Reforma agraria, la más antigua deuda social

02/07/2003
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La experiencia muestra que de nada sirve retirar un tema del escenario político cuando el mismo expresa ansias profundas de la sociedad. Es lo que estamos verificando con la cuestión de la reforma agraria. Muchos y muy poderosos son los intereses que quieren ver este asunto desterrado de los medios de comunicación y de la política. Pero regresa cada vez con la fuerza de agua represada, para ocupar amplios espacios en los noticieros nacionales e internacionales. El dilema, de hecho, no es nuevo. En la historia de Brasil, pasada y reciente, siempre que se aborda la propiedad de la tierra, los ánimos se alteran. Los conflictos han sido recurrentes y se cuenta por centenas el numero de muertos, comenzando por las poblaciones indígenas. Muertos que desgraciadamente, permanecen como cadáveres insepultos, dada la impunidad con que se revisten los crímenes ligados a la lucha por la tierra. El hecho es que, al decir de los estudiosos clásicos del Brasil, Caio Prado Junior entre otros, la cuestión agraria hace parte del trípode que sustenta la economía desde sus orígenes: latifundio, monocultura de exportación y trabajo esclavo. Hoy las tres bases del "trípode" pueden ser consideradas no sólo, sino símbolos o metáforas de una política económica históricamente viciada. No sería del todo extraño, por ejemplo, hablar del latifundio de la comunicación o del agua, de la agroindustria orientada hacia el mercado externo y de la precariedad creciente de las relaciones de trabajo como equivalentes que señalan la continuidad del referido trípode. Se asiste en estos días a un recrudecimiento de la presión sobre la concentración de la tierra. La bandera de la reforma agraria se yergue con ímpetu redoblado. No estamos hablando solamente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), sino de la organización del conjunto de los movimientos sociales en el campo. Guiándonos por el análisis de coyuntura presentada en la última reunión del Consejo Permanente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB, por sus siglas en portugués) -sin embargo no es un documento oficial de la entidad-, vale la pena hacer una retrospectiva de los últimos acontecimientos. "Primero fue el Grito de la Tierra, en mayo, cuando la Confederación Nacional de los Trabajadores de la Agricultura (CONTAG) movilizó en la Explanada de los Ministerios millares de trabajadores rurales. En aquella ocasión el gobierno prometió destinar recursos considerables para el financiamiento de la agricultura familiar. De hecho, acaba de ser divulgado el "Plan de zafra 2003-4, con un aumento del 25% sobre el que fue destinado al Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar del Ministerio de Desarrollo Agrario (PRONAF) en el año pasado (pero en el cual solo se gastó efectivamente la mitad). "Después fue el acto de lanzamiento de la Carta de la Tierra, realizado en el Senado Federal, el día 11 de junio. Elaborada por 43 organizaciones que componen el Foro Nacional por la Reforma Agraria y Justicia en el Campo, el texto de la carta, en defensa de la reforma agraria y de la agricultura familiar, representa un marco histórico en términos de convergencia de los movimientos sociales y entidades que actúan en el campo. Entre los puntos convergentes se destacan la expropiación de los latifundios y el límite de tamaño de las propiedades rurales; el respeto a los derechos humanos en el campo, el combate a la violencia y a la impunidad; la demarcación de tierras indígenas y de remanentes de quilombos; el estímulo de la agricultura familiar; la prohibición de la producción, uso y comercialización de semillas transgénicas; el fomento de técnicas agrícolas no agresivas al medio ambiente y a la preservación y democratización del acceso al agua; la elaboración de políticas para cada región, en especial para la convivencia con el semi-árido brasileño". "El Movimiento de los Afectados por Represas (MAB por sus siglas en portugués) no se quedó atrás: en el periodo del 9 al 13 de junio realizó un Encuentro Nacional con la presencia de aproximadamente 1000 delegados de 22 estados. El objetivo era reforzar la organización de base y la articulación a nivel nacional e internacional, como también discutir políticas para la implantación de un nuevo modelo energético. La 27ª Asamblea del Consejo Indigenista Misionero -CIMI Regional Sur- realizada en Registro, São Paulo, del 9 al 12 de junio, alerta sobre el hecho de que "vivimos un momento extremadamente delicado y de fuerte angustias frente a la coyuntura nacional y, particularmente, frente a la política indigenista del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva". Después de analizar el contexto actual, pide la "inmediata homologación de la TI Raposa Serra do Sol, en Roraima", así como la "definición y ejecución de una política indigenista con fuerte respaldo presidencial, con recursos suficientes y con la clara finalidad de defender todos los pueblos y territorios indígenas del Brasil. A esa agenda de luchas, se suman las recientes movilizaciones del MST (o de grupos que así se denominan), incluyendo una audiencia con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva , el día 2 de julio. Los hacendados, a su vez, amenazan con crear y/o fortalecer milicias propias, estando en evidencia el caso de São Gabriel, Rio Grande do Sul, donde, de lado a lado, la confrontación parece inevitable. "La verdad es que, de una forma o de otra, el tema de la reforma agraria se impone en el escenario nacional. Ahí radica la verdadera reforma estructural en la sociedad brasileña", concluye el análisis citado. ¿Por qué? Porque ella representa, en el fondo, la deuda más antigua de un Brasil de "tanta tierra sin gente y de tanta gente sin tierra", como recuerda la canción popular.
https://www.alainet.org/fr/node/107916

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