Un sistema bastante <i>gangsteril</I>

22/03/2012
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Según la ONU, el crimen organizado supone el 3,6% del Producto Interior Bruto mundial. Y el blanqueo de dinero de ese crimen por el sistema financiero es el 2,7% del PIB mundial. En 2009, 1 billón seiscientos mil millones de dólares criminales entraron en el sistema financiero para blanquearse. Y se quedaron. Sólo se descubrieron e incautaron algo más de 300 millones de dólares (un 0, 2%). Calderilla. ¿Por qué será?
 
La economía criminal global es tráfico de drogas, personas, vida silvestre, órganos y armas; extorsión, fraude y robo. Los gángsters amenazan, extorsionan, prestan con intereses usurarios, recurren a la violencia física, fuerzan o alteran muchas vidas, eliminan competidores, personas molestas o testigos, rechazan toda regla o control... Solo conseguir grandes beneficios. Solo ganar más, siempre y como sea.
 
La ONU ha convocado congresos y convenciones para luchar contra el crimen organizado, pero no se avanza. ¿Por qué? Como asegura el magistrado Jean de Maillard, “sistema financiero y criminalidad organizada se refuerzan mutuamente”. Porque quienes forman la economía criminal global hacen muy suyo el dogma neoliberal. Y el capitalismo neoliberal ha hecho posible el crecimiento de la economía criminal global. Una progresión criminal de tal volumen que las economías de muchos países (Italia, Rusia, Colombia, México, Perú, Turquía, Birmania, Afganistán, Tailandia, Japón, Taiwán, Honk Kong, Austria, Luxemburgo...) no se comprenden sin las redes criminales actuando en ellas. Claro que la economía criminal existe también porque hay paraísos fiscales, cuentas corrientes secretas, secreto bancario y movimiento de capitales financieros sin control ni reglamentación alguna. ¿Algún gobierno de país rico, FMI, Banco Central o similar ha mostrado interés real en cambiar tal situación?
 
En otro orden de cosas, aparentemente diferente, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, antaño era el encargado de Golden Sachs para vender en Europa productos financieros “Swap”. Por ejemplo. Unos “Swaps” que permitieron maquillar la deuda griega para que Grecia cumpliera (aparentemente) los requisitos para ingresar en la zona euro. Draghi vendía “Swaps” y el gobernador del Banco Central de Grecia, Lucas Papademos, los compraba. Papademos es hoy jefe del gobierno griego, impuesto por FMI, Banco Central Europeo y Comisión Europea. ¿Sorprendente?
 
En una secuencia de Cayo Largo de John Houston, amenaza tormenta en los cayos de Florida. Y varias personas permanecen encerradas en un hotel: unos gángsters con su jefe (Johny Rocco), el dueño del hotel, su nuera y un oficial americano que regresa de la Segunda Guerra Mundial. En un momento de tensión, el soldado pregunta a nadie: “¿Qué quiere Rocco?” Y se responde: “Quiere más”. El gángster asiente: “Eso es, quiero más”. El oficial pregunta de nuevo: “¿Alguna vez tendrá Rocco bastante?” Y el gángster no le deja continuar: “Nunca tengo bastante”.
 
Banca internacional, fondos de inversión, especuladores financieros todos, FMI, BCE, Comisión Europea... nunca parecen tener bastante. Estrujan a Grecia hasta sacarle la última gota; acogotan a España forzando más recortes; lo mismo con Portugal, Italia... Realmente, nunca tienen bastante.
 
¿Y después?
 
No reactivación económica, ciertamente. Las consecuencias las conocemos de tiempo. Cientos de miles, sin casa; aumentan paro y pobreza en Europa (115 millones de ciudadanos en riesgo de pobreza o exclusión social), millones de familias forzadas a una economía de guerra, aumentan un 40% los suicidios en Grecia...
 
Pero no todo es negativo, hombre. El Banco Central Europeo ha donado a la banca europea un billón de euros al 1% en los últimos cuatro meses. ¿Fluye el crédito de nuevo a las empresas y se reactiva la economía? Pues no, porque los bancos compran deuda de los estados y, con la inestimable ayuda de las oscuras agencias de rating, ganan 3 o 4% sin hacer nada.
 
Si, como el cine negro nos ha mostrado, gangsterismo es buscar y conseguir como sea el mayor beneficio posible, recurriendo a la violencia, soborno, engaño, malas artes, coacción y chantaje; sin reparar en nada para ganar dinero y más dinero; nunca tener bastante y rechazar de plano cualquier sombra de control o regulación... me da en la nariz que este sistema capitalista neoliberal es bastante gangsteril.
 
Y eso sin referirnos a las connivencias del sistema financiero con la economía criminal global, lavando su dinero sucio y otras gentilezas.
 
 Xavier Caño Tamayo
Periodista y escritor
 
 
https://www.alainet.org/es/articulo/156689

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