Buenaventura, el Vietnam donde los muertos no combaten
- Análisis
El puerto de Buenaventura es un lugar situado en el departamento del Valle, Colombia en el Pacifico, su nombre oficial es Distrito Especial, Industrial, Portuario, Biodiverso y Ecoturístico de Buenaventura, es la ciudad más grande de todo el Pacífico y el municipio de mayor extensión del departamento.
Es el puerto marítimo más importante de todo el país, por ahí se mueve más del 60% de todo el comercio de la nación, como pasa en el resto de la región pacífica, la mayor cantidad de su población es negra afrocolombiana con más del 88%, sólo un 1% es indígena y un 10% blanco-mestiza, y más del 60% de la población vive con sus necesidades básicas insatisfechas.
Este distrito se encuentra inmerso en la porción del Pacifico donde se suscribe la Titulación Colectiva de las Comunidades Negras, dicha titulación colectiva sustrae estas tierras del mercado, dándoles el carácter de inajenables, inembargables e imprescriptibles, el Acuerdo 169 de la OIT ratificado por la Ley 21 de 1991 ampara la consulta previa para toda actividad externa que se desee desarrollar en nuestras comunidades y la Conferencia de Durban frente a las formas de exclusión, racismo y opresión; reconociendo el vínculo substancial entre el territorio y la identidad cultural como base de los pueblos étnicos y nativos permitiéndoles su desarrollo a partir de su cosmovisión y cosmogonía.
Además de ello las comunidades negras han habitado ese territorio desde tiempos inmemoriales, cuando en el siglo XVI los antepasados africanos inician su lucha por recuperar su libertad, construyendo ciudades autónomas en donde podían ser libres, aquellas ciudades fueron llamadas Palenkes (1), posterior al periodo de esclavización cuando los africanos esclavizados y sus descendientes logran obligar a los esclavizadores que expidan la Ley 21 de mayo 21 de 1851, con la cual recobran su libertad, pero sin garantías reales, sociales y económicas; entonces se ven obligados a trabajar sin remuneración en las casas de sus antiguos amos, y otros a huir a los territorios más inhóspitos y lejanos, donde comienzan a reconfigurar sus vidas a partir de sus elementos identitarios y étnicos, para la época el pacifico y parte del caribe eran esas regiones aisladas y olvidadas; es así como los negros habitantes de Buenaventura también descienden de estas condiciones. El hecho de que Buenaventura haga parte de los territorios ancestrales de las comunidades negras demarca unas características puntuales que son constantes en todos los territorios de comunidades negras en todo el territorio nacional.
Todo este mar de elementos identitarios y étnicos siguen latentes hoy en el Puerto, combinados con un sinnúmero de fenómenos modernos y postmodernos que han penetrado el pacifico, y especialmente a Buenaventura, convirtiendo a este puerto en un campo de batalla por la fuerte crisis humanitaria que padece, aunque se supone que Colombia no libra ninguna guerra civil, la existencia de estos fenómenos contrasta con la esencia étnica, cultural y económica del municipio.
Desde hace años en la zona se vienen presentando hechos que violentan la tranquilidad de sus habitantes, que atentan contra sus derechos humanos, que los desplazan y dejan teñidas de sangre sus calles, y en los niños y niñas la mirada eterna del olvido.
En enero del 2013 canal uno tituló: “Trece muertos por guerra entre narcos en Buenaventura: Las mafias en el puerto están en guerra y la Policía cree que en las próximas horas seguirá reportándose el hallazgo de más cuerpos. El pasado jueves, sicarios persiguieron a dos jóvenes que intentaron esconderse en una tienda del barrio El Progreso, en Buenaventura. Los delincuentes los alcanzaron y los asesinaron junto con el propietario del establecimiento.”
En enero de 2014 Noticiero de Buenaventura informa que: “asesinan a joven de 23 años, a maderero, a un comerciante, a un joven en presencia de sus amigos y familiares, a un hombre afrocolombiano no identificado, a un señor nombrado chinga” y registra otra serie de muertos.
Caracol noticias en marzo de 2014 reporta: “en lo que va del año se han encontrado más de 9 personas descuartizadas, y 57 muertos, al igual que familias desplazadas”. En febrero de 2014 El Expreso Caracol presenció los problemas que aquejan a la ciudad. “solo unos privilegiados tienen agua y servicios públicos”. En agosto de 2010 la periodista Carmenza Libreros informó que: “El terror entro por baja mar en Buenaventura” esta periodista narra una serie de crímenes desastrosos que van aconteciendo en el puerto.
Por otro lado el portal web Pueblos en Camino hace una radiografía de la violencia en Buenaventura y evidencia sus relatos con fotografías de cuerpos desmembrados así: “Buenaventura es un Campo de Extermino y esclavitud abierto. Allí se masacra a diario desde hace años. Por allí pasa el “Libre Comercio”. Sale lo drenado al trabajo y a la Tierra. Entran las mercancías que alimentan la codicia global. Buenaventura es un experimento de exterminio y sometimiento. Una masacre a la vista. Un Auschwitz, NO! un Buenaventura a la vista del mundo sin que NADIE LO DETENGA. Están exterminando a la gente para que el puerto pase a manos del Capitalismo Totalitario del Libre Comercio. Esto es peor que el fascismo y será implementado en todas partes. Si no los paramos en Buenaventura, ya no los detenemos en ninguna parte. Así No!!!” …“La sangre hiede, como los gritos de los picados cuando su cuerpo es hecho polvo, atraviesa las paredes de madera, que separa cada casa en los barrios de Bajamar, en sus maderas van quedando huellas de lo que un día fue sangre y que poco a poco desaparece con la mugre. Pero el olvido se mata, los NN, los que ya han sido asesinados o desaparecidos aparecen en medio de la bullaranga, del terror y del miedo, la gente no quiere más.” …“Pasear por los barrios El Lleras, San José o Sanyu, La Playita, Viento Libre, Muro Yusti, Campo Alegre, Santa Mónica, Morrocoy, Arenal, Piedras Cantas, Alfonso López, Palo Seco, El Capricho y La Palera en Buenaventura es congelar las imágenes del tráfico africano a las Américas pero en los tiempos de la llamada modernidad. En todos ellos existen casas de “pique”, son parte de la memoria viviente y presente, no son una invención o fantasmas inexistentes, no son mentira son una realidad.”
Recientemente El Tiempo sacó un especial llamado SOS BUENAVENTURA, en el que recorren las calles de los barrios considerados los más peligrosos durante varios días y publican varias notas, entre ellas: “Una noche entre las 99 casas de un infierno llamado San José Un reportero de EL TIEMPO cuenta desde las entrañas del puerto el drama que viven los vecinos de los barrios de bajamar... “En el puerto un sicario vale 350 mil pesos al mes”. “…Muchachos en pantalonetas y camisetas, armados con Mini-uzi, fusiles AK 47, pistolas 9 milímetros y hasta granadas de mano, son parte del paisaje de parte de los barrios pobres de Buenaventura desde hace 19 años. En ese entonces, los jefes de los frentes 30 de la Farc y del Liberado García, empezaron a recorrer sus comunas reclutando hombres para nutrir sus milicias urbanas. Durante siete años (1995-2002) fueron ellos los que reinaron en la ciudad, inaugurando el negocio de la extorsión, apropiándose de rutas del narcotráfico y convirtiendo a los jóvenes del puerto en cantera de guerrilleros.” “…la situación de extrema pobreza en la población es tal, que la mayoría ha sido enganchada con salarios que oscilan entre 350.000 y 400.000 pesos mensuales.”
“También los seducen dándoles un revólver que les permiten usar para ‘vueltas’ personales como el cobro de extorsiones en tiendas, servicio de transporte público, comercio y casas familiares”, “…Según el personero de Buenaventura Álvaro Martán, el 70 por ciento de los jóvenes de la ciudad están inmersos en el conflicto.” “…Qué va a pasar cuando se vayan los militares, periodista, si quiere yo le respondo: “habrá es bala corrida con ellos, “los Urabeños”, y ellos con nosotros, los “empresarios”. Plomo pa´ allá y pa´ acá. Hasta que no quede un solo grupo nos vamos a seguir matando”.
En esta imagen se narra el contraste existente entre los miles de millones que el puerto da al país y el sin fin de pobreza que sus habitantes reciben; lo cual obliga a pensar que existe una intensión de empobrecimiento ilícito de esta ciudad, puesto que desde ninguna lógica racional resulta inofensivo que el lugar que más ganancias genera a la nación tenga los mayores índices de pobrezas y a su vez los mayores índices de homicidio, violencia, infracción de los derechos humanos, y accesos carnales violentos, especialmente en menores de edad.
Valdría preguntarse entonces, ¿quiénes son los interesados y beneficiados con la situación de empobrecimiento ilícito de Buenaventura?, ¿es acaso una estrategia estatal y por eso se descuidó el Puerto para que pase lo que pasa?
El 30 de marzo las 2 orillas presentó la protesta de algunos habitantes del puerto por los constantes asesinatos “El muerto que rebeló a los vecinos de Muro Yusti en Buenaventura. El asesinato de Luis C. Rentería despertó tal indignación que llegaron con el ataúd hasta la Alcaldía. Bartolo Valencia se escondió como lo ha hecho con los 58 jóvenes asesinados este año”. “Cuatro balas le cerraron los ojos. Doce días después de haber recibido el 2014 bailando salsa choque y tomando ron frente al mar Pacífico, el corazón de Luis Carlos Rentería como decía su cédula, se detuvo para siempre. Tenía 29 años. Llevaba cinco mil pesos en el bolsillo de su blue jean, lo justo para comprar un cuarto de pollo y tomar una buseta hasta el barrio R9 a donde iba a jugar el ‘picadito’ de todos los domingos.”
“Salió animado por un par de cervezas de la casa de su mamá en los palafitos del barrio Muro Yusti. Una caja de madera en la que creció pero que hacía un año había abandonado por una de concreto en la ciudadela San Antonio, el barrio construido con los 60 millones de dólares incautados a alias ‘Chupeta’ y que el Presidente Uribe dispuso que se invirtieran donde habían sido encontrados: en Buenaventura. Tres mil ochocientas casas, de las cuales no se ha construido ni su quinta parte destinadas a albergar las 200 familias que hoy ocupan el barrio Sanyu (San José) y que serán desalojadas para construir el Proyecto Malecón”.
El servicio de información ATLAS, reporta que en la ciudad cada día son asesinadas por lo menos dos personas.
Todas estas notas periodísticas evidencia la grave situación de crimen, violencia y violación de derechos humanos que vive el mayor puerto de Colombia, pero, desde los análisis sociológicos también evidencia la inexistencia e inoperancia del Estado.
Los sucesos de Buenaventura pueden ser explicados un poco por Marcuse, en su texto el Carácter Afirmativo de la Cultura, cuando expresa que las nuevas formas de asumir la cultura, han creado un ideal de bienestar que atenta contra el individuo mismo, pero que como el estado de cosas se superpone a los sujetos entonces, en la búsqueda del desarrollo se asume legitimo el exterminio de otros seres.
“Cuando la reproducción de la vida material se realiza bajo el imperio de la mercancía, creando continuamente la miseria de la sociedad de clases, lo bueno, lo bello y lo verdadero trascienden a esta vida. Y si de esta manera se produce todo aquello que es necesario para la conservación y garantía de la vida material, naturalmente todo lo que está por encima de ella es “superfluo”. Aquello que verdaderamente interesa a los hombres: las verdades supremas, los bienes y las alegrías supremas están separados por un abismo de sentido, de lo que es necesario, y por consiguiente son un “lujo” (2)
Esta cita permite ver que la búsqueda irracional de las riquezas del puerto, ha llevado a que se degrade su composición social, hasta el punto de haber convertido a la ciudad en un campo de guerra, desolación y miseria. Por lo tanto estos sucesos no acontecen de manera inofensiva, puesto que hacen parte de la consecuencia del diseño neoliberal mercantilista que crea nuevos “valores” sociales a partir del capital. Esta nueva cultura crea individuos superiores e inferiores, en donde los segundos padecen las consecuencias del desarrollo de los llamados superiores.
Esta búsqueda desenfrenada también crea en el sujeto la sensación de que esa forma de habitar aunque es reprobable es la única manera de vivir, haciéndoles crear en sus mentes falas zonas de confort, en donde el hecho de vivir como se vive, no es un problema. Es así como los jóvenes sicarios que son inducidos al crimen se adaptan fácilmente a esas conductas y prácticas, porque han creado una nueva cultura social, donde ser sicario es un nuevo valor.
En esta dirección “El mundo material (es decir, las diversas formas que adoptan los distintos miembros “inferiores” de aquella relación) es, en sí mismo, mera materia, mera posibilidad, que está vinculada más al no-ser que al ser y que se vuelve realidad sólo en la medida en que participa del mundo “superior”. En todas sus formas, el mundo material es precisamente materia, elemento de algo diferente que le otorga valor” (3) ; es por ello que estos jóvenes no viven en sí mismos, sino, que por el afán de estar dentro de esa cultura “superior” se niegan a ellos mismos y aquella forma de vida anterior no tiene relevancia.
El sistema de opresión y la nueva cultura son eficaces en hacer creer al individuo que vive su propia vida cuando no es así, en muchas ocasiones las actuaciones que estos jóvenes realizan no son de forma consciente, puesto que hasta sus estructurales racionales le son controladas, y su concepción de bien o mal cambia, y aquello que antes consideraba no estaba bien, ahora les parece el deber ser.
“La miseria de la esclavitud, la degradación de los hombres y de las cosas a mercancías, la tristeza y sordidez en las que se reproduce siempre el todo de las relaciones materiales de la existencia…”, aquí se habla de cómo esas nuevas relaciones que se crean en esa cultura, convierten a los individuos en esclavos voluntarios, degenerándoles su ser y su esencia. Son estas mismas condiciones las que dan resignación a los habitantes que no forman parte de ningún bando.
Leidys Emilsen Mena Valderrama
Etnoeducadora, socióloga, investigadora social comunitaria
Los Palenkes
Notas
(1) Los Palenkes fueron espacios geográficos constituidos por los cimarrones u hombres libertos, en la época de la esclavización en Colombia, donde formaban sus sociedades con gobiernos propios y creaban y recreaban su cultura.
(2) Marcuse, Herbert. ”Cultura y Sociedad” Acerca del carácter afirmativo de la cultura pág. 46.
(3) Marcuse, Herbert. ”Cultura y Sociedad” Acerca del carácter afirmativo de la cultura pág. 49.
Fuentes
http://www.las2orillas.co/el-muerto-que-rebelo-a-los-vecinos-de-muro-yusti-en-buenventura/
https://www.youtube.com/watch?v=qRq1otOKesw&list=PL2E2D8265F0BB3032
https://www.youtube.com/watch?v=xCTbatD6jVA
https://www.youtube.com/watch?v=1PgoRXW0ov0
https://www.youtube.com/watch?v=08PBpeMM3Nk
https://www.youtube.com/watch?v=H0DfXFA5ad4
https://www.youtube.com/watch?v=PjiY_6LbNbk
http://www.eltiempo.com/Multimedia/especiales/buenaventurasos/
http://www.soydebuenaventura.com/
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