Continuando con la serie de Diálogos Complejos, las mujeres que participan en el X Encuentro Feminista decidieron poner sobre la mesa sus opiniones e ideas sobre otro tema urticante: la realidad del pensamiento etnocentrista que impide desarrollar una democracia radical y que interfiere en el discurso feminista creando discriminación y desvalorización. Cecilia Olea, de Flora Tristán en Perú, consideró que en América Latina y el Caribe la cuestión racial apela a construcciones sociales y no sólo a la raza a la que pertenecen las personas o grupos. Esta configuración social determina el lugar donde se coloca a las personas en el rango del estatus social. El feminismo debe cuestionar estas construcciones desde su raíz, ya que corresponden a una concepción patriarcal del mundo y de la sociedad que en la actualidad se ven reforzadas por las políticas que se impulsan desde una globalización hegemónica, que amenaza con implantar un único modelo de hombre o de mujer, al que considera perfecto y digno de imitar. "Es difícil desprenderse de la cultura centralista", reconoció Olea, quien señaló que hace falta que el feminismo integre a su agenda la discusión de estas cuestiones para tener claridad en su accionar. Reforzar la concepción del feminismo como movimiento político capaz de mirar la especificidad de cada persona fue la propuesta de Martha Sánchez, del movimiento indígena mexicano, quien apuntó al pequeño número de mujeres indígenas presentes en el Encuentro. "No llegan a diez", señaló, para manifestar que el movimiento feminista debería preguntarse por qué tan pocas mujeres indígenas se han sentido atraídas a participar en esta reunión. Consideró que estas mujeres luchan por sus derechos, pero no se consideran feministas. La respuesta para superar esta situación estaría en dejar de pensar en un movimiento feminista homogéneo, sino mirar las especificidades y tener conciencia de que el etnocentrismo puede obstruir la democracia que debería existir en cualquier nivel de acción en el que participan las mujeres. Sánchez también consideró que para propiciar el diálogo entre feministas y mujeres indígenas sería importante tender puentes que permitan abordar cuestiones como la propiedad de la tierra y la lucha por los recursos naturales y el desarrollo sustentable, temas que parecieran no ser prioridad en el movimiento feminista actual. Como desafío de estas mesas de debate quedó la necesidad de dejar de ver la diferencia como desigualdad. El énfasis estuvo puesto en reconocer la diferencia para luchar contra la desigualdad, sin dejar de tener en claro que el patriarcado es fuerte en nuestras culturas y que será necesario trabajar desde una ética feminista que recupere valores y reafirme que las feministas necesitan trabajar lo personal y lo político para promover otro tipo de poder capaz de superar al poder que oprime y discrimina. - Dafne Sabanes Plou es integrante del Programa de Mujeres de la Asociación por el Progreso de las Comunicaciones, APC.