OMC: Las intrigas diplomáticas
09/09/2012
- Opinión
El mundo de la diplomacia multilateral es un mundo de intrigas: sondeos, insinuaciones, secretos, complicidades, traiciones y trueques que no siempre son en beneficio nacional. Nada nuevo. Son conductas conocidas desde el Congreso de Viena (1814 -15), que fue el primer encuentro multilateral. El Príncipe de Ligne dijo entonces “El Congreso baila mucho, pero no camina”; así podemos decir hoy de la OMC.
El debate moderno se desarrolla en asambleas, consejos, comités, comisiones, grupos de trabajo, cuya presidencia se negocia porque es estratégicamente importante. La presidencia convoca reuniones, presenta resultados, otorga la palabra, clausura sesiones y redacta informes; todos estos atributos hacen posible sesgar la orientación del debate. Sucede que se otorgue más la palabra a un grupo que a otro o no se vea cuando la piden países incómodos, que se prolongue o acorte el debate según el giro que tome y que se omita o se editen aportes en el informe sobre lo dicho en las reuniones.
Por esa razón, tanto la dirección de la OMC que preside el Consejo General y las presidencias de los subgrupos de negociación son motivo de intrigas y conjuras. Para dar alguna equidad o para dividir, se hicieron grupos regionales: África, EE UU, Asia, Europa y Latinoamérica y el Caribe (GRULAC), que se turnan en las presidencias. Es de señalar que las presidencias ejercidas por países latinoamericanos son todas de países que firmaron TLCs con EE UU.
Suceden así extrañas combinaciones, que ilustraré con un ejemplo. Al final de una reunión del GRULAC, presidida por el Embajador de México, intervino el Embajador de Colombia, para exponer algo que no estaba en la agenda. Dijo que habrían vacantes en varias presidencias de grupos de negociación y que un par correspondían al GRULAC, pidió candidatos y sugirió al Embajador de Chile. El chileno dijo que aceptaría gustoso. Intervino el Delegado de Venezuela que proclamó la candidatura de Chile a presidir el Grupo de Negociación sobre Normas. Sin más intervención, la presidencia sentenció que Chile era el candidato del GRULAC para presidir ese Grupo de Negociación, clausuró la sesión y bajó el martillo. Todos quedaron sorprendidos. La conjura falló, porque varios países molestos por el burdo proceder manifestaron su desacuerdo ante la “Troika” que recibe las postulaciones y en lugar de Chile se designó a Jamaica.
Cuando las conjuras reúnen a socios inesperados se debe recordar que hay una burocracia internacional para premiar con sinecuras a quienes ceden ante los grandes intereses. Los mejores ejemplos los sientan Tony Blair y Nicolás Sarkozy. Blair, empapado de sangre iraquí e inglesa, recibe varios salarios millonarios, como los $13 millones que recibe de Kazakstán. Sarkozy, el traidor de Gaddafi y verdugo de Libia, expulsado del Eliseo, ahora lo consuela Morgan Stanley con $230 mil por cada charla de una hora. Para granujas menos eminentes y sanguinarios la burocracia de los organismos internacionales tiene sinecuras apropiadas.
¿Quiere Pascal Lamy un tercer período?
Pascal Lamy es el Director General de la OMC. Antes de dirigir la OMC fue Comisionado Europeo para Comercio Internacional, que es como un certificado de la confianza que le dan las empresas transnacionales. Lamy fue elegido para presidir la OMC en 2005 y repitió en 2009 por falta de contendores. Según la costumbre en los organismos internacionales, los dirigentes se alternan entre países desarrollados y países en desarrollo y también se busca alternar las regiones. Desde ese criterio, el sucesor de Lamy debiera ser el candidato de un país en desarrollo y además de América Latina o de África.
Bajo la dirección de Lamy la negociación sobre normas comerciales conocida como la Ronda Doha quedó estancada. La causa básica del inmovilismo es haber olvidado que la negociación de una nueva ronda se aceptó sólo porque su mandato principal era eliminar los subsidios agrícolas y promover el desarrollo económico. Bajo la tutela de Lamy la negociación ahora es sobre apertura comercial y restricción de espacios nacionales para política económica y para colmo sin contrapartida. La Secretaría de la OMC, tratando de imponer esa perspectiva se vale de intrigas y viola normas de procedimiento, un estilo prepotente que provoca rechazo.
Cuando faltan sólo unos meses para la elección del Director General de la OMC, aparece un despacho de Reuters (04/09/2012) que analiza los potenciales sucesores de Pascal Lamy. Es un curioso análisis. Pronostica que “los países en desarrollo van a disputar sobre la identidad de su candidato”. Asusta con la lista de dificultades que deberá enfrentar el sucesor. Menciona a dos candidatos dispuestos: Tim Groser de Nueva Zelanda y Alan Kyerematen de Ghana. Al primero lo rechaza porque Nueva Zelanda es país desarrollado y ya tuvo un Director General de la OMC y al segundo por dificultades con el apoyo africano. Menciona al Surafricano Rob Davies, pero que está “en un extremo del espectro” y lo declara “muerto al llegar”, le sugiere que opte por la UNCTAD. En Latinoamérica menciona a Roberto Acevedo, el Embajador de Brasil a quien reclama la falta de “status” ministerial, algo que enfatiza al decir que Lamy tiene tanto que desdeña a embajadores y accede a ministros y presidentes.
Puede que sea una coincidencia, pero gentes de la Secretaría están abordando en la cafetería y pasillos de la OMC a delegados de los países en desarrollo para conversar sobre la elección. El guión es similar al de Reuters: se descalifican posibles candidatos, solo que sugieren que lo mejor sería elegir a Lamy para un tercer mandato. La coincidencia es tal vez porque Lamy es director, desde diciembre del 2009, en Thomson Reuters, dueña de la agencia de noticias.
Escándalo policial - diplomático en Ginebra
La prensa ginebrina y suiza reportó en primera plana el arresto, en Ginebra, de Edwin Sperinsen, ex - Jefe de la Policía de Guatemala, con un mandato de arresto por asesinatos y narcotráfico. El caso tuvo gran publicidad porque se trata de un ciudadano suizo, cuya conducta fue objeto de preocupación, hace unos años, en el Parlamento Suizo y en la prensa suiza, cuando el New York Times mencionó algunos crímenes de la policía bajo su mando.
El caso tiene trascendencia diplomática para Guatemala y para la OMC, porque el fugitivo estaba guarecido en casa de su padre, Eduardo Sperinsen, Embajador de Guatemala ante la OMC. La policía pudo arrestarlo allí porque siendo ambos ciudadanos suizos no pueden tener inmunidad diplomática en Suiza. Que un prófugo de la justicia guatemalteca se hospede en la residencia del Embajador de Guatemala, es un disparate que daña la imagen de Guatemala. Es un hecho que también afecta la OMC, porque daña la reputación de Eduardo Sperinsen, quien preside el Grupo de Negociación para Facilitación del Comercio, un tema del mayor interés para Estados Unidos. Es de esperar que para salvar su dignidad y la de Guatemala, Sperinsen padre renuncie, porque el juicio penal de su hijo continuará generando noticias y comentarios.
Conclusión: Como dijo Victor Hugo en “Ruy Blas” (acto 3, escena 2) “Todo se hace por intriga y nada por lealtad.” (Tout se fait par intrigue et rien par loyauté).
Ginebra, 07/09/2012
https://www.alainet.org/es/articulo/160888?language=es
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