Descolonizar la mente
- Opinión
Si bien es cierto que la tesis política del “colonialismo interno” ha alcanzado ya la suficiente legitimidad entre los intelectuales y políticos de Latino América, tesis que a la luz de las experiencias exitosas de Bolivia, México, Ecuador y otros países en donde la movilización “popular” se esta desarrollando con las banderas indígenas de la “descolonización”, sin embargo sostengo que aun no se han creado y desarrollado las herramientas teóricas que ayuden al diagnóstico político para que a su vez, los movimientos sociales y sus vanguardias puedan encontrar vías de solución a los problemas de opresión y explotación en que superviven las mayorías poblacionales del continente americano[1].
Tampoco se trata de hablar fácilmente de “socialismo del siglo XXI” cargados del trauma de repetir el fracaso del “socialismo real” en la práctica y en la teoría, o peor aun de postular un “socialismo andino” sin diferenciar bien de qué se trata este “socialismo no-occidental”, porque si “otros mundos son posibles” y el mundo andino es “otro mundo”, entonces el “socialismo andino” es “otro socialismo”. Hasta la década de los años 80s el andamiaje doctrinario del “marxismo” nos proporcionaba –a los indígenas- los moldes teóricos para el análisis económico, social y político, cuando no filosófico y hasta “escatológico” sobre el problema de la dominación y explotación de las mayorías, con esta doctrina el “sentido de la historia” para las elites dirigenciales estaba completamente sujeto a la llamada “cultura occidental”. Por cierto, esta –la visión marxista manejada por algunos intelectuales indígenas- era una visión teleológica de la cultura occidental sobre si misma, es decir los indígenas libertarios se veían obligados a recurrir a una doctrina autocrítica del mismo occidente y por ende “revolucionaria” en su “atmósfera cultural”, a falta de una propia, para tratar de resolver los problemas derivados de la dominación colonial. Esta actitud y acción “revolucionaria” se constituía así, en la principal debilidad del movimiento indígena, (y se constituye aun, hasta que no haya alternativa propia y clara) pues si se postulaba una sociedad “comunista”, era para construirla sobre la liquidación –o superación- de los rezagos pre-capitalistas[2] (de economía campesina o mercantil simple), es decir, la teoría “manda” que para acceder a una sociedad comunista había que “desarrollar el capitalismo en el campo” hasta su plena madurez, etapa de transición llamada “socialista” que significaba para los indígenas llanamente una “inmolación” cultural en aras del transito revolucionario al comunismo[3]. Aquí es necesario anotar y destacar la forma fundamentalista, dogmática y eurocéntrica con la que ciertos partidos “marxistas” han aplicado estas recetas teóricas, lo cual no ha sido ajeno a innumerables generaciones de líderes y activistas indígenas.
. El uso de estas categorías eurocéntricas[4] ha sido el punto crítico de las debilidades del movimiento indígena continental; incluso en
Sin embargo pensamos que los elementos del análisis histórico y social, planteados desde una óptica indígena, desde hace un buen tiempo, sirven para entender y replantear el problema del colonialismo interno, sin caer en el dilema eurocentrista planteado por H. Dieterich[7] de “navegar entre
Estas “contradicciones de civilizaciones”, en este caso entre
Aquí solo vamos a reproducir dos pequeños textos de estas herramientas teóricas que partiendo del marxismo, sin embargo “salen” o “rompen” sus limitaciones impuestas por lo que hemos denominado “fronteras de civilización”, y que fuera de la civilización occidental adquieren una mayor riqueza instrumental y sobre todo eficacia política; estos textos nos pueden ilustrar el ámbito de preocupaciones que tenemos algunos intelectuales indígenas desde la década de los 80 –del siglo pasado- y que aun debemos desarrollar, para, entre otras cosas, dotar a nuestras alternativas políticas actuales de propuestas que lleven al éxito a nuestras sociedades y países que poco a poco irán siendo gobernados por nuestras mayorías indígenas, sin exclusiones, segregacionismos o revanchismos de ningún tipo.
El primero texto[10] dice así: Sostenemos que nuestros pueblos no sólo se tendrán que liberar de la explotación económica, sino sobre todo, debemos liberarnos, liquidando “la opresión de una civilización foránea”; y entiéndase bien: queremos liquidar una opresión, que no es lo mismo que querer liquidar a una civilización. Para el caso no interesa si esa civilización es “buena o mala”, simplemente es colonialista y la respetaremos y usaremos cuando deje de serlo. En nuestros análisis usamos no sólo las contradicciones de clase, sino también “las contradicciones de civilización”, que en resumen nos dice que son tres las cadenas que oprimen a nuestros pueblos: Como tres círculos concéntricos encierran colonizando a nuestros hermanos. 1. La cadena de la opresión como clases sociales explotadas, ocupando los criollos las clases sociales explotadoras ; 2. La cadena de la opresión nacional, que confronta el proyecto nacional singular y excluyente de los criollos colonialistas y mestizos aculturados, en contra de nuestro continum como nación plural y confederacional; y por último, 3. La cadena de la opresión de civilización que Occidente a impuesto sobre la civilización andina. Tres cadenas de una sola opresión.
El segundo texto[11] dice así: La cultura Occidental fiel a su naturaleza patriarcal y machista, enajena en sus orígenes históricos a
Esto hace que debamos recurrir al análisis de LAS CONTRADICCIONES DE CIVILIZACION que están dadas por las diferentes “tecnologías de organización de la fuerza de trabajo” de las dos Civilizaciones,
CONCLUSIÓN
Diez gobiernos latinoamericanos -solo en los últimos siete años- interrumpieron su mandato por deslegitimación y movilizaciones sociales. En los países de mayor población indígena han sido estas poblaciones y sus movimientos los principales protagonistas de las movilizaciones, y ya en Bolivia se viene dando una experiencia de gobernabilidad bajo dirección del movimiento indígena. Se avanza hacia la construcción de Estados Plurinacionales, donde sus constituciones contemplen los derechos elementales de los Pueblos Indígenas en igualdad de condiciones al de todos los pueblos, pero aun no se diseñan las propuestas del tipo de sociedad que queremos los indígenas para países plurinacionales. Sin embargo, pienso que el tipo de problemas que tenemos que afrontar no tendrán vía de solución si no profundizamos temas como los que aquí estamos comentando muy superficialmente. Los temas que tienen que ver con civilizaciones diferentes son de lo mas complicados sobre todo por el uso de nuevos o mas profundos contenidos, a veces para los mismos significantes, o en términos mas simples, porque tenemos que ponernos de acuerdo en el uso de un lenguaje común, cosa a la que los intelectuales criollo-occidentales, mestizos y europeos son muy reacios.
En los dos textos antes transcritos podemos identificar dos categorías teóricas principales: Las Contradicciones de Civilización y Las Tecnologías de Organización de
Estamos seguros que nuestras sociedades y culturas indígenas que se resisten a morir en América Latina, son los últimos reductos de supervivencia de la comunidad humana, frente al imperio del individualismo egocéntrico; y son por tanto la reserva de las potencialidades humanas de algún tipo de colectivismo científico.
- Javier Lajo Lazo: Economista y Filósofo, de la comunidad campesina de Pocsi perteneciente a la etnia Puquina del sur del Perú. Es egresado de
[1] No concuerdo con H. Dieterich en que la razón de la incapacidad de los intelectuales de izquierda para entender y resolver los actuales problemas políticos de L.A., sea un tema vinculado con un “pensamiento ensayístico en detrimento del rigor analítico del protocolo científico y que, además, se destacan, por lo general, de una organización mono disciplinaria decimonónica y la desligación completa de las ciencias de la naturaleza”, o peor aun de su vínculo con el “obrerismo aristocrático”. Heinz Dieterich; en La Bancarrota de la “izquierda” y sus intelectuales; en http://www. Rebelion. org.
[2] La tesis postulada por J.C. Mariategui sobre el campesinado indígena peruano fue aplastada por los teóricos comunistas de su época, fue duramente criticada de “populista” por V. Miroshevsky. Éste calificó a Mariátegui de “Romántico nacionalista” que negaba el papel histórico del proletariado al negarle “su hegemonía en el movimiento revolucionario”, al subordinarlo ante “los instintos colectivistas del campesinado peruano” (En “Dialéctica”, NS/1
[3] Un ejemplo macabro de esto es la guerrilla maoísta del Sendero Luminoso en Perú que asesinaba masivamente a los campesinos indígenas “pequeño burgueses” que no querían transitar a la “diferenciación” capitalista entre “burgueses y proletarios” es parte de la aplicación de este molde teórico marxista de una manera terroríficamente cruenta.
[4] Un ejemplo macabro de esto es la guerrilla maoísta del Sendero Luminoso en Perú que asesinaba masivamente a los campesinos indígenas “pequeño burgueses” que no querían transitar a la “diferenciación” capitalista entre “burgueses y proletarios” es parte de la aplicación de este molde teórico marxista de una manera terroríficamente cruenta.
[5] Por esto sostenemos que el paso mas importante de los indígenas peruanos ahora es haber deslindado con “la dialéctica”. Ver: “El discurso del indianismo: su crítica de
[6] Ver: Javier Lajo; “Qhapaq Ñan,
[8] Guillermo Bonfil Batalla, (ed.): Utopía y revolución: el pensamiento político de los indios en América Latina, Editorial Nueva Imagen, México, 1981; Fernando Mires: El discurso de la indianidad. La cuestión indígena en América Latina, Abya-Yala, Quito, Ecuador, 1992; Roberto Santana: Ciudadanos en la etnicidad. Los indios en la política o la política de los indios, Editorial Abya- Yala, Quito, Ecuador, 1995; Héctor Díaz Polanco: Autonomía regional. La autodeterminación de los pueblos indios, Editorial Siglo XXI, México, 1996; H.C.F Mansilla: Identidades colectivas y procesos de modernización. Los indígenas, el Estado y los cambios contemporáneos en el caso boliviano, “Cuyo”, Vol. 16, Anuario de Filosofía Argentina y Americana, Universidad Nacional de Cuyo, Argentina, 1999, pp. 11-38.
[9] Artículo: “Amaro Runa en el Laberinto”.; publicado en
[10] “Tesis de Vilcabamba”, Tesis Política del movimiento indígena peruano. www.willkapampa.org.
[11] Articulo: “Amaro Runa en el Laberinto”; publicado en
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