El Covid-19 y el añorado sueño de Keynes de “reproducir en condiciones de paz las bondades de la guerra”
- Opinión
A Immanuel Wallerstein, Jorge Bernstein, Samir Amín, Guillermo Almeyra y Alejandro Nadal que nos dejaron su legado.
“El comunismo de Marx sigue siendo para el modo de producción capitalista el espectro de la crítica radical. Pero mientras la teoría de Marx se siga interpretando en la vieja y obsoleta lectura del marxismo del movimiento obrero, ese espectro está condenado a ser inofensivo. La ley objetiva del colapso de la substancia fetichista [del capitalismo] se cumple con o sin crítica, pero en este último caso también sin esperanza”
Robert Kurz (*)
“No habrá prosperidad capitalista nuevamente porque las tecnologías que reemplazaron al trabajo no podrán ser eliminadas de la producción capitalista”
Anselm Jappe (**)
“Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú”
Subcomandante Marcos
El coronavirus Covid-19 apareció a finales del año 2019 en la provincia china de Wuhan, en un inicio achacaron la enfermedad a una zoonosis proveniente del pangolín, un mamífero en extinción utilizado como alimentación en aquella región china, y cuyas escamas son también muy apreciadas por la medicina tradicional china y vietnamita; pero no han faltado tampoco alrededor del tema las teorías conspiratorias sobre si fue introducido intencionalmente por el Ejército norteamericano, como se desprenden de las palabras del portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, que acusó directamente al Ejército norteamericano de haberlo propagado en ese país, después que una delegación del mismo participara en una Olimpiada Militar en Wuhan; y no dejan de circular también los rumores “populares” sobre si ha sido un virus originado en algún laboratorio de cierta farmacéutica, que también tiene la vacuna guardada para sacarla al mercado cuando la enfermedad se extienda y amenace a una significativa parte de la población mundial1. Nada de esto es descartable, atrocidades peores hemos visto en el capitalismo mundial a lo largo de su bárbara historia, cargada de bestiales y sanguinarias crueldades.
Lo cierto es que es la primera vez en los últimos tiempos que una pandemia de considerable nivel se expande por todo el mundo y, sobre todo, azote con especial virulencia a las zonas centrales y ricas del sistema-mundo capitalista.
A diferencia de otras enfermedades como el cólera, dengue, chikungunya, malaria, lepra, poliomielitis, tifus y otras más, que solo afectan a los pobres, el Covid-19 se ha mostrado más “democrático” al no hacer distinción de clases sociales. En ese sentido hemos visto como no ha respetado la vida de distinguidos miembros de la élite burguesa, algunos hasta con rango de nobleza, aunque si bien no ha hecho distingo de clase el capitalismo, fiel a su esencia elitista, si ha hecho distinción en la atención: mientras los altos representantes de la burguesía, asisten a clínicas reservadas para la cúspide del poder y el dinero2, como la clínica Ruber o Quirón (en el Estado español), ninguno de ellos se les verá en los pabellones abiertos del recinto ferial de Ifema, habilitado con la ayuda del “valeroso” Ejército español y, del que la burguesía española se ufana de contar como el mayor hospital de España, pero cuya comparación con los espacios habilitados durante la gripe de 1918 (si descontamos la distancia entre las camas, alguna mampara divisoria y el material empleado) constituye toda una vergüenza a más de 100 años vista, para un país del que uno de los representantes de su oligarquía se jactaba de decir que era “la cuarta potencia de Europa, España no es Uganda”3, y existir 12 559 establecimientos hoteleros con 550 476 habitaciones vacías.
EE UU, 1918, Siglo XX. Epidemia de la gripe española. Hospital de emergencia para la gripe de 1918 en Kansas (Fuente: 1918, la otra gran epidemia que no nos tomamos en serio. El País 21 marzo 2020. https://elpais.com/ciencia/2020-03-21/1918-la-otra-gran-epidemia-que-no-nos-tomamos-en-serio.html
Vista del hospital de campaña instalado en Ifema, Madrid, y que también acogerá casos leves (Dani Duch)
El agua para sofocar las “llamaradas”4 del incendio que provocará la crisis económica que se avecina5, que ya ni los medios de comunicación burgueses (diseñados para "drogar" a las masas de “optimismo vacío”) esconden la magnitud que tendrá, no hay océano que la suministre.
Como puede apreciarse el año 2020 será el primer año de caída del PIB mundial desde la Segunda Guerra Mundial, pero sí consideramos que solo fueron los últimos años de la guerra, que lo considerado como economía mundial la mitad era prácticamente EE.UU. y el mundo no tenía la interconexión de hoy, nos damos cuenta que lo que vendrá será la peor crisis económica desde 1929, sin saber aún si la superará y que permite afirmar (y esto no es una simple metáfora) que la población mundial prácticamente saldrá del confinamiento para las barricadas. ¡Esperemos que así sea!
El "sistema" estaba pidiendo a "gritos" una destrucción masiva y gigantesca de capitales que “limpiara” y barriera del camino todas aquellas empresas ineficientes desde el punto de vista de la "racionalidad" capitalista que, como se sabe, no tiene nada que ver con la racionalidad del sentido común. Lograrlo con una guerra hubiese sido lo más “efectivo”, pero los costos se podían descontrolar, por eso no se atrevieron en “serio” nunca con esa opción, tan peligrosa para llevarla a cabo que hasta la vida de los burgueses podía correr algún riesgo; sin embargo, llegó esta pandemia tan “bendecida” que, al parecer, brindaría aquella posibilidad que tanto añoraba Keynes, “reproducir en condiciones de paz” las “bondades de la guerra”.
No obstante, la realización de ese “objeto oscuro” de la teoría económica burguesa, tanto “neo” como abiertamente keynesiana (según la acertada definición de la economista marxista Paula Bach6), también es imposible, porque el capital lo constituyen tres elementos: medios de producción, dinero propiamente dicho y fuerza de trabajo (personas); esta crisis sin dificultad alguna (porque para ello la han diseñado los planificadores de la burguesía) eliminará todo lo que le “sobra” y resulta irrentable desde el punto de vista capitalista, de los dos primeros elementos constitutivos del capital antes mencionados, pero la población que también forma parte del capital quedaría intacta. Para los dos mil millones de personas, de los casi 8 mil millones que habitan el planeta, una considerable masa humana “sobrante” y “superflua” para las necesidades del capital, éste no dispone ni trabajo, ni comida, ni medicinas, ni vivienda digna de un ser humano; en otras palabras, no tiene para ella “ni pan ni circo”, los seguirá teniendo como un ejército de “revoltosos” poniendo en peligro el “normal” desenvolvimiento, en todos los niveles, de la reproducción ampliada capitalista, ya que la tasa de letalidad de éste virus (Covid-19) para los fines “depuradores” poblacionales del capital es tan “baja”, aproximadamente el 4%, que no cumple cabalmente con la tarea de eliminar el “excedente” de ese otro factor integrante del capital, la fuerza de trabajo del que, siempre también desde el punto de vista capitalista, haría falta deshacerse para alcanzar el “equilibrio necesario” que su “normal” funcionamiento exige.
Por ello, la vieja y soñada aspiración de Keynes de “reproducir en condiciones de paz” las “bondades de la guerra”, seguirá siendo utópica, de ahí que, mientras exista el capitalismo la utilización del mecanismo de la guerra, con el objetivo de crear las condiciones “óptimas” necesarias para el “normal” y “libre” desenvolvimiento de las fuerzas productivas del capital, seguirá vigente como espada de Damocles amenazando el destino de la humanidad, así ha funcionado siempre “la lógica del sistema capitalista, que no puede reconstituir las condiciones de progreso más que destruyendo lo que ha creado, que encuentra su ganancia en medio de las ruinas, que se choca recurrentemente con el exceso en un mundo en el que falta de todo”7
Al verificar como el gasto masivo en que incurrió la economía norteamericana, preparándose para su entrada en la guerra, fue lo que en la práctica sacó al país de la Gran Depresión de 1929 (y no el tan cacareado New Deal) llevó a Keynes a sincerarse en 1940, al afirmar que “parece políticamente imposible que una democracia capitalista organice el gasto en una escala necesaria para realizar el gran experimento que daría prueba a mis tesis –salvo que se verifique una guerra–”, por eso quizás también otro neo keynesiano, Paul Krugman (premiado con un Nobel por la burguesía mundial en 2008) no tuvo tampoco pudor alguno al decir, en su best seller, Acabad ya con esta crisis, no sin sorna, pero que no esconde para nada su elevada dosis de cinismo cuando, ante la falta de una señal que detonara el gasto para salir de la crisis de 2008 que, “en el verano de 2011, pensaba que lo que necesitamos de verdad es un amago de invasión alienígena que provoque un gasto masivo en la defensa antialienígena”8, no sabemos para que se oculta buscando rebuscadas palabras si, 71 años atrás, su maestro había llamado sin tapujos a esos alienígenas por su nombre: una guerra.
¿Servirá entonces para algo la crisis económica, con todo el potencial destructivo con que se anuncia, visto que para el capital no servirá de mucho, y ante la ausencia por doquier de una masa anticapitalista con una conciencia crítica suficientemente fuerte como para quebrar el sistema, dado que éste “nunca, ni siquiera en las épocas de crisis, ‘caerá’ si no se le ‘hace caer’”? Categóricamente si, el camarada Lenin decía que “tanto la crisis económica como la guerra tienen el potencial, por una parte, de abrir un espacio que alargue la vida del modo de producción capitalista y, por la otra, de crear una nueva situación revolucionaria”. Pero en éste último caso ¿desembocará dicha situación revolucionaria en una Revolución que acabe con el capitalismo y de paso a una nueva sociedad?, también Lenin nos alertaba sobre ello cuando expresaba “no lo sabemos, ni nadie puede saberlo”, y es que ahí está el lado amable de la historia porque, también con palabras de Lenin: “...ningún socialista, nunca ni en parte alguna, ha garantizado que hayan de ser precisamente la guerra actual (y no la siguiente ) y la situación revolucionaria actual (y no la de mañana ) las que originen la revolución ”9.
Sin embargo, por qué esta época es especialmente diferente y por ello decisiva, porque cuando los sistemas históricos (y no solo éstos) funcionan “normalmente” (que es lo sucedido al capitalismo hasta ahora) cualquier perturbación que trata de alejarlo de la posición de equilibrio no logra conseguirlo, ya que en esas épocas la fuerza de las leyes deterministas son las que predominan, cuyos artilugios son capaces de reinstaurar con notable éxito el equilibrio temporalmente perdido, o en palabras de Wallerstein “cuando los sistemas funcionan normalmente el determinismo estructural pesa más que el libre albedrío individual y colectivo”, pero cuando los sistemas se alejan mucho del equilibrio y los mecanismos de control interno resultan incapaces de retrotraerlo a la situación de normalidad, el sistema entra en un periodo de “caos y bifurcación” y es aquí cuando el factor subjetivo “se vuelve fundamental”, a través de las acciones y la voluntad que comienzan entonces a jugar un papel decisivo, como dice Wallerstein “ésta es una de las razones principales por las que el resultado es tan impredecible”, de tal forma que, estamos entrando a las puertas del tan anhelado momento que no tuvieron ante sí los revolucionarios en el siglo pasado, cuando lograron en cuanto a transformación social se refiere menos de lo que se esperaba de ellos, el de nosotros en cambio, es el tiempo en que el mundo de los años y décadas futuras “será lo que hagamos de él… no podemos siquiera imaginar la multitud de pequeños detalles que tendrán un impacto crucial”10, por eso nadie sobra y ninguna acción por diminuta que sea resultará insignificante.
Notas
* Kurz, Robert. Marx 2000. La importancia de una teoría dada por muerta para el siglo XXI. Revista Constelaciones. Número 8-9. 2017. http://constelaciones-rtc.net/article/view/1911/pdf
** Jappe, Anselm. Prólogo del Libro de Robert Kurz El colapso de la modernización. Editorial Marat. Buenos Aires. 2016. Página 20. En España se puede adquirir en la librería Traficantes de Sueños.
1. Para consultar las teorías conspiratorias (término no usado en sentido peyorativo) consultar: Coronavirus, crisis sistemática y oportunidad histórica. https://observatoriocrisis.com/2020/03/31/4088/ y El Mundo después del Covid-19; La Gran Depresión del Siglo XXI https://observatoriocrisis.com/2020/04/15/4195/ donde se afirma algo nada descabellado para quien tenga una pizca de conocimiento del capitalismo “El coronavirus es un producto para ser usado en una guerra biológica y para arrasar con la población de adultos mayores que en Occidente, son considerados un lastre improductivo y una carga excesiva para la sociedad y los fondos financieros de pensiones, por ello con una seguridad mayor al 90%, podemos afirmar que el Covid-19 salió de laboratorios de EE. UU.”, ambos de Win Dierckxsens y Walter Formento, y también Acusan al ejército de EEUU de introducir el coronavirus en China. https://observatoriocrisis.com/2020/03/18/acusan-al-ejercito-de-eeuu-de-introducir-el-coronavirus-en-china/ todos en Observatorio de la crisis (https://observatoriocrisis.com/)
2. Todos los contagiados de la alta burguesía española (Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal, el juez Baltasar Garzón, etc., pero también ministros del gobierno español del PSOE y Podemos, que han tenido síntomas o se han considerado sospechosos de portar el Covid-19, se han realizado los análisis en las clínicas privadas de la sanidad española, pese a que defienden como postura la defensa de la sanidad pública. Han tenido que contener la risa cuando en el Parlamento español el representante de Vox, Santiago Abascal, les ha recordado tamaña contradicción de principios. Aunque es de señalar que esto no ocurre solo en la sanidad, también es práctica habitual en el sector de la enseñanza esa doble moral de la mal llamada izquierda española, pues la mayoría de sus hijos estudian en colegios privados y/o concertados. José Miguel Nuin, ex líder de Izquierda Unida en Navarra y militante del Partido Comunista español, tenía hijos estudiando en el instituto Irabia, nada más y nada menos que del Opus Dei.
3. 'Aguanta, somos la cuarta potencia de Europa, España no es Uganda'. Diario español El Mundo.
https://www.elmundo.com/portal/pagina.general.impresion.php?idx=199497
El hecho se produjo cuando el ministro de Economía español, Luis de Guindos, negociaba en 2012 el rescate financiero de la banca española ante el Eurogrupo, y éste presionaba para imponerle unas “duras” condiciones, como las que los oligarcas y financieros han estado acostumbrados a imponer siempre al mundo pobre en casos similares. Es en ese momento que el Jefe del Gobierno español Marino Rajoy, en un mensaje desde su cuenta de Twitter, expresara las racistas y peyorativas palabras “Aguanta, somos la cuarta potencia de Europa, España no es Uganda”
4. El ex secretario de Estado norteamericano y uno de los planificadores del capitalismo mundial, el asesino Henry Kissinger confesaba en voz alta que “es necesario descubrir una curación para el coronavirus para proteger el orden mundial liberal, porque si no el mundo se incendiará” Jalife-Rahme, Alfredo. Kissinger teme más el derrumbe del orden liberal mundial que al Covid-19. La Jornada impresa 8 abril 2020. https://www.jornada.com.mx/2020/04/08/opinion/018o1pol
5. Fuente de la gráfica: Roberts, Michael. La depresión post pandémica https://thenextrecession.wordpress.com/2020/04/13/the-post-pandemic-slump/
6. Bach, Paula. Economía, política y guerra: ese obscuro objeto (neo)keynesiano. Rebelión 27 octubre 2012. https://rebelion.org/economia-politica-y-guerra-ese-obscuro-objeto-neokeynesiano/ Completísimo análisis sobre la imposibilidad (en cualquier circunstancia) de realizar la utopía reaccionaria de “reproducir en condiciones de paz las bondades de la guerra”
7. Joshua, Isaac. La depresión económica mundial. http://rcci.net/globalizacion/2002/fg250.htm
8. Krugman, Paul. Acabad ya con esta crisis. Libro disponible en versión libre en internet.
9. Las citas contenidas en este párrafo provienen de la obra de Vladimir I. Lenin La Bancarrota de la II Internacional. Obras escogidas. Tomo V. Página 101. Está disponible en internet en versión libre.
10. Las citas contenidas en este párrafo provienen de la obra de Immanuel Wallertein UTOPÍSTICA O las opciones históricas del siglo XXI. Conferencias Sir Douglas Robb impartidas en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, los días 16, 22 y 23 de octubre de 1997. Está disponible en internet en versión libre.
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