Este gobierno y los gobiernos anteriores integrados por dirigentes de los tres partidos (PLD, PRD, PRSC) que se han considerado dueños del país, han creado una situación insoportable para el pueblo.

El pueblo dominicano está dispuesto a protestar contra toda esta vieja desgracia, que empeora al actual gobierno de Leonel Fernández. Este gobierno merece esta huelga general y la protesta permanente ante su entreguismo privatizador y empobrecedor.

El paquetazo impositivo en marcha, el anuncio de más impuestos, ha generado además una situación inaceptable y ampliamente objetada.

La paciencia se agota. El pueblo esta harto de tantos abusos, empobrecimiento y corrupción impune.

Y es en este contexto que se ha planteado, desde algunas organizaciones gremiales y movimientos sociales, la convocatoria de una huelga general para los días jueves 16 y viernes 17 de noviembre.

Más allá de las limitaciones y contradicciones que ha generado este llamado…Mas allá de la presencia en ese activismo de algunas personas indeseables y gremialistas corrompidos…

Más allá de los intentos de las cúpulas del PRSC y el PRD de esconder sus culpas detrás de esta crisis y de evadir sus responsabilidades en el deterioro económico, social y político que afecta el país… el pueblo dominicano esta decidido a protestar y a luchar

Nuevo Periodo de Lucha

Un nuevo periodo de lucha se ha iniciado y en ese contexto hay que situar la jornada convocada, procurando en caso de mantenerse este llamado, convertirlo en un paso significativo hacia la generalización de las protestas y hacia un periodo de grandes luchas. Nosotros (as) estamos dispuestos (as) a contribuir en esa dirección.

Cierto que hay ausencias notables, falta de preparación y evidentes debilidades en esta convocatoria. Y esto necesita superarse urgentemente para convertir el sentir popular en paralización general. Toda la izquierda y las fuerzas progresistas tienen la responsabilidad y el deber de conectarse con este proceso y apoyar ese sentir nacional

Y si para ello fuera necesario ganar más tiempo y hacer nuevas gestiones, lo recomendable sería hacerlo. Pero eso le toca hacerlo a las fuerzas convocantes.

Hay que sumar, hay que incorporar más fuerzas y más determinación. Hay que organizar y preparar mejor la huelga. Hay que superar contradicciones en el campo popular y hay que garantizar la independencia y la firmeza del movimiento frente al gobierno y frente a los tres partidos responsables de este desastre. Por eso lo mejor del país debe colocarse al frente de las nuevas luchas, procurando orientarla y conducirla por las mejores rutas.

Está bueno ya de facilitarle la recuperación política a la derecha opositora.

Los movimientos sociales, las fuerzas revolucionarias y progresistas deben procurar que su lucha favorezca una alternativa transformadora como las que tienen lugar en nuestra América, en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador, en Nicaragua…

En fin de cuenta este es un problema de poder y cuando decimos que este gobierno del PLD merece una huelga general y mas que eso, queremos señalar que en perspectiva merece ser desplazado por la acción popular, cerrándole a la vez el camino a las cúpulas del PRD y del PRSC que pretenden relevarlo después de haber demostrado que los tres se parecen en lo peor.

Este nuevo periodo de lucha debe proponerse impedir el paquetazo, revertir las privatizaciones y el TLC, y reconstruir el movimiento social y político alternativo, desarrollando su organización, su poder, su potencial independiente.

Esa es nuestra decisión irrenunciable y con estas convicciones estamos decididos a apoyar activamente y participar en esta próxima jornada y otras más.

Los (as) dirigentes revolucionarios y sociales que firmamos este documento damos constancia ante el país de esta determinación.

¡Caamaño vive!
¡La lucha sigue!

Narciso Isa Conde
H. Galván
Eleuterio Abad
Virtudes de la Rosa
Félix Tejeda
Fernando Peña
Mirna Jiménez
Edmundo García
Rafael Félix
Gumersindo Adames
Carlos Díaz
Lisandro López (Sandro)
Julio Mateo
Luís Ramón Liz (Gringo)

14 de noviembre 2006

Santo Domingo, República Dominicana.