Se multiplicará el "fenómeno Ilave"?
El racismo estructural peruano
16/05/2004
- Opinión
El Perú junto con Guatemala, Bolivia, Ecuador y México albergan el
80% de los Indígenas del continente americano. Algunas instituciones
como el Banco Mundial, Amnistía Internacional y otras, señalan
cifras absolutas que van desde los 9 hasta los 15 millones de
personas indígenas, solo en el Perú. Considerando esta cifra que
sobrepasa fácilmente el 50% de la población total del país, el
Estado, Gobierno peruano, y los medios de comunicación social, no
solo no toman en cuenta el peso relativo de la existencia indígena,
sino que se permiten dar leyes que violan flagrantemente los
tratados internacionales (como el Convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo, OIT, y otros) que han suscrito y que
protegen los derechos elementales y mínimos para la supervivencia
material y cultural de los mayoritarios ciudadanos indígenas.
Mas aun, este año culmina el "Decenio Internacional de los Pueblos
Indígenas", establecido por la ONU desde el año 1994, sin embargo a
pesar que el gobierno de Toledo ha oficializado la presencia de los
pueblos indígenas en una Comisión Nacional de Pueblos Andinos
(CONAPA), éstos no han tenido sino una presencia "simbólica",
puesto que existe en el partido de gobierno una vocación
suplantadora del papel activo y protagonista, que, como sujetos de
estas medidas, las organizaciones indígenas debieran tener. Todo
esto, sumado a las últimas movilizaciones QUECHUAS (las marchas de
los cocaleros) y AYMARAS (los sucesos de Ilave y otras) y al
"tratamiento" que el Perú oficial les está dando, nos da elementos
para concluir que, a pesar de todo el avance en DDHH y a pesar del
Informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, el Perú
"oficial" y mas precisamente el Estado peruano se RESISTE en
preservar y reciclar lo que podemos definir como RACISMO
ESTRUCTURAL, que son una serie de mecanismos a través de los cuales
se obvia (o in-visibiliza) a los indígenas. Y hasta se promulgan
leyes anti-indígenas (como la ley Nº 26505, o ley de tierras y la
ley de "Titulación de las Comunidades de la Costa"), que sin embargo
no han tenido una reacción proporcional de los sectores afectados,
fundamentalmente porque los indígenas peruanos "afectados por estas
leyes" no tienen a su alcance el conocer o desconocer tales leyes;
simplemente el Perú oficial o "formal" tiene una "órbita" que no
llega al conocimiento indígena, es decir la exclusión crónica ha
creado espacios estancos y selectivos, separados por "esclusas"
sociales, económicas, comunicacionales, constitucionales, legales,
etc. Y esto es grave, porque, tal como avanzan estas relaciones
peligrosas entre los pueblos que componen el Perú, todo parece
indicar que se avanza a una colisión inexorable.
El hiper-racismo peruano, es definitivamente un racismo sui-generis.
Pese a sus macro-dimensiones no es "evidente". Es un racismo
"encapullado" al sistema, actúa de la forma mas subliminal o
soterrada posible, lo que le da características de fenómeno "oscuro"
u oculto. Estos prejuicios raciales se reproducen a nivel de la
subjetividad familiar y social, pero su actividad es mas subjetiva
individual, porque es un fenómeno ambivalente, se expresa en el
interior de los individuos en forma activa y pasiva; es decir, es el
individuo que lo sufre, también el que lo ejerce sobre los demás y
lo que es peor: sobre sí mismo. En el Perú, desde la mas tierna
infancia nos enseñan a odiar nuestro ser indígena o nuestra "parte
indígena" (que es el drama de los mestizos)
Esto a su vez provoca que el racismo sea un fenómeno escalonado o
espectral; mejor dicho, cada persona individualmente, sabe que es
mas o menos indígena con respecto a otro, que es mas indio o mas
blanco según el caso del que se trate. Así, el llamado mestizaje, no
es otra cosa que un puente de un solo sentido a través del cual, el
indígena deja de serlo, poco a poco, para convertirse en un ente no-
indígena. Y este es el efecto mas trágico del racismo peruano, es el
sistema o estructura social global, el que convierte a los seres
humanos en individuos "aculturados" (en expresión de J.M. Arguedas).
Los indios que "dejan de serlo", no se convierten en "criollos",
"blancos" u "occidentales", sino en una especie de humanos
"murciélagos" que vacilan en un limbo donde a veces parecen
indígenas y otras veces, caricaturas de occidentales A este fenómeno
algunos autores lo han llamado BASTARDISMO, que es el "caldo" o
"ambiente" donde se cuece el RACISMO ESTRUCTURAL PERUANO.
Este prejuicio racista se reproduce como un virus mental o "peste",
porque, a nivel social ser indio es un desvalor extremo, es decir
nadie "en su sano juicio quiere ser indio"; aunque se le reconozca
vergonzantemente "como parte" de la identidad individual (hoy soy
indio pero no lo seré mañana... o soy algo indio pero mañana seré
menos..., o mis hijos serán menos indios que yo, etc), siempre
"existirá una salida", pues siempre, para los indígenas y mestizos,
está presente la expectativa de "dejar de ser indígena", como algo
natural, procesado por la sociedad "blanca", por la economía, por la
educación, por las leyes, etc..., finalmente por los genes de una
pareja "más blanca" (si es que tiene la desgracia de emparejarse
conmigo). Este proceso esta íntimamente identificado con el
"progreso", la "modernidad" , la "globalización"...finalmente con
"la evolución natural de ser humano".
De esta forma la discriminación racial se ha convertido en algo
sistémico, propio del sistema, es parte vital de esta estructura
social. El prejuicio racial ha hecho carne en el sistema, las taras
de los mecanismos del colonialismo subsistente han elaborado en la
experiencia histórica de dominación de los indígenas, una estructura
de códigos de comportamiento, de formalidad legal, de empatía y
anti-patía y otros mecanismos en donde no hace falta la marginación
directa o evidente, basta el encubrimiento de los factores sociales,
económicos, legales, educativos y de comunicación.
Este racismo peruano ha creado estamentos sociales que están
delimitados racialmente, las fronteras son rígidas y su rozamiento
causa mucha angustia social e individual cuando intentan juntarse o
mezclarse. En el Perú todos tienen "su" sitio, cada uno sabe bien a
donde le corresponde ir y a donde no, cada uno sabe con quien se
junta y en calidad de qué, cada uno sabe de qué opina y cual es la
forma de dirigirse a cada quien. La discriminación racial y el
racismo y sus mecanismos sofisticados "a la peruana", son ya una
"rica" herencia y patrimonio cultural criollo de nuestra sociedad,
que es necesario estudiar en profundidad y no solo superficialmente
como se ha venido haciendo. Sin embargo esta tarea de describir y
analizar críticamente la estructura de conformación histórica y
actual del prejuicio racial y del RACISMO ESTRUCTURAL en el Perú, es
una tarea difícil, sino imposible, por sus dimensiones,
implicancias, y por su naturaleza MARGINAL Y EXCLUIDA. ¿ Habrá algún
instituto, universidad, fundación, ONG o medio de comunicación, que
quiera desnudar la naturaleza pervertida de la sociedad racista
peruana ?
https://www.alainet.org/fr/node/109937
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