Militares de EE.UU. en Manta: Esperando que se vayan

29/01/2007
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La posición del gobierno ecuatoriano presidido por Rafael Correa de que no se renovará el convenio de la base de Manta que se termina en el año 2009 ha causado preocupación en Washington pues se trata de una base estratégica para la aplicación del Plan Colombia y para proteger sus intereses militares y comerciales en la región. 

 

“Esta base es terriblemente importante en la guerra contra las drogas”, declaró Javier Delucca jefe estadounidense de la Base, al periódico Angeles Times luego de conocer esta noticia, agregando que “la posición geográfica de Manta es invalorable” (1).  Este mismo argumento fue utilizado para intentar impedir el cierre de la base de Howard en Panamá en 1999. 

 

Ubicada en la costa del Pacífico y a tan solo a 20 minutos de vuelo de Colombia, el Puesto de Avanzado de Operaciones (FOL, en inglés) instalado en Manta en 1999 no solo conforma un cerco sobre Colombia junto con los FOL instalados en Comalapa en El Salvador y Aruba y Curazao, sino que sirve para el control y la vigilancia de la Amazonía y el océano Pacífico. 

 

Estados Unidos ha invertido 80 millones de dólares para ampliar la pista del Aeropuerto Eloy Alfaro de Manta con el propósito de que puedan operar aeronaves espías de gran tamaño (los E-AWACS y KC-135) y otros tantos millones en la instalación de sofisticados equipos de monitoreo.  Actualmente, es considerada la mayor de Sudamérica en su género. 

 

La potencia del norte igualmente utiliza el puerto de Manta para sus buques de guerra, de conformidad con el Acuerdo suscrito entre los gobiernos de Ecuador y Estados Unidos en 1999 para un período de 10 años, renovable por períodos de cinco años. 

 

Pero la presencia militar de Estados Unidos no se reduce a Manta, donde pueden permanecer hasta 475 efectivos estadounidenses, quienes gozan de inmunidad diplomática, sino que está presente en otras latitudes del país y especialmente en la frontera con Colombia.  Unos 500 soldados estadounidenses llegan anualmente a Ecuador y realizan actividades de “ayuda humanitaria y seguridad” (El Comercio

30-03-2007).  El Comando Sur del ejército de EE.UU. cuenta con una oficina en Quito donde laboran unas 35 personas, pero además se han instalado en el país al menos cinco oficinas de seguridad estadounidenses (2) y otros organismos como el Cuerpo de Ingenieros del Ejército y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) que realiza algunas obras y servicios sociales, con los fondos que le llegan directamente del Comando Sur.  Cabe agregar, que Estados Unidos está construyendo en el norte de Quito una nueva sede diplomática que impresiona por la gran área que ocupa y sus enormes edificaciones. 

 

¿Por qué Estados Unidos ha puesto la mira en Ecuador?

 

En el mencionado acuerdo suscrito entre Ecuador y Estados Unidos –que fue firmado por gobierno demócrata cristiano de Jamil Mahuad, sin que el pleno del Congreso lo haya aprobado- para el acceso y uso de la base de Manta se determinó que el “único y exclusivo propósito es llevar adelante operaciones aéreas de detección, monitoreo, rastreo y control de actividades ilegales del tráfico aéreo de narcóticos”.  Este objetivo, sin embargo, ha sido alterado y ampliado arbitrariamente por Estados Unidos en función de lo que considera amenazas a su seguridad, tales como la lucha contra-insurgente y contra el terrorismo o el control de la inmigración ilegal, sin que los gobiernos ecuatorianos presididos por Ricardo Noboa, Lucio Gutiérrez y Alfredo Palacio hayan presentado observación o reclamación alguna.

 

Desde que comenzó a operar la base de Manta analistas de izquierda señalaron que hasta 1998 Ecuador se mantenía neutral respecto al conflicto armado colombiano pero que eso cambió desde que los norteamericanos llegaron a la base de Manta (3)

 

Posteriormente, organizaciones de la sociedad civil han reafirmado esta tesis: “Después de seis años de actividades de la Base de Manta se ha comprobado que las actividades de los militares estadounidenses están encaminadas al control migratorio y apoyo logístico a la guerra contra-insurgente de Colombia, proporcionando información en tiempo real, sobre los desplazamientos de las fuerzas guerrilleras que operan en ese país” (4).

 

A confesión de parte…

 

La utilización de la base de Manta para el Plan Colombia se puso en evidencia con las propias confesiones que le hizo el jefe estadounidense del FOL de Manta, Javier Delucca, al periodista Juan Carlos Calderón del diario El Expreso, en las que afirmó: “Manta es muy importante dentro del Plan Colombia.  Estamos muy bien ubicados para operar en esta área.  Pero debo aclarar que nosotros, en Manta, solo somos un apoyo a las misiones que se deciden en Key West (Florida), que es donde se toman las decisiones estratégicas” (Expreso 16-08-2006).  Otras informaciones de prensa señalan que militares colombianos ingresan a la base de Manta y participan en los vuelos que realizan los militares estadounidenses. 

 

Las declaraciones de Delucca provocaron una protesta formal del Ministerio de Relaciones Exteriores ecuatoriano que fue entregada a la Embajada de Estados Unidos en Quito en la que se afirma que el “Ecuador no acepta este tipo de vinculación de la base de Manta y el Plan Colombia”. 

 

Pese a que varios gobiernos ecuatorianos, luego de la firma de los acuerdos de paz con el Perú en 1998, han priorizado la vigilancia de la frontera con Colombia, destinando para ello más de 7.000 efectivos, las fuerzas progresistas han presionado en forma permanente para que el país no se involucre en el conflicto armado colombiano.  Las organizaciones sociales sostienen que se debe resolver el conflicto interno de Colombia mediante una solución pacífica negociada. 

 

Además del apoyo al Plan Colombia, el FOL de Manta también habría suministrado respaldo de inteligencia al intento de golpe de Estado contra el presidente venezolano Hugo Chávez llevado a cabo el 12 de abril de 2002 (5).

 

Con relación a la injerencia en las actividades anti-migrantes, estas se iniciaron con un programa de “persecución satelital de embarcaciones con migrantes ecuatorianos en camino hacia el norte” (6).  Desde 2001 hasta junio de 2005 se habrían realizado 45 abordajes ilegales a barcos que llevaban migrantes o estaban en faenas de pesca hundiendo o causando destrozos al menos en 8 embarcaciones ecuatorianas, según señalan organismos de derechos humanos. 

 

Mercenarios

 

Otro asunto que ha dado que hablar es la presencia en Manta de la cuestionada empresa de seguridad DynCorp, que trabaja casi exclusivamente para el gobierno de Estados Unidos “ofreciendo como bienes control social y represión”.  La Dyncorp está presente en áreas de conflicto como Irak, Afganistán, Colombia, etc. y anteriormente estuvo en Vietnam, Bosnia, Kosovo.  Varios de sus empleados han sido acusados de tráfico de drogas y de mujeres, abuso sexual de niños, etc. (7).  En Manta, la información oficial asegura que la DynCorp presta servicios de limpieza y jardinería a la base, sin embargo en Colombia, sus tareas son diferentes: allí participa en las aspersiones de los cultivos de coca contando para ello con 88 helicópteros y avionetas del gobierno de Estados Unidos.  Para las aspersiones, esta transnacional emplea el pesticida Round-Up de la transnacional Monsanto –al que le ha añadido el llamado Cosmo Flux 411 para volverlo 100 veces más mortífero- que es esparcido en varios departamentos colombianos –incluidos los parques nacionales- y en la zona fronteriza colombo-ecuatoriana provocando graves daños a la salud humana y al medio ambiente.

 

El Estado ecuatoriano hasta ahora no ha demandado a esta transnacional que en Manta dice que hace tareas inofensivas y que en la zona fronteriza provoca enfermedad y destrucción, afectando a más de 10.000 campesinos.  Tampoco los jueces ecuatorianos han profundizado en la investigación de un empleado de la DynCorp, el bombero estadounidense Jeffrey Shippy, quien a través de la empresa sin registro legal EPI & Security se dedicó, en 2005, a reclutar a mercenarios colombianos y ecuatorianos para la guerra de ocupación de Irak, a quienes ofrecía jugosos sueldos y otros beneficios.  Jeffrey Shippy escapó y el caso pasó al olvido.

 

Se acerca la fecha clave

 

En el sitio Web de la Embajada de Estados Unidos en Quito, se señala que la “presencia del FOL en Manta ha traído un cambio positivo a la economía local desde que se iniciaron los trabajos de reconstrucción de la pista del aeropuerto con una inversión de 67 millones”.  Además se agrega que el FOL opera con un presupuesto anual de 7 millones de dólares que en su mayor parte se inyecta a la economía local (8).

 

Los campesinos, los pescadores, algunas autoridades provinciales, las organizaciones de la sociedad civil tienen una visión diferente.  Veamos algunas de las críticas que desde estos sectores se hace respecto a la presencia estadounidense en la base de Manta:

 

- El crecimiento y desarrollo que ha experimentado la ciudad de Manta de 250.000 habitantes en los últimos años no se debe a la presencia del FOL de Estados Unidos sino a otros factores relacionados con el turismo, el comercio, la pesca y los recursos entregados por el seguro del avión carguero Million Air accidentado en 1996.   La inyección de recursos es mínima pues la mayoría de insumos para el personal estadounidense son importados sin impuestos de Estados Unidos.

 

- Los pocos beneficiados son algunos bares, cantinas, centros nocturnos y hoteles, muchos de los cuales son de propiedad de norteamericanos ex miembros de la DynCorp.

 

- Desde que se instaló el FOL se ha incrementado el costo de la vida, la prostitución y la explotación sexual de niñas y jóvenes. 

 

- Unas 24.000 hectáreas se han adjudicado para el funcionamiento de la Base Naval expulsando a los campesinos y despojándolos de sus medios de vida.  La militarización del puerto impide el normal desarrollo de las actividades de los pequeños pescadores. 

 

Por estas y otras razones referidas a la defensa de la soberanía, en el país ha tomado cada vez más fuerza la tesis de que el Convenio de la Base de Manta no debe ser renovado.  El Presidente Rafael Correa se ha hecho eco de esta demanda nacional, pero para poder cumplirla deberá resistir a las presiones –que indudablemente las habrá- y notificar al Gobierno de Estados Unidos la voluntad del Ecuador de darlo por terminado máximo hasta septiembre de 2008, considerando que la denuncia surtirá efecto “un año después de la fecha de notificación”, según el Convenio. 

 

Notas

 

(1) Chris Kraul (15-1-2007) Both fighter and front in the drug war, it chafes at U.S.  presence on its soil, Los Angeles Times http://www.latimes.com/news/nationworld/world/la-fg-colombador15jan15,0,1889384.story?coll=la-home-headlines

 

(2) Los organismos presentes en Ecuador son: la Agregaduría de Defensa, la Agencia de Control y Fiscalización de Drogas (DEA), el Grupo Consultivo y de Ayuda Militar (MAAG), el Departamento de Seguridad Interna (DHS) y la Agencia Nacional de Seguridad (NAS).  El Comercio 30-3-2007

 

(3) Lucas Kintto, (2000) Plan Colombia La Paz Armada, Quito, Planeta. 

 

(4) INREDH, SERPAJ, Coalición No Bases Ecuador (agosto 2006), Informe para el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Mercenarios, Quito.

 (5) Ronchen Theo (2004) “La lucha contra las drogas y la proyección militar de Estados Unidos”, Quito, Abya Yala, Acción Andina Bolivia, Trasnacional Institute. 

 

(6) Ibid

 

(7) Drüssel Dieter, (2005 ) DynCorp: Una empresa privadas de la violencia, en El negocio de la Guerra, Tafalla , editorial Txalaparta S L

 

(8) Puesto de Operaciones Avanzadas (FOL) – Manta, Hoja Informativa - 7 de junio del 2006 http://www.usembassy.org.ec/Espanol/DrugsSP.htm

 

Publicado en América Latina en Movimiento  (ALAI) Nº 416-417, 30-01-2007

https://www.alainet.org/fr/node/119646

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