El Ejército principal sospechoso del asesinato del ex presidente Eduardo Frei Montalva en 1982, prometió a la familia colaborar en la investigación que realiza el poder judicial. El senador y también ex presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle se reunió con el comandante en jefe, general Oscar Izurieta, para pedirle ayuda en el esclarecimiento de la muerte de su padre. Frei Montalva murió en medio de circunstancias muy extrañas, cuando se reponía de una sencilla operación quirúrgica. Su hijo contó que hoy Izurieta le manifestó la intención del Ejército de contribuir a las pesquisas dentro de sus posibilidades, luego que nuevos indicios apuntan a la participación de terceros en los hechos, presumiblemente la propio institución castrense. La familia del ex presidente espera justamente que Izurieta despeje las dudas al respecto, algo que el general consideró difícil porque -afirma- el Ejército no tiene archivos de la época y porque, además, la mayoría de los posibles involucrados están retirados. "El general me manifestó primero su plena disposición y amplia colaboración. El confiesa que entiende perfectamente la situación que estamos pasando y le gustaría que este capítulo se terminara", explicó Frei Ruiz-Tagle. Añadió que el jefe castrense está dispuesto a contestar todos los requerimientos del tribunal. "Así se lo vamos a manifestar a través de nuestro abogado al juez Alejandro Madrid, a cargo de la investigación", apuntó. El senador se reunió luego con Arturo Herrera, director de la Policía de Investigaciones, quien le ofreció también todos los medios disponibles para concluir las investigaciones, ya en avanzada fase. Durante las pesquisas, el juez descubrió que el Ejército tenía un laboratorio secreto, en las instalaciones de la Escuela de Inteligencia, desde donde habrían salido las toxinas con las cuales se habría infectado la herida al ex mandatario. Si bien hasta ahora sólo se conoce parte de expediente -unas mil fojas- el magistrado guarda celosamente 10 tomos cuyo contenido es secreto y ni el Consejo de Defensa del Estado, ni el abogado de la familia Frei, Alvaro Varela, tienen conocimiento. Una de las declaraciones que consta en dicha causa, como también en el expediente del químico Eugenio Berríos (asesinado en Uruguay) es la de Kathia Medina, quien durante años fue secretaria del entonces jefe del Batallón de Inteligencia del Ejército. Según fuentes judiciales, la mujer confirmó que en el recinto secreto se fabricaban poderosas toxinas como armas químicas y que éstas habrían sido utilizadas para otros fines, aunque sin decir si también fueron usadas en el caso de Frei Montalva. Fuente: Crónica Digital (Santiago de Chile)
http://www.cronicadigital.cl