabajadores, generalmente jóvenes que no tienen un puesto de trabajo en las redacciones, y que trabajan desde su casa y/u oficina. Generalmente producen material para más de un medio. Relacionando estas conclusiones con lo antes expuesto, se puede concluir que: - la resistencia de los periodistas tradicionales a autodenominarse teletrabajadores tiene que ver con el miedo a perder la referencia con el lugar de trabajo, más allá de que tengan conciencia de que el uso inevitable de Internet como nexo entre el profesional y la redacción tiende a diluir las responsabilidades en relacionales laborales precarizadas - los periodistas más jóvenes, que crecieron en el marco del desarrollo de las políticas neoliberales de desregulación, no tienen una referencia más fuerte con relación al lugar físico de trabajo, y se adaptan fácilmente no sólo a las nuevas tecnologías, sino también a las condiciones del teletrabajo. No ven a la tecnología como una amenaza contra su trabajo, porque se insertaron en el mercado cuando ya estaban así dadas las condiciones. La calidad de la información en peligro Se ha señalado que el periodista digital -exigido por las nuevas tareas que le demandan más tiempo- se ve empujado a descuidar una de sus funciones principales: cuidar la calidad de la información. Sin tiempo para chequear datos, corroborar fuentes, investigar nuevas pistas posibles sobre algún tema; las cualidades de la información periodística se van degradando en función de la rapidez y la eficiencia requerida por los medios digitales: "los periodistas trabajan más; disponen de menos tiempo para realizar sus investigaciones y para escribirlas; producen informaciones más superficiales." La sinergia de contenidos en Internet La producción de contenidos en Internet debe ser interpretada de acuerdo al principio de sinergia, que consiste en: "usos múltiples de un mismo producto, o utilización de los mismos factores de producción para realizar bienes diferentes." A su vez, el principio de sinergia tiene que ser enmarcado en el proceso de delineamiento de los grandes conglomerados multimedia: la misma información en distintos soportes. El informe de la OIT dice al respecto: "los periodistas de radiotelevisión tienen que aprender a utilizar varios sistemas de gestión de contenido orientado a las bases de datos así como a aplicaciones como Photoshop, Ilustrator y Quark, especialmente cuando estén trabajando en varios medios. (...) Los periodistas salen ahora sólo con un operador(a) de la cámara. Con más emisiones que antes (radio, televisión digital, un canal de televisión mundial, un servicio de noticias en línea y otros servicios análogos) un reportero puede tener que preparar muchas más versiones de reportajes que antes." La sinergia de los contenidos redunda siempre en un beneficio para las empresas: si son de producción propia, utilizan al mismo profesional para producir la misma información en distintos soportes; y si son tercerizados, ahorran costos de empleados y hasta incluso pueden formar alianzas con otras empresas para que los contenidos no le cuesten absolutamente nada: "la producción propia en los portales horizontales últimamente está siendo reemplazada por la contratación de contenidos externos, que están resultando más económicos y hasta se pueden conseguir en forma gratuita." Conclusiones El periodista de la era digital encuentra en Internet una nueva posibilidad de hacer relucir su capacidad para analizar, jerarquizar y ordenar la información, distinguiendo lo importante de lo irrelevante. Esa función le asegurará su futuro profesional, en un contexto en el que cualquier usuario puede dar a conocer su información por la red. La calidad de la información será su producto de valor añadido. Sin embargo, algunas amenazas se tejen alrededor de la profesión del periodista. Y éstas tienen que ver con el proceso de megafusiones de los conglomerados multimedia trasnacionales. Este proceso tiene dos consecuencias graves: una es la precarización del empleo, que gracias a la retirada del Estado del escenario de las negociaciones colectivas se vuelve inestable y desprotegido. La otra consecuencia tiene que ver -en el marco de las políticas neoliberales de desregulación- con el avance de las empresas de entretenimiento sobre las de información, avance que produce peligrosas hibridaciones entre la información y el entretenimiento. El fenómeno del infoentretenimiento redunda en una baja en la calidad de la información, que se transforma en producto intercambiable y reutilizable gracias a la sinergia de estos grupos multimedia, que aprovechan los recursos con una mentalidad más comercial que periodística. Asimismo, la labor del profesional de los medios se ve multiplicada para satisfacer la demanda de los conglomerados, entonces se encuentra realizando las tareas de tres o más personas al mismo tiempo, en detrimento de su dedicación al tratamiento de su materia prima: la información. - Hugo Sirio, Escobar -Buenos Aires – Argentina.
https://www.alainet.org/es/articulo/115496

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