En el Plan Económico presentado el día de ayer por el Presidente Correa para el período 2007 - 2011, se prevé fomentar los cultivos de palma y de caña para la producción de etanol y biodiesel. El Plan prevé incrementar a 50.000 Ha cada uno de estos cultivos.

Nos preguntamos, dónde se van a asentar estos cultivos, y a que sector de la sociedad van a servir.

Esta propuesta constituye una nueva ocupación del territorio de zonas tradicionalmente han estado ocupadas por poblaciones locales, y que usan el suelo en la producción de alimentos y para mantener su soberanía alimentaria y la soberanía alimentaría de los ecuatorianos. Esta es una propuesta colonialista, pues utiliza territorios de poblaciones marginadas de la Nación, para alimentar la parque automotor de los sectores opulentos del país.

Es posible que estas plantaciones se asentarán en ecosistemas naturales, vitales para mantener el equilibrio ecológico local y global, lo que significará la desaparición de nuestra biodiversidad, un incremento en el uso de agroquímicos y grandes impactos a nivel de pequeños productores; incrementándose la deuda ecológica y social. Al momento las plantaciones de palma están sustituyendo a los últimos bosques del Norte de Esmeraldas, después de haber arrasado con otros ecosistemas naturales del Ecuador.

Estamos pues frente a una propuesta que privilegia alimentar a los automóviles, en un país en el que la gente padece hambre.

Se argumenta que los biocombustibles deben ser usados para frenar el cambio climático. Pero la solución al problema del cambio climático, generado por los países del Norte o por las elites del Ecuador, no puede pasar por la creación de nuevos problemas en el agro ecuatoriano o en la destrucción de nuestros ecosistemas.

Lejos de caminar hacia la sustentabilidad y la soberanía alimentaria, nos hará aun más dependientes de un modelo agrícola importado, que en este caso está siendo promovido mucha agresividad por George Bush y el Presidente Lula da Silva. Es importante que se identifique los sectores de poder que están atrás del nuevo negocio de los biocombustibles tanto en Estados Unidos como en Brasil, pues serán los mismos sectores que al final del día se beneficiarán también de los biocombustibles producidos en el Ecuador.

Es importante mencionar, que los ciudadanos de estos dos países han visto con mucha preocupación el nuevo boom de los biocombustibles. No es una secreto que el precio del maíz ha subido no sólo en Estados Unidos, sino en todos los países que se han hecho dependiente de sus exportaciones (por ejemplo México, donde se vivió un acelerado incremento en el precio de las tortillas de maíz), y que las propuestas de la ocupación del territorio brasileño por la expansión de caña y soya son cada día mayores.

Hacemos un llamado al Gobierno del Presidente Correa, que haga una apuesta por la soberanía alimentaria de todos los ecuatorianos, y revise su política de biocombustibles.