La OMC ataca de nuevo: Cancún 2003

07/09/2003
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Reflexión sobre Marcos 7: 31-37
¡Y hasta puede hacer que los sordos oigan y los mudos hablen!
Dentro de dos día iniciara la V Cumbre Mundial de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en la isla de Cancún, México. La OMC es una de las principales impulsoras del proceso de globalización neo-liberal y las decisiones que se tomen afectarán a las poblaciones del planeta. Debemos por lo tanto pensar esta reunión a la luz del Evangelio. La OMC desde su fundación en 1994 en Marrakech, Marruecos, ha promovido la liberalización en la mayor cantidad de sectores económicos así como el desmantelamiento de las tarifas arancelarias para impulsar "el libre comercio." Estos procesos han golpeado las vidas de millones de campesinos, pueblos indígenas y negros, pescadores, ancianos, mujeres y jóvenes. Es realmente un demonio que está amenazando y devorando la vida de los habitantes de este mundo. Y en esta reunión de Cancún las corporaciones pretenden hacer avanzar este proceso, tomar decisiones con respecto a la agricultura, la propiedad intelectual, los servicios y las inversiones. Solo a nivel de la agricultura aspiran alcanzar acuerdos que permitan a las compañías extranjeras desplazar a los productores locales, y destruir de esta manera todo vestigio de seguridad alimenticia. Como cristianos debemos reflexionar sobre la OMC y Cancún. El mensaje de Jesús de Nazaret está orientado a que los sordos oigan y los mudos hablen, a que participen en la vida de la comunidad. Es un mensaje de liberación. Es un mensaje que sigue vigente porque continúa denunciando la sordera de los poderosos y proclamando la palabra de los oprimidos. Jesús nos llama al compromiso y a la lucha. El texto de Marcos nos sirve para analizar la reunión de la OMC en Cancún. Nos habla de un sordomudo. A Jesús le llevan un sordomudo para que ponga su mano sobre él. Jesús decide ayudarle. Un sordomudo es una persona marginada, que no participa de la comunidad. Es una persona que no escucha y que no habla. La sociedad lo castiga pero Jesús lo recibe. Y Jesús lo libera, le hace recuperar el oído y la voz, el sonido y la palabra. Pero también las personas y las instituciones, incluso las iglesias, pueden volverse sordas y mudas. El poder y la riqueza conduce a la sordera de los poderosos mientras que el temor se apodera del espíritu de los oprimidos y los vuelve mudos, les arrebata la palabra. La OMC es una institución sorda, no escucha los reclamos de la humanidad. Es una institución que de manera prepotente cierra sus oídos ante el clamor de los humildes. No escucha, únicamente ordena despidos de trabajadores, tala de bosques, saqueo de nuestras semillas, cierre de empresas, impone su voluntad. Por otra parte, son millones de personas las que han recuperado la palabra, y se pronuncian contra la OMC y contra la guerra. Y cada reunión de la OMC es una oportunidad para la protesta. Para encontrarse y celebrar la comunión de la diversidad y la justicia. Y así fue en Marrakech, en Doha, en Washington, Seattle, Praga, Gotemburgo, Bangkok, Génova, Quito, Québec, Porto Alegre, Monterrey y hoy en la isla de Cancún. En Cancún se reunirán miles de activistas contra la globalización neo-liberal. Miles marcharan, están marchando ya hacia Cancún de todas partes de México, de Latinoamérica y del mundo entero. Nosotros como Comunidades de Fe y Vida organizamos una Caravana Ecuménica por la Justicia Económica. Y el próximo sábado 13 realizaremos un Culto Ecuménico contra la Globalización de la Explotación, en la Plaza Cívica a las 3p.m. Estamos seguros que el Espíritu de Dios que es el espíritu de la lucha por la justicia, acompaña y protege los esfuerzos para evitar que la OMC ataque de nuevo nuestros países y comunidades. Solo cuando a nivel mundial como ciudadanos recuperemos nuestra voz y alcemos nuestros puños de protesta podremos detener estos planes contra la vida. La Palabra tiene fuerza. Y cuando suenan millones de voces en todos los continentes los poderosos comienzan a temblar. Es una fuerza gigantesca la que estamos construyendo. Como iglesias salvadoreñas nos corresponde unirnos a esta lucha sagrada y proclamar desde las calles el mensaje de nuestro Señor Jesucristo que es un mensaje de amor, solidaridad y resistencia. Amén. Rev. Roberto Pineda. San Salvador
https://www.alainet.org/fr/node/108335?language=es
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