Segunda Carta Abierta al Diario El País sobre su política racista respecto a Bolivia
30/06/2008
- Opinión
Editorialistas del “El País”:
En el día de hoy, primero de julio de 2008, ha de reconocerse que con su editorial “Guerra de Referendos” han superado sus propios niveles de infamia periodística derramada sobre Bolivia durante el último año y medio, desde que en enero de 2007 el nuevo gobierno boliviano asumió sus funciones adoptando una política económica contraria a los intereses del grupo PRISA al que su diario pertenece y de otras corporaciones de cuyos beneficios ustedes también participan. A estas alturas ya no se sabe qué produce más vergüenza, si la tergiversación descarada de sus noticias o el racismo lampante de sus posiciones. ¿Son capaces de contemplar su imagen en el espejo vergonzoso de su editorial de hoy? Permítanme ayudarles.
Una victoria democrática en las urnas resulta para su editorial la imposición de una “masa indígena” que pretende ahora dotarse de una capacidad de decisión que, según ustedes, no les corresponde porque nunca la habrían tenido, ni siquiera, frente a lo que pretende una “historia mitológica”, en tiempos precoloniales. Dicho de otra forma, para ustedes ser indígena resistente al colonialismo hispano significa carecer de capacidad humana. Esto no es nada nuevo. Tiene un nombre, el de racismo. Poner en pie de igualdad derechos de no indígenas y derechos de indígenas, autonomías no indígenas y autonomías indígenas, según prevé el texto constitucional ya aprobado en Bolivia por la Asamblea Constituyente, significa para su editorial privilegiar “el origen étnico de sus naturales”. Tampoco es nueva la maniobra de imputar racismo a la posición antirracista.
Ante este nuevo editorial me embarga la duda sobre si lo suyo es sólo tergiversación intencionada o también ignorancia descontrolada. Hablan de unos frentes en la “guerra de referendos” que no se trazarían entre no indígenas e indígenas, pues el primer sector también contaría con “una masa indígena, pero amazónica, en lugar de los quechuas y aymarás que componen la feligresía de Morales”. Aparte de que el lenguaje mismo ya transpira racismo, la composición es estereotipada y maniquea o, más sencillamente, falsa. He sido testigo presencial de la proclamación de autonomía por los Cinco Pueblos Étnicos de Santa Cruz el día treinta de abril de 2008 de la que ustedes evidentemente no dieron ninguna noticia. Se hizo expresamente conforme a las previsiones del proyecto de Constitución, a la espera de la misma, y con carácter preventivo ante el referendo autonómico del Departamento convocado para el cuatro de mayo.
Se refiere su editorial a las autonomías departamentales, nunca a las indígenas pues, según ustedes, el indígena carece por naturaleza de capacidad de decisión. Consideran por fin a las primeras, pues en sus noticias no lo hicieron, “ilegales”. Su concesión se queda corta y resulta además sesgada. No es que sean contrarias a unas leyes que ustedes implícitamente descalifican como producto de una “agenda indigenista”. Es que son, por el procedimiento de convocatorias de referendos, inconstitucionales y, por el contenido de los estatutos que se refrendan, racistas. Si desconocen a los pueblos que llaman “amazónicos”, me imagino que tampoco se han preocupado de conocer ni comparar los textos en liza entre los diversos referendos, el constitucional y los estatutarios. La ignorancia voluntaria les conviene sin género de duda y la cultivan bien a conciencia. Quieren hacernos partícipes y así cómplices.
Me permito finalmente una recomendación para que puedan reconocerse en la imagen del espejo. Apliquen sus criterios a la Sudáfrica del apartheid, a aquella África de una “masa indígena” sin capacidad de decisión propia, y vean lo que resulta. Imaginen un medio de información británico que hubiera adoptado una postura semejante cuando comenzó a desmontarse el apartheid. Endosen a Nelson Mandela el baremo infame que le aplican a Evo Morales. ¿No se avergüenzan de verdad nada ante su propia imagen?
Atentamente,
Bartolomé Clavero
Miembro del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.
En el día de hoy, primero de julio de 2008, ha de reconocerse que con su editorial “Guerra de Referendos” han superado sus propios niveles de infamia periodística derramada sobre Bolivia durante el último año y medio, desde que en enero de 2007 el nuevo gobierno boliviano asumió sus funciones adoptando una política económica contraria a los intereses del grupo PRISA al que su diario pertenece y de otras corporaciones de cuyos beneficios ustedes también participan. A estas alturas ya no se sabe qué produce más vergüenza, si la tergiversación descarada de sus noticias o el racismo lampante de sus posiciones. ¿Son capaces de contemplar su imagen en el espejo vergonzoso de su editorial de hoy? Permítanme ayudarles.
Una victoria democrática en las urnas resulta para su editorial la imposición de una “masa indígena” que pretende ahora dotarse de una capacidad de decisión que, según ustedes, no les corresponde porque nunca la habrían tenido, ni siquiera, frente a lo que pretende una “historia mitológica”, en tiempos precoloniales. Dicho de otra forma, para ustedes ser indígena resistente al colonialismo hispano significa carecer de capacidad humana. Esto no es nada nuevo. Tiene un nombre, el de racismo. Poner en pie de igualdad derechos de no indígenas y derechos de indígenas, autonomías no indígenas y autonomías indígenas, según prevé el texto constitucional ya aprobado en Bolivia por la Asamblea Constituyente, significa para su editorial privilegiar “el origen étnico de sus naturales”. Tampoco es nueva la maniobra de imputar racismo a la posición antirracista.
Ante este nuevo editorial me embarga la duda sobre si lo suyo es sólo tergiversación intencionada o también ignorancia descontrolada. Hablan de unos frentes en la “guerra de referendos” que no se trazarían entre no indígenas e indígenas, pues el primer sector también contaría con “una masa indígena, pero amazónica, en lugar de los quechuas y aymarás que componen la feligresía de Morales”. Aparte de que el lenguaje mismo ya transpira racismo, la composición es estereotipada y maniquea o, más sencillamente, falsa. He sido testigo presencial de la proclamación de autonomía por los Cinco Pueblos Étnicos de Santa Cruz el día treinta de abril de 2008 de la que ustedes evidentemente no dieron ninguna noticia. Se hizo expresamente conforme a las previsiones del proyecto de Constitución, a la espera de la misma, y con carácter preventivo ante el referendo autonómico del Departamento convocado para el cuatro de mayo.
Se refiere su editorial a las autonomías departamentales, nunca a las indígenas pues, según ustedes, el indígena carece por naturaleza de capacidad de decisión. Consideran por fin a las primeras, pues en sus noticias no lo hicieron, “ilegales”. Su concesión se queda corta y resulta además sesgada. No es que sean contrarias a unas leyes que ustedes implícitamente descalifican como producto de una “agenda indigenista”. Es que son, por el procedimiento de convocatorias de referendos, inconstitucionales y, por el contenido de los estatutos que se refrendan, racistas. Si desconocen a los pueblos que llaman “amazónicos”, me imagino que tampoco se han preocupado de conocer ni comparar los textos en liza entre los diversos referendos, el constitucional y los estatutarios. La ignorancia voluntaria les conviene sin género de duda y la cultivan bien a conciencia. Quieren hacernos partícipes y así cómplices.
Me permito finalmente una recomendación para que puedan reconocerse en la imagen del espejo. Apliquen sus criterios a la Sudáfrica del apartheid, a aquella África de una “masa indígena” sin capacidad de decisión propia, y vean lo que resulta. Imaginen un medio de información británico que hubiera adoptado una postura semejante cuando comenzó a desmontarse el apartheid. Endosen a Nelson Mandela el baremo infame que le aplican a Evo Morales. ¿No se avergüenzan de verdad nada ante su propia imagen?
Atentamente,
Bartolomé Clavero
Miembro del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas.
https://www.alainet.org/es/articulo/128474
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