Marcha contra el ALCA

16/06/2002
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[El día 22 de junio, día de la Unidad Latinoamericana en Buenos Aires y otras capitales del continente, se realizará la "Marcha contra el ALCA y por la Unidad de Nuestra América", cuyo cierre se leerá el texto que sigue a continuación.] Declaración por el día de la Unidad Latinoamericana Ya desde los heroicos días de las luchas por nuestra emancipación, existieron en América dos proyectos encontrados: el de unión y libertad por un lado y el de balcanización y dependencia por el otro. También desde aquel pasado lejano pudo observarse la acción disolvente de las potencias extranjeras sobre nuestros países, encarnándose en quienes serían los sostenedores nativos de la sumisión a los intereses imperiales. Por el contrario, la unidad de Nuestra América estuvo siempre presente entre lo mejor del pensamiento que animara a los forjadores de la independencia. Y es así que transformada en grito de batalla, proclama y proyecto, recorrió los 10 millones de kilómetros cuadrados que van desde California en México hasta las nacientes Provincias Unidas del Sud enarbolada por los ejércitos populares de los libertadores. El 22 de junio de 1826 vería la luz en Panamá, uno de los mayores intentos por transformar aquel principio rector en proyecto político concreto que sentara las bases para recorrer, unidos, el camino de la felicidad común para nuestros pueblos. El Congreso Anfictiónico impulsado por el libertador Simón Bolivar buscaba materializar la unidad de nuestros nacientes países, concebida como ”un pacto social que debe formar, de este mundo, una nación de repúblicas” que "nos sirviese de consejo en los grandes conflictos, de punto de contacto en los peligros comunes, de fiel intérprete en los tratados públicos cuando ocurran dificultades, y de conciliador, en fin, de nuestras diferencias". Por ello recordamos el 22 de junio como el Día de la Unidad Latinoamericana. Pero la confederación de naciones impulsada por todos aquellos para los cuales “la patria es América”, fue boicoteada decididamente por Inglaterra, los EE.UU y las minorías oligárquicas a sus órdenes. Aguardaban, adelante, los problemas del subdesarrollo magnificados por la dominación imperial y la división de nuestros países. Hoy, a más de 170 años de aquel frustrado intento, casi toda Nuestra América se encuentra recorrida por la dependencia y el atraso. Nuestras naciones van siendo arrastradas en soledad hacia una globalización que elimina sus derechos más básicos, mientras que intentando convencernos de nuestra supuesta incapacidad, los EE.UU. buscan unificarnos en la sumusión inoculando en las venas abiertas de nuestro continente el veneno neoliberal que reasegure su dominio. Pero también en medio de las crecientes luchas de nuestros pueblos contra ese modelo de miseria y por la soberanía y la justicia social, van apareciendo con nitidez los ecos de aquel proyecto de unidad americana forjado por los libertadores. En el mundo actual, la perspectiva se orienta hacia los bloques regionales, pero como dijera Vivian Trias “la integración no es más que un instrumento, una herramienta, un medio, para remachar las cadenas o para romperlas”. Y esa es la disyuntiva que tenemos los americanos por delante; aceptar el ALCA no implica otra cosa que legitimar un paso gigantesco hacia la subordinación absoluta de nuestros países a las políticas de EE.UU. renunciando a nuestras identidades, a nuestra soberanía y al bienestar de nuestros pueblos. Por eso este 22 de junio, recordando el Congreso de Panamá, nos movilizamos frente a los símbolos de la dependencia para decirle sí a la unidad de Nuestra América, sí a la unión para la emancipación, que es la mejor (y acaso la única) manera que decirle no al ALCA. Lo hacemos entendiendo que esos dos elementos, la movilización amplia y firme junto a la elaboración de un proyecto de unión americana, son las bases fundamentales para resistir con éxito los planes imperiales de sumisión de Nuestra América y que tienen en el Plan Colombia, la Iniciativa Andina y el ALCA sus ejemplos más acabados. Los abajo firmantes creemos que otra integración es posible bajo el signo de la soberanía política, económica y cultural de nuestros países, uniéndonos para romper las cadenas de la dominación imperial en el camino de conquistar nuestra segunda y definitiva independencia. Hermanas y Hermanos americanos, recorramos juntos ese camino hacia la unidad, la paz con dignidad, la justicia social y la soberanía popular.
https://www.alainet.org/fr/node/106091
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