Los lazos entre el espionaje estadounidense y la dictadura peruana según el Financial Times
La CIA y Montesinos
31/07/2003
- Opinión
Montesinos 'está confrontando 70 juicios acusado de todo desde
desfalco y corrupción, hasta narcotráfico, manejo de armas y liderar
un escuadrón de la muerte. Los investigadores creen que él robó mil
millones de dólares al Perú. Entonces, por qué los EEUU le apoyaron
durante un cuarto de siglo?'
Tal es el encabezado del informe especial de la última revista del
mayor diario económico británico. El caso Montesinos ha merecido la
carátula, el editorial y el reportaje central de la revista del
Financial Times. Resulta muy inusual que un asunto peruano merezca
tal cobertura en el diario de la City financiera. Sin embargo, las
11 páginas dedicadas a abordar la relación entre el anterior jefe
del SIN y la CIA, es vista como algo muy importante para analizar la
política de los servicios secretos estadounidenses a escala global.
El artículo estuvo a cargo de Thomas Catán quien fue colaborado con
otros dos periodistas de dicho periódico quienes están preparando el
libro "El perfecto espía: las muchas vidas de Vladimiro Montesinos'.
La principal razón que aduce el editorial para estudiar ese caso es
para averiguar sobre la forma en la que los EEUU se relacionan con
una serie de personajes dudosos. Ahora que Washington interviene
directamente en nuevos escenarios, como en el medio oriente, éste
trae consigo una experiencia de 150 años de ligazón con
Latinoamérica. La estrecha relación cultivada durante 25 años con
Montesinos muestra una tendencia hacia asociarse con criminales como
los Somoza (Nicaragua) , Pinochet (Chile), Savimbi (Angola) o Ngo
Dinh Diem (Vietnam).
El artículo central se inicia mostrando los excesivos gastos que
ocasiona el 'juicio del siglo'. Solamente para llevar a Montesinos a
una audiencia se destinan mil uniformados y tres helicópteros y cada
día el estado destina diez mil dólares a su protección. Pese a ello
hasta la fecha el 'Rasputín' peruano no ha soltado sus grandes
secretos. La CIA tampoco se sentiría a gusto si eso pasase pues 'si
él pudiese hablar podría contar de muchas cosas acerca de los
usualmente desordenados arreglos con los que Washington se conduce
en la región.'
Montesinos ha declarado que él fue un operador de la agencia central
de inteligencia estadounidense (CIA), que se reunía '2 a 3 veces por
semana' con el jefe de la CIA en Lima, y que espías de ésta le
visitaban a diario en sus oficinas del SIN.
Su relación con la CIA habría empezado desde 1972-73. Entonces él
era descrito en documentos desclasificados estadounidenses como 'un
valioso contacto de la embajada'. En 1973 él fue nombrado asesor del
primer ministro, el general Mercado Jarrín. Los EEUU encontraron en
él a una persona que podría brindarles datos sobre las grandes
cantidades de armas que el régimen estaba adquiriendo de los
soviéticos.
El 5 de septiembre de 1975 él arribó a Washington. En los EEUU
visitaría los edificios de la CIA, el Pentágono, el Consejo de
Seguridad Nacional y el Departamento de Estado, donde conversaría
con Luigi Einaudi, actual número dos de la OEA. En los EEUU se le
consideraba como el 'joven oficial militar más teóricamente
sofisticado en la doctrina de seguridad nacional' y con
'considerables potenciales de liderazgo'.
A su regreso él fue echado de las FFAA y encarcelado por haber
abandonado su puesto, viajar inautorizadamente, falsificar su
pasaporte y vender secretos de estado. Al año salió de la carcel
para ir viajando entre diversos países de la región hasta que en
1983, cuando resurgió el cargo de traición a la patria, huyó a
Argentina. En esos años él se graduó de abogado y se convirtió en
algo mas que defensor legal de narcos. Según Gustavo Gorriti él les
ofrecía servicios completos corrompiendo jueces. Su reputación de
ser capaz de crear pruebas le llevó a ser electo para representar a
oficiales que estuvieron implicados en la masacre de 29 campesinos
en 1988. Logró voltear las tablas al procurador que les estaba
acusando y le amenazó tantas veces que le obligó a pedir asilo en
los EEUU. Todos los testigos en ese caso fueron asesinados y el
general cuestionado fue promovido. Gracias a ello volvió a ser bien
visto en el ejército.
En 1990 Francisco Loayza, su anterior maestro en las FFAA, se había
convertido en director de campaña de Fujimori. A él se le buscó para
pedirle que hiciera algo para liberar a Fujimori de las acusaciones
que sus contrincantes le estaban haciendo de haber hecho fraudes
tributarios en la venta de inmuebles. Según Loayza él les dijo 'que
se olvidaran del problema' y a los 3 días consiguió una resolución
judicial posponiendo el caso hasta después de los comicios.
Tras haber ayudado a Fujimori a llegar a palacio, él se convirtió en
el jefe de su inteligencia. Según Rafael Merino, un espía peruano
que trabajó con él, la DEA nunca le aprobó, pero 'la CIA lo
defendió'. La CIA financiaba al SIN y Montesinos era el puente entre
ambos.
El animó una serie de escuadrones de la muerte como el 'Grupo
Colina' implicado en el asesinato de 17 personas en una pollada de
Barrios Altos y de 10 universitarios de la Cantuta. En esos crímenes
participó un Jeep Cherokee donado por los EEUU al SIN.
Según Coletta Youngers, una abogada de derechos humanos en la
oficina de Latinoamérica de Washington, los EEUU 'estuvieron
indirectamente apuntalando las actividades de las escuadras de la
muerte. Hay evidencia que la CIA proveyó de fondos para la unidad
antidroga del SIN que estuvo envuelta en la matanza de barrios
Altos. Nos convertimos en cómplices de las atrocidades que fueron
llevadas a cabo'.
De tiempo en tiempo algunas figuras estadounidenses expresaban su
preocupación por Montesinos. Mas, tal como declaró Ted Piccone, un
antiguo funcionario del Consejo Nacional de Seguridad de EEUU,
Montesinos encarnaba 'el clásico dilema entre una clara y fuerte
evidencia d euna relación contaminada y por el otro lado los
intereses de seguridad nacional de EEUU precisaban para avanzar de
continuar tal relación.'
El jefe de la CIA en Lima escribió por lo menos tres cartas de
recomendación para Montesinos. Una de éstas hecha el 10 de agosto de
1988 con el logotipo de la embajada de EEUU decía en deficiente
castellano: 'Es para mi un honor el felicitarlo a usted y su
servicio por su continuo esfuerzo en contra del narcotráfico. En
especial queremos expresar nuestra admiración y esfuerzo del SIN, el
cual con su liderazgo, dedicación y profesionalismo ha hecho un
tremendo esfuerzo para comabatir (sic) las grandes organizaciones
y/o firmas de traficantes operando en el Perú.'
Esta carta así como otra redactada en Abril 1999 se dió después del
roce entre Montesinos con el zar anti-droga de EEUU, el general
Barry McCaffrey ocurrido en Mayo 1998. Pese a aus claros vínculos
con el narcotráfico el jefe del SIN había logrado que todos los
puntos en la lucha contra la droga pasasen por sus ojos.
Según Piccone Montesinos se convirtió en el hombre clave para
negociar con el gobienro peruano toda clara de asuntos 'desde el A
hasta la Z'.
Los favores de Montesinos fueron utilizados por Peter Romero, un ex
secretario temporal de Estado de EEUU, para favorecer a la minera
norteamericana Newmont en la que trabajó para beneficiarse de un
negocio de unos $500 millones sacando del medio a una firma francesa
competidora.
Montesinos fue clave en lograr 'reinterpretar' la constitución
fujimorista para luego conseguir un tercer periodo para su
presidente. Falsificó 1,2 millón de firmas e interceptó los
teléfonos de cientos, incluyendo la del ex secretario general de
Naciones Unidas.
Cuando los EEUU lanzaron el 'Plan Colombia' para entregar $ 1,3
millón de ayuda para combatir a la 'narco-guerrilla', el grueso de
los vecinos no mostró su satisfacción temiendo el flujo masivo de
refugiados. Montesinos, en cambio, se identificó plenamente. El 21
de agosto del 2000 realizó una conferencia de prensa donde reclamó
haber interceptado un embarque de decenas de miles de rifles AK-47
desde Jordanbia para las FARC. Toda esa historia cayó como un
bumerang en su cara cuando los acusados de haber sido los
traficantes de armas dijeron que el propio Montesinos estaba tras
ese negocio.
La idea que el hombre de la CIA en Perú estaba ayudando a las FARC
en un tiempo en el cual Clinton estaba lanzando la mayor operación
para derrotarlos es algo que generó mucha preocupación en
Washington. Para el autor del reportaje muchas explicacions de ello
son posible, incluyendo la de 'muchos peruanos que creen que una
parte de la CIA quería escalonar el conflicto colombiano para
descarrilar el Plan Colombia de Clinton y justificar una invasión a
gran escala.'
Un agente de la CIA entrevistado sostuvo que 'nosotros teníamos
mucha confianza sobre las cosas que él hacía debido a que el tenía
una muy cercana relación con ciertas partes de la CIA'. Después de
ese incidente 'Los EEUU ya no querían saber más de él', aseguró el
ex premier Federico Salas.
El 8 de septiembre del 2000 se reunió en Nueva York Fujimori y
Madeleine Albright, secretaria de estado. Allí se hizo ver al
presidente que los EEUU habían decidido deshacerse de Montesinos y
que se debía 'restructurar' el SIN.
Una semana después apareció el primero de cientos de vladi-videos en
el cual se mostraba al jefe del SIN sobornando con $15,000 a un
congresista. Esa noche Salas telefoneó a Montesinos indicándole que
debía retirarse. El replicó que 'tenía 3,000 hombres armados a su
disposición' y que 'lanzaría un golpe'. Según el ex premier el
presidente estaba aterrorizado y no le quedó otra salida que la de
anunciar que acortaráa su mandato, tal cual lo hizo el 16 de
septiembre. Ocho días después Montesinos pediría refugio en Panamá.
Lo acontecido con Montesinos es, según este especial del Financial
Times, algo que debe ser tomado en cuenta. Mientras tanto la CIA se
niega a abrir sus informes secretos sobre Montesinos y él sigue
manteniendo en reserva varias confesiones que podrían cuestionar la
forma en la cual interviene la central d ela inteligencia de la
principal potencia global.
* Isaac Bigio. Analista Internacional
https://www.alainet.org/fr/node/108024?language=en
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