Inexplicablemente o bien situadas de acuerdo a los intereses encontramos perdidas en algunos periódicos las notas que dan cuenta del repudio de sus pueblos a los dos gobernantes, sin lugar a dudas los más poderosos del planeta, que por cierto llevaron al cabo la guerra de intervención en Irak, nos referimos indudablemente al presidente de Estados Unidos, George W. Bush y al primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair. Ambos, representes por antonomasia del más cerril imperialismo, se encuentran en el más baja nivel en aceptación y credibilidad, índice que en otros tiempos significaba el paso siguiente para la renuncia inmediata, así no se estila ahora, el cinismo galopante se da en todas partes. Los estadounidenses tienen la más desoladora percepción de la dirección del país en el actual huésped de la Casa Blanca. Bush apenas alcanza un 31 por ciento de aprobación; los flemáticos ingleses colocan al títere del anterior, al sir Blair en una situación peor, puesto que apenas alcanzo un 26 por cierto aceptación. Todo esto es consecuencia de los deslices cometidos, pero sobre todo la creciente percepción de que la guerra de Irak fue un grave error además de un engaño mayúsculo. Los estadounidenses tienen la más desoladora percepción de la dirección del país en más de dos décadas, de acuerdo con la última encuesta realizada por The New York Times y CBS News, que revela que el presidente George W. Bush goza de una tasa de aprobación de sólo 31, dicen los cables que en posos segundos dieron la vuelta la mundo. Lo mismo ocurrió con Tony Blair, y es de tal manera su caída, que según analistas internacionales suponen que ya existe un grave riesgo de ingobernabilidad, por lo que se podrían dar escenarios muy parecidos a los ocurridos en Italia, donde el derechista Silvio Berlusconi al fin tuvo que aceptar su derrota y entregar el gobierno al izquierdista, Romano Prodi y por consecuencia no poder evitar que el nuevo presidente sea el ex comunista, Carlo Azeglio Ciampi. Bush es de tal manera cínico, que los resultados del sondeo de su magra actuación, coincidieron con sus declaraciones de que le gustaría ver a su hermano Jeb Bush postularse como candidato presidencial en algún momento, aunque ignora "si esa es o no su intención". Igualito que en los países que llaman tercermundista donde las familias presidenciales tratan de convertirse en familias monárquicas. La marcada desaprobación del manejo que ha hecho el presidente Bush de los precios de la gasolina se ha combinado con un cada vez más fuerte descontento sobre Irak, lo que ha creado un ambiente político desolador para la Casa Blanca, explican las notas periodísticas, las cuales coinciden sobre todo en lo de Irak con el monaguillo estadounidense Tony Blair. Las direcciones van en forma equivocada, en Estados Unidos en un 69 por ciento y en gran Bretaña en un 74 por ciento. De ahí que se diga que tanto George W, Bus como Tony Blair, no sólo van a la baja sino que tocan ya los sótanos del infierno. - Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.