Comercio de Carbono y REDD + en Mozambique: campesinos cultivan carbono al servicio de contaminadores

17/06/2012
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Maputo, 18 de Junio de 2012 (Via Campesina Africa News) – La producción alimenticia y la soberanía de los pueblos africanos corren el riesgo de estar seriamente comprometidas debido a la implementación de proyectos de plantío y de conservación de árboles para la captura de carbono y la llamada Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación forestal Plus (REDD+). Tales proyectos podrán conducir el continente hacia graves situaciones de inseguridad alimenticia y tener como consecuencia la pérdida de la propiedad de la tierra y del control de los recursos forestales por parte de los  campesinos de África.
 
En Mozambique, este escenario será inminente ya que el país ofreció su territorio para servir de “modelo” para proyectos de captura de carbono y REDD +.
 
Al caer la tarde, Albertina Francisco*, campesina de la comunidad de Nhambita, en la provincia de Sofala en Mozambique,  regresa a su casa, cansada, después de otro día de actividad en su machamba (palabra usada en Mozambique para decir granja). Además de ocuparse del maíz, mapira (una especie de sorgo) y mandioca que cultiva, Albertina comenzó a tener una tarea enorme y adicional: cuidar los árboles que plantó hace algunos años, para tener la certeza de no verse penalizada a fin de año por la Envirotrade, la empresa con la cual tiene un contrato de provisión de carbono. Lo que sucede es que Albertina debe, obligatoriamente, evitar la muerte de las plantas y garantizar su buen desarrollo de tal modo que, por lo menos un 85% de las plantas recibidas sobrevivan.
 
“Más allá del maíz y de la mapira ahora tengo también que cuidar a los árboles, para que no mueran. Planté muchos árboles y no es fácil controlarlos todos”, dijo Albertina, que visita su granja dos veces por día.
 
Como Albertina, otros 1400 campesinos de Nhambita y otras comunidades del puesto administrativo de Púngue en Sofala fueron contratados para plantar y cuidar a los árboles en sus tierras.
 
“Cuando llegaron, dijeron que el proyecto es bueno porque si plantamos los árboles, recibiremos dinero para combatir la pobreza, y seremos dueños (de los árboles) una vez finalizado el proyecto”, cuenta un campesino de Nhambita.
 
El proyecto se denomina “Nhambita Community Carbon Project[i]. El objetivo de la empresa Envirotrade consiste en secuestrar carbono a partir de la agro-forestación, comercializar los créditos de carbono en el mercado voluntario, en este momento en Europa y Estados Unidos. Comprando créditos de carbono, las empresas de países industrializados pueden “vender” una buena imagen a sus clientes, limpiar su consciencia y permitir la contaminación del planeta. Con la implementación de REDD+ y la compra de los créditos de carbono se pretende que los países ricos continúen con la emisión de gases con efecto invernadero, siempre y cuando financien proyectos de secuestro de carbono en otros lugares, generalmente en países del sur.
 
Con este proyecto, la Envirotrade dice que se preocupa por aliviar la pobreza de las poblaciones.
 
Más allá del uso de tierras para la plantación de árboles (gliricidia, faidherbia, acajús, mangueras, especies madereras), las comunidades están igualmente convocadas a proteger y patrullar una área demarcada de poco más de 10 mil hectáreas, en las cuales la Envirotrade también comercializa créditos de carbono a través del mecanismo REDD+.
 
Los servicios de plantío, conservación y protección de los bosques están regidos por un contrato entre la Envirotrade y los campesinos. El contrato es por tiempo determinado y tiene una duración de sólo 7 años. Sin embargo, de acuerdo con las cláusulas del contrato, le productor (campesino) tiene la obligación de plantar y cuidar los árboles y recibirá un valor anual que varía en función del sistema elegido y de la extensión de la tierra usada. Luego de siete años, el pago termina, pero la obligación de cuidar permanece.
 
“Es obligación del campesino continuar con el cuidado de las plantas, que le pertenecen, también después de los siete años da vigencia de este contrato”, determina uno de los párrafos de la cláusula sobre las obligaciones del productor.
 
De acuerdo con la Envirotrade, un árbol captura carbono durante un período de entre 50 y 100 años. La obligación de cuidar las plantas y bosques por parte de los campesinos pasa, automáticamente, a ser multi-generacional.
 
“Si un campesino pierde la vida dentro del período de vigencia del contrato, este pasa a los legítimos/legales herederos (hijos) con todos los derechos, pero también con las obligaciones”, aclara Antonio Serra, Director Nacional de la Envirotrade.
 
Nhambita es una comunidad del distrito de Gorongosa, en el puesto administrativo de Púngue, centro de Mozambique. Es rico en biodiversidad y ostenta una vegetación y una riqueza de bosques dignas de codicia.
 
La Comisión Europea financió la Envirotrade desde el inicio del proyecto en 2003 hasta 2008 con casi 1500 mil euros, para actividades de investigación y experimentación en Nhambita. La Comisión Europea ha recortado la financiación y una de las razones fue porque encontró irregularidades en la metodología propuesta para la medición del carbono.
 
Lo que el campesino gana en el negocio...
 
De acuerdo con la Envirotrade, sus proyectos tienen como objetivo aliviar la pobreza (de las comunidades), proporcionar desarrollo sustentable y conservar la biodiversidad. “Es una nueva forma de hacer negocio”, afirma la empresa en su página web[i], y se muestra convencida de ofrecer un nuevo modo de vida para individuos y comunidades.
 
Ahora bien, la prestación de servicio de un contrato de un campesino al cual tuvimos acceso se hará a través del plantío de árboles en un área total de 0,22 hectáreas (22 metros por 22), en  su huerta, y recibirá un valor total de 3.215 meticales (128 USD) para los 7 años de duración del contrato. Para ganar dinero suficiente para aliviar la pobreza, este campesino precisaría muchas más hectáreas, diversificación de sistemas y plantar muchos más árboles. Lo que se verifica prácticamente imposible.
 
El sistema mejor pago por la Envirotrade se denomina “plantación boscosa” y puede pagar al productor cerca de 17,500 Meticales (670 USD) divididos por siete años.
 
Estos valores se refieren a 1 hectárea, lo que quiere decir que el valor puede ser alto o más bajo dependiendo del tamaño del área. Los campesinos en Nhambita tienen un área promedio de una hectárea por familia.
 
“Un campesino que tenga 1 hectárea puede en un año firmar un contrato con el sistema de bordadura válido por 7 años y el año siguiente en la misma área, firmar  un contrato de consociación por 7 años y el tercer año  firmar un contrato de 7 años para el sistema de huerta, así este productor quedará unido al proyecto durante mucho tiempo”, explicó Antonio Serra, Director Nacional da Envirotrade en Mozambique.
Pero, no se engañe quien piense que con REDD+ y el plantío de árboles se volverá rico: “El negocio de carbono no es para volver rico a nadie (campesinos). El propio mercado muestra que tiene muchos costos. No va a convertir ricas a las comunidades. Las personas precisan tener otras formas de rendimiento”, dijo en una entrevista, Aristides Muhate, el gestor de Carbón de la Envirotrade.
 
Hace tres años que la Envirotrade dejó de emitir nuevos contratos, debido a problemas financieros.
 
Soberanía alimentaria en peligro
 
Es importante enfatizar que dedicarse a estos servicios podrá aumentar la inseguridad alimentaria de la comunidad o de las familias, si observamos el tiempo y la dimensión del área que el campesino precisa para plantar una cantidad de árboles que le posibilite ganar más dinero. Ello llevará al campesino a “cultivar carbono” en lugar de culturas alimenticias.
 
Por otro lado, “el enfoque de los valores económicos en la conservación de los  bosques comunitarios, promovida por la Envirotrade, no convertirá a los valores culturales, espirituales y biológicos en valores menos importantes ya que las comunidades siempre supieron conservar los bosques durante generaciones y generaciones”, dice un estudio[ii] de Jovanka Spiric, que investigó los impactos socioeconómicos del esquema REDD implementado en Nhambita.
 
Existe un número considerable de campesinos que abandonaron la plantación y se dedican  tiempo completo a cortafuego y patrulla de los bosques del área REDD+.
 
Gabriel Langa*, padre de 4 hijos y dos esposas, es jefe del grupo que se ocupa de cortafuego y patrulla en el bloque 2, un área de REDD+, “protegida” en la zona de Bué María, en Púngue. Antes cultivaba para alimentar a la familia.
 
“Ahora la actividad principal es el cortafuego. No tengo tiempo para ir a machamba”, dijo Langa.
 
Langa va a ganar 8845 Meticales (340 USD) por el cortafuego en área “conservada” y que serán compartirlos en el grupo (de 4 miembros) del cual él es jefe.
 
Los bosques nunca estuvieron en riesgo de desaparición...
 
Para la Envirotrade, la zona tapón del parque Nacional de Gorongosa[iii], donde se encuentra la comunidad de Nhambita, corría el riesgo de desaparecer debido a la tala masiva de árboles (para carbón) y a quemas descontroladas.
 
El comité de Gestión de los Recursos Naturales de la localidad de Púngue, que funciona a partir de Nhambita, en Gorongosa, establecido antes de la llegada de la Envirotrade, junto a los líderes comunitarios, desmiente esa teoría y afirma que siempre supo cuidar y conservar los bosques y la tierra en la localidad.
 
“La comunidad no tenía ningún problema y siempre supo gerenciar los recursos. El establecimiento del Comité de Gestión, en 2011, reforzó esa capacidad porque tuvimos un entrenamiento con ese fin”, dice Francisco Samajo, presidente del comité mencionado, quien agrega, “eso es lo que probablemente trajo la Envirotrade para aquí”.
 
Aristides Muhate, de la Envirotrade, reacciona: “A veces las personas quieren imponer  su mérito por encima de todo. Todo el mundo sabe que hoy esta zona estaría autorizada para corte ilegal de madera. Él (el jefe del comité de gestión de los recursos) no tendría ni siquiera recursos (dinero) para hacer la patrulla que  hace”.
 
La Envirotrade financia el comité de gestión de los recursos naturales para que ella, a su vez, pueda pagar a fiscales para patrullar los bosques y “defenderlos” contra miembros de la misma comunidad.
 
A pesar de que los campesinos afirmen tener ciertos beneficios a partir del  proyecto de la Envirotrade (árboles frutales, un poco de dinero todos los años, un puesto sanitario, transporte en caso de enfermedad), parece no haber consenso para admitir que las comunidades eran muy pobres y que la gestión de sus bosques y tierras era deficiente.
 
Otro campesino de Nhambita, Raimundo Eduardo, afirmó que nunca se consideró pobre, porque, según su opinión “tengo machamba y siempre trabajé”. 
 
Abandono del plantío de Árboles: no todos consideran a esta actividad divertida
 
Juvenal Francisco*, 31, campesino de Nhambita, abandonó el plantío de árboles en 2010 por considerar los servicios sin rendimiento.
 
“Parece que yo sólo trabajaba para ellos y no llegaba a ver beneficios para mí”, cuenta Francisco, quien por iniciativa propia se dirigió a la Envirotrade para manifestar su interés en abandonar la actividad.
 
Lo que desilusionó a Francisco  y lo llevó a rescindir el contrato fue el hecho de que, a partir del cuarto año no le pagaron el valor anual estipulado en su contrato, por supuestamente, no haber podido cuidar debidamente las plantas como la Envirotrade determinó. Juvenal Francisco considera que hubo falta de satisfacción de una de las obligaciones que la Envirotrade se comprometió en cumplir, y que fue la de pagarles durante siete años.
 
“A partir del cuarto año no me pagaron más y nunca me explicaron por qué”, dijo.
 
Juvenal cuenta que había plantado más de 900 unidades de plantas madereras y de fruta, desde 2007. Ahora, dedica su tiempo a la producción, maíz, batata dulce, mapira y mandioca.
 
Este ha sido un gran conflicto entre la Envirotrade y muchos campesinos. Un elevado número de “contratados” sufre reducciones en su pago por no alcanzar los 85% de la taza de sobrevivencia determinada en el contrato. Nuestro equipo de reportaje también constató que en los últimos tres años se han verificado retrasos en los pagos de los servicios ambientales, debido a problemas financieros.
 
Campesinos no saben lo que están haciendo
 
Las comunidades de Nhambita desconocen el concepto REDD+ y a pesar de que algunos de ellos saben que plantan árboles y conservan los bosques “para vender carbono”, demuestran desconocer el concepto y sus mecanismos de manera profunda.
 
El Gestor Nacional de Carbono de los proyectos de la Envirotrade, el Ingeniero de bosques Aristides Muhate, justifica este hecho en los siguientes términos: “hay diferentes niveles de información. No tenemos por qué perder tiempo explicando esos conceptos complicados para los campesinos”. Aristides justifica su declaración basándose en los bajos niveles de escolarización que la mayoría de la población de Nhambita y alrededores posee. Esto puede considerarse una violación al derecho a la información previa y al consentimiento libre antes del comienzo  de las actividades.
 
 “Sabemos que el rendimiento de plantar árboles viene del carbono. En lo profundo, yo no sé más nada al respecto”, confesó Elias Manesa, de la comunidad de  Mutabamba, quien expresó no comprender lo que es carbono.
 
El no proporcionar ninguna información sobre el negocio de carbono de la Envirotrade con los recursos de la comunidad, pone en evidencia los niveles de transparencia en el proceso. La débil o inexistente comprensión de los conceptos ligados a REDD+ y a los mercados de carbono por parte de los campesinos provoca que ellos  pongan a disposición sus recursos y se vean implicados en un negocio sin saber sus implicaciones: permitir que contaminadores del norte continúen con las emisiones de carbono en la atmósfera, lo cual pone en peligro el bienestar de los campesinos si se tiene en cuenta que estas emisiones traerá impactos negativos en Mozambique, como la sequía y las inundaciones.
 
Una mujer campesina que no tiene contrato personal con la Envirotrade, pero que plantó y cuida los árboles porque su socio decidió hacerlos por ambos, también muestra desconocer la finalidad de la actividad.
 
“Sólo sé que mi marido recibe dinero (anualmente) por los árboles que plantamos. No tengo más detalles”, contó. De hecho, más de la mitad de los contratados son hombres. Pocas mujeres poseen tierras en Mozambique, a pesar de que sea el grupo que más esfuerzo realiza en la actividad de producción alimenticia y otros trabajos con la tierra.
 
Eminente conflicto social
 
Comienzan a presentarse señales de conflictos sociales relacionados a los pagos de los servicios ambientales (PSA) entre los miembros de la comunidad de Nhambita. En un futuro, la escena podrá agudizarse.
 
Campesinos que no están contemplados en los PSA manifiestan una especie de resentimiento por no recibir el dinero de la Envirotrade.
 
En otros proyectos REDD, en países como Indonesia, los pagos por servicios ambientales están provocando desigualdad debido a diferencias en la renta y ello tiende a provocar divisiones en la comunidad y a comprometer la unidad organizativa, social y cultural.
Por ejemplo, el periódico francés Le Monde Diplomatique[i] publicó recientemente un caso de expulsión de campesinos debido a la implementación de REDD en México.
 
Jossias Jairosse* está recién llegado a Nhambita y trabaja en la carpintería comunitaria en su localidad. Cuando se instaló en la comunidad, a Envirotrade había parado las contrataciones. Se siente resentido e inferior en relación a los otros vecinos, ya que tiene una renta anual que antes nunca tuvo posibilidad de tener.
 
Mozambique provoca la codicia de los “inversores” para REDD
 
Cerca de 15 millones de hectáreas (19% del territorio nacional) son pretendidos por una compañía de capital británico para REDD+[ii]. Los casos de usurpación de tierras relacionados a  la Reducción de Emisiones por Desforestación y Degradación forestal podrán aumentar esta cifra si incluimos la producción de agro-combustibles y plantaciones de mono-culturas diversas, porque se pueden convertir también en REDD+, ya que esto incluí cultivos y suelos para bonos de carbono y no solamente florestas. Según el inventario forestal nacional de 2008, cerca de 70% del país (54.8 millones de hectáreas) está hoy cubierta por bosques y otras formaciones leñosas. Estas áreas corren el riesgo de ser usadas para el secuestro de carbono.
 
Mozambique se encuentra en una posición de privilegio entre los países más “codiciados” para la implementación de los llamados proyectos de desarrollo, con inversión extranjera, en África. Por ejemplo, el Banco Mundial considera a Mozambique como un destino real para proyectos de REDD, el Mecanismo de Desarrollo Limpio[i] y Agricultura Industrial.
 
Empresas del norte han adquirido tierras en Mozambique para producción para exportación, agro-combustibles y ahora REDD+. Actualmente, hasta los llamados países emergentes,  India y Brasil están adquiriendo tierras para agro-negocio y extracción mineral.
 
En la mayoría de estos casos, las comunidades locales, en particular campesinos y pueblos indígenas, se ven fuertemente afectados y muchos de sus derechos son violados. En el caso de REDD+, existe un eminente riesgo de que los campesinos sirvan como empleados de compañías que van a usar los recursos forestales y los suelos locales para recurrir internacionalmente a los créditos de carbono y maximizar sus lucros, sin necesariamente contribuir a eliminar la pobreza de las comunidades.
 
En Uganda (África), 22 mil campesinos fueron desalojados de sus tierras para dar lugar a u proyecto de compensación de carbono forestal, en 2011.
 
Proyecto Nhambita, un modelo para  Rio+20 y Economía Verde
 
El proyecto de carbono de Nhambita va a servir de modelo en Rio+20, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable y Economía Verde y figura en la página web de la Comisión de Desarrollo Sustentable de Rio+20.
 
Movimientos de la sociedad civil critican fuertemente  Rio+20 por ser una cumbre que busca aprobar y legitimar la mercantilización de la naturaleza.
 
“Estamos esperando la Estrategia Nacional del REDD y los resultados de Rio+20 para expandir la implementación del REDD+ en otros lugares”, confirma Arístides Muhate, de la Envirotrade, que hemos entrevistado en el campamento de la empresa, el día 23 de Mayo último.
 
 De hecho, más allá de Nhambita, la Envirotrade tiene otros dos proyectos con el mismo objetivo de venta carbono: uno en la región del Delta del Zambeze y el otro en el distrito de Maconia, en las Quirimbas, en la provincia de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique. La Envirotrade está desarrollando activamente proyectos para otros dos proyectos de REDD+ a larga escala.
 
El proyecto de REDD+ de Nhambita podrá ser replicado en otras zonas de Mozambique. Figuras del gobierno de Mozambique e individualidades internacionales, incluido el antiguo presidente de Zambia, Kenneth Kaunda, visitaron el proyecto, y existe la posibilidad de que sea replicado fuera de Mozambique también como modelo para otros países africanos.
 
¿Cómo la idea de REDD es vendida...?
 
La  idea de la Reducción de Emisiones por Desforestación y Degradación forestal consiste en que países desarrollados que quieran reducir emisiones deberán ser compensados financieramente por hacerlo. Gracias a la fotosíntesis, los árboles absorben dióxido de carbono y liberan oxigeno y por consiguiente sirven como esponjas para contaminación. La idea de REDD es “vendida” como una forma de conservar bosques, parar los cambios climáticos, proteger la biodiversidad, erradicar la pobreza y financiar a las comunidades.
 
Sin embargo, de acuerdo con las Naciones Unidas, REDD podrá causar “encerramiento de bosques, “pérdida de tierra”, “conflictos sobre recursos”, “concentración de poder por parte de las elites”, “nuevos riesgos para los pobres” y podrá “marginalizar los sin tierra” [ii] .
 
Muchos sectores de la sociedad civil advierten sobre el riesgo de que los proyectos de REDD se conviertan en masivas usurpaciones de tierra y que constituyan una forma de colonizar los bosques.
 
Marco legal del REDD+ en Mozambique
 
La elaboración de la estrategia Nacional del REDD a nivel Nacional tuvo  su inicio en 2009.  El Ministerio de Coordinación para Acción Ambiental ( MICOA) y el Ministerio de la Agricultura (MINAG) con el apoyo técnico de la Fundación Amazonas Sustentable y del Indufor (Brasil), realizaron algunas reuniones a nivel de la provincia de Maputo para explicar REDD+. Sin embargo, durante las reuniones la información divulgada  estuvo básicamente al rededor de los beneficios y de las oportunidades  que Mozambique podría obtener con la implementación del REDD+, creando expectativas en términos de rendimientos a nivel de los participantes. El lado negativo de REDD+ no fue mencionado.
 
“El proceso fue poco transparente,  no hubo retorno de los procesos para los miembros de la sociedad civil que quisiesen acompañar el proceso.  El acceso a la información fue también deficiente”, dijo Anabela Lemos de la Justicia Ambiental.
 
La estrategia nacional del REDD está aun en discusión en Mozambique. El proceso de su elaboración constituye objeto de crítica por parte de organizaciones de la sociedad civil, incluyendo a la Unión Nacional de Campesinos (UNAC) y a la Justicia Ambiental ( Amigos de la Tierra de Mozambique), por focalizar los mecanismos de desarrollo limpio y mercado de carbono, apuntar hacia proyectos de agro-combustibles  y plantaciones de mono-culturas como proyectos posibles para REDD+ y por no  incluir a la sociedad civil desde su inicio. Por ejemplo, las consultas comunitarias efectuadas muestran una débil representatividad. Las consultas a las comunidades y a los campesinos implicaron sólo a 889 personas, en un País con una población de más de 20 millones de mozambiqueños.
 
"La Estrategia Nacional del REDD  está aún por ser discutida, pero el Gobierno (de Sofala) nos autorizó a hacer esto porque la idea es ver cómo será. Toda la experiencia va a ser tomada aquí (en Nhambita), es por ello que somos un laboratorio, un proyecto modelo", dijo Aristides Muhate, el “jefe” del carbono de la Envirotrade.
Recientemente, Charles Hall, de la Envirotrade expresó a la publicación inglesa The Observer[iii] que “el modelo de negocio de la Envirotrade  precisa aún ser comprobado”. Según su opinión, “el hecho de que este poder pueda ser un negocio sustentable en base a la venta de las compensaciones de carbono, continúa siendo algo a tratarse”.
 
El movimiento internacional de campesinos, La Vía Campesina (de la cual los campesinos mozambiqueños forman parte), emitió recientemente un documento de posicionamiento en el cual reprueba, entre otros, los mecanismos REDD, el mercado de carbono y la economía verde, frente a la  conferencia Rio+20.
 
“Repudiamos y denunciamos la economía verde como una nueva máscara para ocultar mayores niveles de ganancia de las corporaciones y del imperialismo alimenticio en el mundo como una forma brutal de lavar la cara al capitalismo, que sólo impone falsas soluciones, como el comercio de carbono, REDD (...) y todas las soluciones de mercado para la crisis ambiental”, dice parte del posicionamiento.
 
Augusto Mafigo, presidente de la Unión Nacional de Campesinos en Mozambique se muestra preocupado por el compromiso de los campesinos de Nhambita en los proyectos de carbono y REDD+. Mafigo está convencido que REDD+ podrá perjudicar a los campesinos.
 
“Como campesinos rechazamos REDD porque es claro que no es u mecanismo sustentable y corremos el riesgo de perder nuestros recursos y agravar la pobreza que ya nos asola”, dijo.
 
 
Via Campesina Africa News

* - nombres ficticios (para proteger las fuentes)
 


[ii] UN-REDD Framework Document, http://www.undp.org/mdtf/UN-REDD/docs/Annex-A-Framework-Docoment.pdf , p. 4-5 A Poverty Environment Partnership (PEP) Policy Brief, Based on the report “Making REDD Work for the Poor”, (Peskett et al, 2008) http://www.povertyenvironment.net/pep/ PEP includes UNDP, UNEP, IUCN, OCI, SIDA, ADB, DFID, WCMC For footnotes and complete textual citations of UN documents: See Earth Peoples http://www.earthpeoples.org/blog REDD Brochure  
 

[iii] UN-REDD Framework Document, http://www.undp.org/mdtf/UN-REDD/docs/Annex-A-Framework-Docoment.pdf , p. 4-5 A Poverty Environment Partnership (PEP) Policy Brief, Based on the report “Making REDD Work for the Poor”, (Peskett et al, 2008) http://www.povertyenvironment.net/pep/ PEP includes UNDP, UNEP, IUCN, OCI, SIDA, ADB, DFID, WCMC For footnotes and complete textual citations of UN documents: See Earth Peoples http://www.earthpeoples.org/blog REDD Brochure  

https://www.alainet.org/es/articulo/158789?language=en

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