Al igual que en muchos países de América Latina, en Honduras han surgido organizaciones de mujeres del campo, que al juntarse en forma autónoma, tienen mayores posibilidades de velar por los intereses específicos de las campesinas, que históricamente han visto negados el acceso a la tenencia de la tierra y al crédito. Hace un poco más de tres años, cinco organizaciones de mujeres conformaron la Confederación Hondureña de Mujeres Campesinas (CHMC), que hoy es miembro de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo CLOC y de la Vía Campesina. ALAI entrevistó a Ana Rosa Flores, integrante de la junta directiva de la CHMC. ALAI: ¿Porqué una confederación de mujeres campesinas en Honduras? ¿De donde surgió? ARF: Como mujeres venimos trabajando en las organizaciones mixtas, pero la idea surgió porque los beneficios que teníamos para cubrir los problemas y necesidades que tienen las mujeres en el campo no lo resolvíamos dentro de las confederaciones mixtas, porque allí se trabaja más para los hombres y no para las mujeres. Fuimos cinco organizaciones nacionales de mujeres que hicimos un proceso hasta realizar el primer congreso y tener reconocimiento legal. ALAI: ¿Cuáles son sus principales reivindicaciones y propuestas? ARF: El objetivo es acceder a la tierra, al financiamiento, a la formación. Hemos logrado tener empresas consolidadas, con acceso a la tierra. Tenemos proyectos de ganado apoyados por organismos internacionales. Hay grupos con hasta 22 cabezas de ganado. Hay impedimentos para que las mujeres acceden a la tierra, igual que para los hombres, porque las tierras están acaparadas; la Ley de Modernización Agrícola, que vino a remplazar en parte la ley de reforma agraria, nos impide hacer las recuperaciones (ocupaciones de tierras incultas) como antes, y ahora tenemos que buscar nuevas formas de acceder a la tierra. Hay más problemas para las mujeres, porque en nuestro país, hace solo dos o tres años que podemos acceder a la tenencia de la tierra, y en poca escala. Es un gran problema porque se dice que las mujeres no podemos trabajar la tierra, que no tenemos los mismos derechos que los hombres; la Ley de Modernización Agrícola dice que hombres y mujeres tenemos derecho, pero en la práctica no es tan fácil. Cuando las mujeres viven en pareja, generalmente solo el hombre tiene el título. Hemos tenido muchos problemas de pareja. Hemos accedido a créditos, préstamos, por la lucha que hemos hecho en conjunto con las organizaciones mixtas. Algunas de nuestras afiliadas ya van por cinco años con préstamos. Cuando ya se ha tenido tres créditos, se puede tener un monto mayor. Podemos mejorar el cultivo de café. ALAI: ¿Cuales son las principales reivindicaciones hoy de las mujeres? ARF: La lucha por la tierra; que el Estado reconozca a la CHMC al igual que a las confederaciones de hombres, pues siempre nos dan menos que a las confederaciones mixtas. Entre los principales problemas están la integración familiar, acceso a salud y a formación, porque velamos por todos los aspectos de las mujeres, no solo como agricultoras. En torno a la integración familiar, en este país hay mucha madre soltera o abandonada. Tal vez el marido ha tenido que migrar a otro país, y allá se ha olvidado que tiene una familia botada en nuestro país, y quien ha venido a sufrir este impacto son las compañeras mujeres. Nosotras tratamos de solidarizarnos con esas mujeres.