¿Última carta del colonialismo interno?
El triunfo de Alan García
12/06/2006
- Opinión
Entre la lotería que significaba y que significa para los pueblos originarios del Perú, las propuestas del Humalismo y la “paradisiaca” democracia occidental que Izquierda y Derecha parecían corear juntos contra Ollanta, así pasaron una vez mas los comicios de esta República criolla excluyente y racista. El Estado hegemonista criollo se vio una vez mas evidenciado. Estas fueron las alternativas que sortearon los pueblos indígenas del Perú en las últimas elecciones generales.
Ahora si ha quedado muy claro para la mayoría indígena que la pretendida “democracia” criolla, como consigna en defensa contra las posibles “dictaduras”, no es mas que el mismo mecanismo de sometimiento despótico y brutal contra las poblaciones paupérrimas que son los indígenas (que últimamente se les llama: sierra-centro-sur del Perú), y que –¿debémos recordarlo una ves más?- no son ni criollos, ni occidentales. No existe una “democracia ideal” que sea “el gobierno del pueblo por el pueblo”, eso es una patraña engaña-muchachos, (ver: La Democracia que Padecemos, en La República el 21/01/98) pues cada cultura tiene una “democracia” diferente y que corresponde a su forma también diferente de división social del trabajo, y la formula “democrática occidental” en los países latinoamericanos, es la formula con la que detentan como exclusividad el Estado las clases propietarias, del capital, de la política y de la cultura dominante. Y esto es lo mismo en todos los países occidentales, aunque esto se agrava en países como el nuestro donde todavía se vive un proceso de descolonización a regañadientes. Y es una lástima que los sectores de la izquierda y derecha criollas no quieran entender estas razones, pues allí agazapado en el “recodo del camino” esta Sendero esperando poder ensayar otra ves “su” alternativa en las zonas donde habría “ausencia del Estado criollo”, colonial, por supuesto.
Por eso mismo la propuesta del “humalismo” tampoco es una garantía de avance hacia un verdadero Estado de todos los Pueblos que habitamos el Perú. Lo que necesita el Perú desde que fue mal-nacido o creado como República es un verdadero Estado de todos los pueblos que lo integran y no solo de los criollos que reunió San Martín, para heredarles la patria y que luego el Presidente La Mar y su asesor Javier de Luna Pizarro consolidaron al dar –en acto flagrante de traición a la independencia- carta de ciudadanía peruana a los oficiales monárquicos que lucharon contra el ejercito patriota e independentista. Con este acto finaliza la participación indígena en el primer proceso constituyente hasta 1828, que culmina con la prisión de los comandantes de la guerrilla montonera indígena que fueron sacados de la Constituyente como enemigos de la patria criolla y encarcelados en el Real Felipe, supongo por estar contra “la democracia criolla”. Y en donde en hechos aun no muy bien esclarecidos fueron algunos asesinados por el sicario Felipe Santiago Salaverry. Historia poco o nada conocida, sobre la traicionada y fracasada independencia del Perú, pero que ahora nos explica lo poco peruanos que son los saqueadores del Estado, esos que se turnan cada 5 años para depredar usando la República-colonia que aun nos somete y nos incapacita para el desarrollo y la modernidad.
Así que, por esto no podemos creer en las palabras contritas de arrepentimiento y propósitos de enmienda de Alan García y del APRA, porque estos “usos y costumbres” criollas, no son cuestiones e intenciones personales, son atavismos del criollaje peruano y es insulso, demagógico y hasta sospechosamente ingenuo que Alan exija en el primer mitin celebratorio a sus co-partidarios que “cambien”, que no le “vengan a pedir chamba” ni se apropien de los Ministerios del Estado que “no será un botín”; porque esto mismo y con las mismas palabras lo dijo Alan en el año 1985. Puros saludos a la bandera, como si se pudiera olvidar la “coima” del tren eléctrico, el caso “Zanatti”, el caso “ENCI”, el asesinato de R. Franco (del que su viuda todavía acusa a Alan), etc, etc. Se trata mas bien de un sistema colonialista predador muy bien montado y aceitado que tiene en la corrupción estatal del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, sus principales mecanismos predadores de las arcas fiscales y cuyos “partidos políticos” son las principales escuelas y mafias desde donde se preparan los nuevos “cuadros” que entrarán a los gobiernos flamantes y renovados a practicar lo único que los lleva a votar por su candidato: la Coima, la Cutra y finalmente el narcotráfico. Ahora, pues, vamos a espectar todos los “caídos del palto”, “el cambio responsable”.
Tampoco Ollanta Humala ha dado muestras claras de querer un “cambio verdadero”, por eso a perdido, ha planteado si una Asamblea Constituyente pero para morigerar algunos artículos, no para hacer participar a todos los pueblos en un verdadero “proceso constituyente” que acabe con la exclusividad que sobre ella detenta el grupo minoritario criollo y que acabe también con el sistema de la partidocracia criolla constituida en una verdadera oligarquía política y consolidada ahora con la victoria aprista. Ante este diletantismo, es cierto que la mayoría ha votado por “un cambio responsable”, porque nadie se explica que tenían que hacer en este barco “nacionalista” los candidatos a las Vice-presidencias, Torres Caro o García Núñez. El primero, como era de esperarse ya abandono el barco llevándose a otros congresistas de su mafia (¿Acáso Ollanta no se dio cuenta que este era un infiltrado?), y de seguro el segundo también lo hará pronto. Lo peligroso es que los ganadores y defensores de esta fortalecida y rediviva “república aristocrática” criolla, ahora “popularizada” por el aprismo, sigan tratando de ilegitimizar al “mestizo” Humala y proscribir todo nacionalismo como “senderista” (los que propagan esta burrada, no se dan cuenta del gran premio que regalan a Sendero), se aprovechan de las debilidades innatas del humalismo: militarismo, autoritarismo, vacíos sobre la identidad, chavismo, vocación golpista, falta de ideología, etc, para echar mas leña al fuego del ancestral racismo y viene conjurando así la exigencia que se venía legitimando por una profunda y verdadera democracia radical en donde quepan todos los pueblos, en especial los pueblos QUECHUAS que según el Banco Mundial llegan a los 8 millones en población, en toda su diversidad regional. Pero nosotros sabemos que son más.
Ellos lo dicen claro: El Comercio (11 de junio) titula: “Es una opción de supervivencia” y el popular “Techito” Bruce afirmó en TV: “la democracia se jugo su ultima carta”, es decir el Estado criollo fue salvado por el APRA, a no dudarlo, la ultima carta del colonialismo interno. Ahora sus baterías enfilan contra todo el “humalismo” y lo que huela similar, porque “no es democracia”, sino, subversión tal como dice otro titular de un diario limeño: “Humala esta por el rumbo de Sendero”. Así como antes todo ayacuchano era sospechoso de “senderismo”, así ahora todo “serrano antisistema” esta siendo tachado y perseguido como “humalista subversivo”. Al parecer Ollanta ha perdido las elecciones no por su carácter firme y decidido junto al nacionalismo consecuente, sino que muy por el contrario, porque quiso juntarse con falsos “nacionalistas light”, como Torres Caro y García Núñez y tantos otros “criollazos”. Así Ollanta, acabó apostando por una suerte de izquierda criolla menos “irresponsable” que Moreno (MNI) y Diez Canseco (PS); provocando, como era de esperarse, el alejamiento paulatino de las mayorías nacionalistas andinas e indígenas, que ya dieron muestras en Bolivia y las están dando en Ecuador, de querer orientarse decididamente hacia los objetivos duros del cambio por una verdadera democratización, hacia verdaderos Estados “plurinacionales” (que es la verdadera y moderna democracia radical, para diferenciarla de la democracia criolla de minorías). Y en esta lucha por ubicarse en el centro político del campo de la democracia criolla, Ollanta perdió toda identidad para enfrentar a los criollos “democráticos y responsables”. Y es que en este cuadro o campo político indígena y andino que se va configurando, Hugo Chávez, sus aprendices y su “bolivarianismo” resurrecto, no tiene nada que enseñar y si mucho que aprender.
Es así, como en el Perú nuestros votantes mayoritarios, por aproximaciones sucesivas poco a poco pugnan por una representatividad política legitima y efectiva, primero fue el voto étnico por el “chinito” Fujimori que se disfrazaba de “cholito”, luego vino el “cholo sagrado” de Eliane Karp, que devino en “indígena traidor”, en el buen decir de Evo Morales. Esta vez, con los Humalas (Isaac, Antauro, Ollanta y Nadine), y que debido a su “media lengua indígena” y sus debilidades visibles, casi le ganan al partido mas duro y organizado del criollismo, a lo que habría que agregar que también casi le ganan al mas grande orador que ha podido parir la historia criolla del Perú republicano: Álan García Pérez, el mejor “floro” del barrio, el último cartucho lenguaraz del criollaje colonialista.
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