Mientras el candidato conservador intenta buscar el voto de ex seguidores del PT diciendo que está “a la izquierda de Lula”, éste se muestra confiado en que ganará en la segunda vuelta porque es “el mejor”. Al candidato derechista Geraldo Alckmin la realidad le sonrió el último domingo. Quizá por ello la soberbia y ciertos desvaríos mentales bajaron de su cabeza a sus labios y optó por definirse “más a la izquierda” que el actual presidente y candidato Inácio “Lula” Da Silva, al que calificó de “autoritario” y de llevar a cabo una política económica “ultraconservadora.” Parece el mundo al revés. Pero claro, hay motivos más pragmáticos en las palabras del ultraconservador candidato pro mercado: captar los 10 millones de votos que en la primera vuelta votaron a los candidatos escindidos del Partido de los Trabajadores (PT), Eloisa Helena y Cristovam Buarque, que serán vitales para la segunda ronda del 29 de octubre. "Lula está a mi derecha porque no tiene aprecio por la democracia" y "el gobierno (de) Lula tiene un perfil autoritario", fueron dos de las frases con que el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) quiere ganar terreno a Lula. Alckmin representa a los sectores más concentrados de la economía industrial brasileña, especialmente la de San Pablo, que impulsan un el ALCA, tal como lo propone Estados Unidos, y se opone a la conformación política y económica del Mercosur, al que pretende reducir aun acuerdo de libre comercio. En una entrevista al diario Folha de Sao Paulo el candidato del partido Social Demócrata Brasilero (PSDB) dijo que durante su gestión en el gobierno brasileño, Lula y el PT adoptaron posiciones de derecha también en la política económica. Las elecciones brasileñas se definieron a favor Lula Da Silva por el 48,61 por ciento de los votos contra el 41,64, pero al no llegar a la mitad más uno de los votos, al ex trabajador metalúrgico no le alcanzó para asegurarse segundo mandato, por ello deberá disputarse una segunda y definitiva ronda electoral el último domingo de octubre. Lula da Silva afirmó ayer que vencerá porque el pueblo "escogerá al mejor" y que discutirá, tal como lo reclamó la oposición, por los hechos de corrupción de parte de su equipo de campaña, en un debate televisado con Alckmin. "Queremos discutir profundamente (sobre) ética y corrupción", dijo Lula al hablar en una reunión con ocho gobernadores y vicegobernadores en la residencia oficial de Alvorada. Lula, incluyó en su campaña electoral a gobernadores recién elegidos por el PT y de grupos aliados, manifestó que la población merece en esta campaña del segundo turno escuchar de los candidatos propuestas concretas sobre distintos temas del país, desde la economía hasta la seguridad. "Vamos a vencer porque el pueblo tiene que escoger al mejor candidato", aseguró Lula. "Vamos a cubrir todo Brasil con una campaña fuerte...con toda la sociedad. Haremos una campaña en la calle, de más participación popular" aseguró. Confiado en que su carisma y personalidad entre los más pobres lo darán ganar, Lula tendrá que lograr el apoyo de las alas más radicales de su partido, y de aquellos que se fueron en 2003 criticando la política económica ortodoxa del gobierno. Está convencido que así lo hará, aunque para ello tenga que negociar con sus ex compañeros Helena Y Buarque y casi con seguridad, busque el apoyo del “árbitro” del próximo periodo: el centrista Partido del Movimiento democrático Brasileño. Por eso, el 29 de octubre, acaso el que sonría sea Lula, y es sabido que el que ríe último, ríe mejor. Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
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