Ecuador escogió la ruta del cambio y la soberanía
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Un sentimiento de satisfacción sintieron muchos ecuatorianos y ecuatorianas que celebraron el triunfo del economista de clase media Rafael Correa sobre el multimillonario bananero Alvaro Noboa, quien fracasó en su tercer intento de llegar a la Presidencia.
Según los resultados de tres encuestas a boca de urna contratadas por estaciones de televisión nacionales y el conteo rápido efectuado por una ONG, Correa obtuvo una ventaja de 14 a 16 puntos sobre Noboa en la segunda vuelta electoral llevada a cabo este 26 de noviembre. (1)
Los primeros resultados no dejaron duda. Se había impuesto un amplio movimiento político y ciudadano que respaldó a Correa en la segunda vuelta (que incluyó a los partidos Pachakutik, Movimiento Popular Democrático, MPD, Partido Socialista e Izquierda Democrática,la CONAIE y otras 200 organizaciones sociales) sobre el poder del “dinero poderoso caballero”.
En las principales ciudades del Ecuador como Quito y Guayaquil la gente se volcó a las calles para celebrar el triunfo de Correa, quien en declaraciones a la prensa, señaló que esta ha sido una contienda electoral en donde estuvieron confrontadas tesis y proyectos políticos diversos.
Durante la campaña, los grandes medios de información, especialmente los canales de televisión 2, 10 y CN3, pertenecientes al Grupo Isaías, así como el Canal 1 y otras estaciones de radio se alinearon de manera absoluta con Noboa. No solo dedicaban amplios espacios para transmitir las concentraciones del multimillonario sino que en sus programas de noticias difundían entrevistas arregladas en los que los periodistas evitaban hacer a Noboa preguntas “incómodas” como las relativas al pago de impuestos de sus 114 empresas (muchas de las cuales mantienen litigios con el Estado por evasión), el empleo del trabajo infantil en sus bananeras o la violación a los derechos laborales de sus trabajadores. (2)
El millonario bombardeo publicitario, el reparto de dinero, sillas de ruedas, alimentos, medicinas y microcréditos y los ofrecimientos de construir 300.000 viviendas anuales lograron confundir a muchos pero no fueron suficientes para que Noboa alcanzara la Presidencia. Por el contrario, desde abajo se fue gestando un movimiento ciudadano por la dignidad que rechazaba la compra del voto. De esa manera, surgieron iniciativas unitarias de partidos de izquierda, de organizaciones sociales y de ONGs para rechazar el peligro plutocrático y apoyar a Correa. Pero, al mismo tiempo, hubo una explosión de formas de comunicación alternativas como las redes electrónicas, los graffitis, las canciones, los videoclips, las hojas volantes, las radios populares, etc. que permitió a la gente informarse y conocer lo que los grandes medios ocultaban o tergiversaban. Las ciudades se llenaron de ingeniosos graffitis que combinaban humor e ironía y los artistas compusieron creativas canciones para denunciar los intentos de convertir al país en una “hacienda bananera”. La acción ciudadana también se manifestó en una gran concurrencia de miles de ciudadanos a los recintos electorales velar que se respete el pronunciamiento ciudadano, en respuesta a denuncias de que se preparaban actos irregulares para manipular el proceso electoral.
A Noboa tampoco le dio resultado la campaña sucia contra Correa, de quien dijo no solo que es comunista sino que es el diablo y que es un instrumento de Hugo Chávez y las FARC.
Rafael Correa, supo sintonizar con las demandas ciudadanas y remontar la desventaja de la primera vuelta electoral en la que se ubicó en segundo lugar con el 22,84% de la votación. Correa utilizó hábilmente los medios y especialmente la radio, hizo una campaña casa por casa, concurrió a numerosos foros y concentraciones, mientras su oponente, creyéndose triunfador, se negó a un debate para confrontar planteamientos y asistió a muy pocas entrevistas, prefiriendo los espacios pagados. En esta segunda etapa de la campaña, Rafael Correa puso menos énfasis en la reforma política y la Asamblea Constituyente (que fue su principal bandera en la primera vuelta) y se centró en los aspectos sociales relacionados al combate a la pobreza, la vivienda, el empleo y el microcrédito, a la vez que hizo varias promesas para satisfacer las demandas de las provincias.
Rafael Correa, de 43 años, es de origen modesto: nació en una familia guayaquileña de clase media baja, se educó en colegios católicos y pasó un año en una comunidad indigena de la provincia de Cotopaxi. Graduado de economista en la Universidad Católica de Guayaquil, realizó estudios superiores en las universidades de Lovaina (Bélgica) y en la de Illinois (Estados Unidos). Fue decano de la Facultad de Economía de la Universidad privada San Francisco de Quito y analista económico destacado por sus posturas anti-neoliberales y nacionalistas. Luego de la revuelta ciudadana de abril del 2005, que dio al traste con el gobierno de Lucio Gutiérrez, fue designado por el presidente Alfredo Palacio como Ministro de Finanzas, cargo en el que duró apenas tres meses pero en el que mantuvo una política de cuestionamiento al Banco Mundial y al FMI y de priorización del gasto social.
El programa que Correa deberá cumplir está contenido en cinco tesis programáticas: una revolución ética; una revolución socio-económica, sostenible y democrática; una revolución política; una patria digna y soberana y una integración latinoamericana. En varias conferencias de prensa ha explicitado estas propuestas. Ha dicho que su decreto número dos será la convocatoria a un consulta popular para la instalación de una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución, que reemplace a la aprobada en 1997. Esto le traerá una confrontación con el Congreso que estará controlado por el PRIAN, el partido de Alvaro Noboa, y por el Partido Sociedad Patriótica, liderado por el expresidente Lucio Gutiérrez. Cabe indicar, que el movimiento Alianza País, que apoya a Correa, no cuenta con diputados pues en la primera ronda electoral se abstuvo de presentar candidatos.
En política internacional, el gobierno de Correa sintoniza con los gobiernos progresistas de América Latina como el de Chávez, Evo Morales, Lula, Tabaré Vásquez. Ha manifestado que mantendrá relaciones con Estados Unidos en un marco de mutuo respeto. Sin embargo, ha reiterado que no firmará un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos pues es perjudicial especialmente para los pequeños campesinos. Ha expresado que no renovará el convenio de la base Manta, que fue firmado entre los gobiernos de Estados Unidos y Ecuador en 1999, y fenece en el 2009.
Con relación al conflicto armado colombiano, ha expresado que no involucrará al Ecuador en el mismo, que no declarará a las FARC como terroristas pues ni la ONU ni gobierno latinoamericano alguno, a excepción de los de Colombia y Estados Unidos, lo ha hecho. Ha enfatizado, igualmente, que conversará con Colombia y Brasil para buscar medidas que compensen el desbalance comercial que tiene el Ecuador respecto a estos dos países.
Con relación a la política económica y energética, Correa ha dicho que revisará los contratos con las transnacionales petroleras (de cada 5 barriles de petróleo extraídos del subsuelo ecuatoriano 4 van a las empresas y uno al Estado), estudiará el reingreso del Ecuador a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), limitará el pago de la deuda externa a fin de atender las inversiones sociales en educación y salud, pagará lo que el Ecuador le debe al FMI para “liberarse” de sus imposiciones. Así mismo, ha expresado que durante los cuatro años de su gobierno mantendrá la dolarización.
En estas últimas elecciones, una mayoría de ecuatorianos volvió a pronunciarse por el cambio, la soberanía nacional, la reforma política, la lucha contra la pobreza y por disminuir las tremendas inequidades económicas y sociales. Los electores volvieron a decir no a las políticas neoliberales y a la oligarquía. El gobierno de Rafael Correa no tendrá el camino fácil para hacer realidad los postulados de “la revolución ciudadana”, pues la derecha hará muchas cosas para intentar boicotear este proceso. La organización y la movilización social serán vitales para que se cumplan las promesas de campaña.
Notas
(1) A las 15h53 del martes 28, cuando Tribunal Supremo Electoral ha escrutado el 96,03 %, de los votos, el binomio Rafael Correa - Lenin Moreno obtiene
3.407 610 votos (57,14%) y el binomio Alvaro Noboa - Vicente Taiano 2.556.083 (42,86%)
(2) Ver “Multimillonario a la compra de
http://alainet.org/active/14434
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