A 29 años del golpe, queda mucho por hacer
23/03/2005
- Opinión
El 24 de marzo próximo, se volverá a nublar nuestra vista, poblada de lágrimas por los seres que ya no están con nosotros, y también seguiremos exigiendo el juicio y castigo a los responsables del genocidio.
Durante estos años, hemos rondado la Plaza de Mayo y buscando la apertura de los archivos de la represión para encontrar los elementos de prueba que permitieran poner tras las rejas a los genocidas. Con la llegada del Presidente Kirchner, nos emocionamos con el desmantelamiento de la ESMA y el retiro de los retratos en el Colegio Militar de la Nación, con un discurso oficial destinado a reafirmar nuestros deseos de justicia y castigo a los culpables pero todavía seguimos padeciendo las consecuencias de la política iniciada por Martínez de Hoz y sus continuadores democráticos; nos encontramos con una solapada represión, cuyo mayor exponente es el gatillo fácil de la Bonaerense y de la Mendocina, que prosigue su actividad mediante la conformación de Escuadrones de la Muerte, al igual que en Río de Janeiro, dejando una estela de sangre en estas tierras y nos hallamos ante nuevas perspectivas en materia de Derechos Humanos, aunque todavía resuenen los ecos de las profundas contradicciones en materia de derechos económicos y sociales.
No basta con declamar artificiosamente la vigencia de los Derechos Humanos, con acciones lindantes al patrioterismo o condenando las expresiones de Monseñor Antonio Baseotto, cuando la realidad golpea duramente y nos revela la muerte de 100 niños y niñas por día; el incremento geométrico de la discapacidad, a manos de enfermedades evitables, accidentes viales o la polución ambiental, a manos de empresas y empresarios inescrupulosos como del mismo Estado, y el elevado desempleo que lleva a la pobreza y a la marginación a gran parte de la población argentina.
Tampoco basta, cuando la represión se lleva a cabo implacablemente contra los luchadores sociales, quienes siguen buscando el camino hacia la dignidad mediante la firme y sostenida protesta; cuando el gatillo fácil es el instrumento por excelencia de las fuerzas de seguridad, provocando muertes que todos conocemos o una discapacidad permanente, como en el caso de Carla Lacoste; cuando se niega sus derechos a las personas con discapacidad, desconociendo sus calidades como seres humanos y como ciudadanos para llevarlos a una muerte lenta pero segura y cuando la política actual, reafirmando los lazos neoliberales, sigue perpetuando la pobreza para sustentar el esquema amiguista y clientelista.
Debemos seguir recordando el pasado para llevar a cabo los ideales de quienes no están, para construir otro presente y otro futuro para los argentinos y para la Argentina mediante la renovación del NUNCA MÁS, el enjuiciamiento de los genocidas, militares y civiles y la exigencia de construir una verdadera democracia sustancial en la cual podamos decir que existe una plena igualdad de oportunidades para todos.
Queda mucho por hacer, y es el desafío que tenemos por delante, por nosotros y por los 30.000 desaparecidos...
* Prof. Juan Carlos Sánchez Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales (I.S.P."Dr. Joaquín V. González)
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