Migrantes por una Ciudadanía Universal del Buen Vivir

26/06/2017
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El 20 y 21 de junio se llevó a cabo la Conferencia Mundial de los Pueblos “por un mundo sin muros hacia la ciudadanía universal” en el municipio de Tiquipaya, Bolivia, convocado, en buena hora, por los movimientos sociales y el gobierno plurinacional de Bolivia. La Cumbre inició deliberaciones el 20 de junio, día mundial de los refugiados determinado por la ONU.

 

 Echando una mirada a la declaración final, de la cumbre mundial de los pueblos, permite afirmar que alcanzó los objetivos propuestos, para este tiempo, en la lucha de los pueblos por superar una de las tragedias de mayor dimensión que vive la humanidad, puesto que allí se resumen la esencia del capitalismo. Lo decimos porque fue un logro tejer un mandato mundial que puede permitir unificar la acción de lucha por una ciudadanía universal.

 

 En estos tiempos lo más usual es que las políticas se elaboren desde los escenarios, exclusivos, de las instituciones gubernamentales de tal manera que las políticas adoptadas tienen poca utilidad y sirven, muy pocas veces de referencias para las mismas instituciones o los funcionarios involucrados, quienes pueden sentirse satisfechos con un deber cumplido. Lo sucedido en Tiquipaya, con la presencia de más de 2.500 delegados tiene una connotación distinta, es una nueva manera de construir políticas desde la activación de los sujetos y sujetas.

 

Se congregaron, en la Cumbre mundial, principalmente organizaciones y movimientos sociales víctimas de las políticas criminales de desplazamientos y destierros del capitalismo, articuladas en un mismo escenario con organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes, contando con la presencia de funcionarios y líderes políticos que ejercen o han ejercidos buenos liderazgos, que han contribuido a fomentar políticas públicas progresistas y revolucionarias, entre ellas Rafael Correa, Evo Morales, Ernesto Samper y otros. Y en esta pluralidad de cosmovisiones y padecimientos, desde esas distintas praxis, se sintetizo un primer mandato de carácter mundial que se constituye en una ruta unificada. Se expresa, una profunda manera, lo que se viene construyendo en la lucha de los pueblos, la construcción de una política descolonizada.

 

 El mismo hecho que confluyeran, los sujetos y sujetas, en la diversidad en una cumbre mundial, para abordar una problemática común y surgiera de allí un consenso de 10 líneas de acción, nos está diciendo que se sientan bases sólidas para impulsar la lucha de una comunidad planetaria de migrantes, una lucha de todos y todas, cuyas conclusiones están al servicio de ellos y ellas por que fueron hechas por ellos y ellas. Son ellos y ellas, quienes reafirman, desde su situación, donde está el poder de lucha.

 

De allí que las conclusiones se convierten en un mandado para los voceros entre ellos el presidente indígena Evo Morales a quien le fue encomendada por la Cumbre la misión de llevar las conclusiones a las instituciones mundiales como la ONU. Es el hacer política desde un mandato constituido colectivamente donde los voceros son solo eso, portavoces de un pensamiento y voluntad colectiva.

 

 Por eso, con extraordinaria sabiduría, el compañero Evo Morales señalo que les corresponde a ustedes actuar como fuerza unificada mundial para que estas conclusiones sean políticas mundiales que permiten construir nuestro futuro desde los pueblos. Más de una vez manifestó Evo en la clausura que solo la lucha unida de los pueblos son la clave de un futuro nuevo orden mundial desde los pueblos.

 

El horizonte de lucha quedo claro

 

Es claro que la Cumbre Mundial por un Mundo sin Muros hacia la Ciudadanía Universal, un gran encuentro de los pueblos migrantes y para los migrantes, fue abundante en las reflexiones sobre su situación, en compartir las experiencias de lucha y lograr un consenso alrededor de unas bases programáticas unificadas que permitan proyectar mejor el andar con un horizonte que podríamos llamar la utopía de los migrantes.

 

En primer lugar la cumbre es un paso en todo ese camino de los pueblos del mundo en el impulso, con mayor fuerza, de un nuevo orden mundial. O sea, se descarta que en los marcos del capitalismo se logren soluciones integrales para la situación de los migrantes pues sería auto negarse el capitalismo en sus principios y dinámicas explotadoras, generadoras de injusticias, depredadoras y destructoras de vida. Las soluciones efectivas a la migración tienen que derribar los muros del capitalismo que significa caminar en un horizonte del buen vivir en comunidad. La cumbre mundial de los pueblos de Bolivia nos recordó que una lucha sin horizonte se puede quedar a medio camino y/o degradar en su desarrollo. Sin utopías no hay caminos de liberación.

 

 Cuando la cumbre mundial se convoca bajo la consigna sin muros por una ciudadanía universal es el expreso reconocimiento que vivimos y pertenecemos a un solo planeta, a una sola madre tierra. Por eso en términos políticos, lo primero de los derechos es garantizar a cada ser humano la libertad de vivir donde quiera, pero no en cualquier condición, sino en condiciones de ciudadano universal libre y en dignidad.

 

 Mucho más contundente es lo que se expresa en la declaración, cuando advierte que hicimos la reflexión desde los movimientos sociales, desde los ciudadanos y ciudadanas del mundo, partiendo desde nuestra memoria histórica y la pluralidad de nuestras identidades. Abordar la situación de la migración es desde una historia, en la que hubo un momento de la misma en que los pueblos teníamos libertad de movimiento y nos desplazábamos plenamente. Es afirmar que nuestra lucha viene desde hace miles y millones de años basados en una cosmovisión que respeta al otro y la otra, que no lo ve como un obstáculo el hecho de ser diferente, sino lo percibe como una fuente de riqueza cosmogónica para aprender a convivir en una tolerancia que aprender de los demás y funda comunidad universal desde la otredad.

 

 En la Cumbre Mundial se posiciono definitivamente el pensar desde nosotros y nosotras para desde allí proponer soluciones y dialogar con los Estados y gobiernos, como lo viene haciendo Bolivia que ha establecido el pensar el mundo desde Bolivia. Por eso en la declaración se manifiesta que aprobamos un decálogo de principios "a fin de poner de manifiesto nuestra visión y propuestas ante los Estados y la Comunidad Internacional con relación a la denominada crisis migratoria". Y que grandeza al decir que nuestra política la hacemos desde "el establecimiento de las relaciones de complementariedad, equidad y solidaridad entre las personas y pueblos". ( Ver declaración final cumbre).

 

 Es que pensar y actuar descolonizadamente significa que la liberación del ser humano es posible, y sólo es posible, si al mismo tiempo es la liberación de la Madre Tierra. Una ciudadanía universal con libertad de movilización del ser humano no es posible con la privatización de la Madre Tierra, sin derribar esos muros que la aprisionan y la esclavizan para impedir que el ser humano sea libre.

 

 Mientras el capital se moviliza por todo el mundo buscando insaciablemente la ganancia a los seres humanos se nos establecen fronteras y muros. Por eso otro de los horizontes utópicos de la políticas levantada en la Cumbre Mundial está referido al principio de "la convivencia armónica con la Madre Tierra y el respeto de sus derechos; asumiendo que la naturaleza puede vivir sin los seres humanos, pero los seres humanos no podemos vivir al margen de ella, conculcando sus derechos y destruyendo el hábitat". (Ver declaración final de la Cumbre).

 

Una reflexión hecha por un líder indígena decía que los gobiernos oligarcas de todo tipo y las empresas transnacionales están incrementado los cercos para que los indígenas no circulen más en sus territorios ancestrales. El caso de la comunidad o pueblo Wayú de la Guajira, Colombia, es uno de los graves puesto que las cercas impiden que obtengan el agua y puedan cultivar en los territorios comunales que ahora son considerados propiedad de transnacionales del Carbón.

 

 De estas bases políticas adoptadas en la Cumbre Mundial, para una ciudadanía universal, hace parte la construcción de la paz verdadera, que no solo es la inexistencia de conflictos armados, sino también la superación de la violencia estructural.

 

Romper los muros para un mundo sin muros con buen vivir

 

Derribar los muros es parte sustancial de una política de plena ciudadanía universal que exprese una actuación humanista que acoja, proteja, promueva e integre a personas migrantes en un ambiente de vida con felicidad.

 

 Los estudios de la ONU dicen que 1 de cada 7 habitantes del planeta es un migrante. De los mil millones de migrantes, un 75% lo hace dentro de las fronteras nacionales mientras que 244 millones son migrantes llamados transfronterizos. Se calcula que de los cincuenta millones de los migrantes transfronterizos son muchos, miles de miles, lo que se enferman o mueren debido a las enormes dificultades que deben padecer en su tragedia. (Ver documentos de la ONU).

 

El dirigente Rodolfo Machaca, de la Confederación de trabajadores campesinos de Bolivia, en sus reflexiones dijo que los "pueblos como los mapuches en Chile o las comunidades campesinas de Paraguay, Perú y Colombia están siendo víctimas de muros y cercos que levantan las empresas transnacionales alentadas por gobiernos neoliberales".

 

Sin duda los gobiernos oligarcas de todo tipo y las empresas transnacionales están incrementado los cercos para que los indígenas no circulen más en sus territorios ancestrales. Delegaciones como Perú, Chile, Colombia y México, así como otros países, presentaron una situación crítica de los indígenas que son desplazados de sus territorios por la fuerza o sufren violencia desde los estados.

 

La declaración de la Cumbre Mundial desde luego enfatiza en el Buen Vivir

 

Dice que para una ciudadanía universal es un compromiso impulsar el vivir bien en los lugares de origen de las personas migrantes, para que la movilidad sea siempre voluntaria y no forzosa como efecto de la pobreza, la violencia y el cambio climático.

 

Una ciudadanía universal sin muros significa "promover la movilización popular a escala mundial, para que se reconozca en las instancias intra e internacionales el carácter inalienable de los derechos de las personas en movilidad".(Ver declaración final ).

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/186518?language=en
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