Una autoridad académica, científica, política y para mayor comprensión, médico de profesión, lo había manifestado muy de mañana: "Una democracia es laica o no es democracia". Así se había expresado ante el Senado de la República el doctor Juan Ramón de la fuente, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, en referencia a indebida intervención clerical sobre la despenalización del aborto, que al fin quedó aprobada por la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

En efecto, es ya legal en la capital de la República la interrupción del embarazo hasta la semana 12, así lo aprobó una inmensa mayoría, las dos terceras partes de legislativo local, 46 votos a favor del dictamen cuarenta, 19 en contra y una abstención, y todo se dio dentro de un ambiente desproporcionado de asalto a las conciencias propiciado por el clero y la derecha más oscurantista, de ahí la importancia de la laicidad que ponderó oportunamente el rector de la Fuente

La jornada o las jornadas fueron arduas, cinco meses de análisis, donde el que quiso intervino en la polémica. Algunas de altura pero otras francamente de chantaje moral por parte de la ultraderecha, de obispos y arzobispos y hasta del Papa Benedicto XVI, quien se olvidó de su investidura de jefe de Estado, para entrometerse en asuntos legales de la incumbencia sólo de los mexicanos.

Una declaración bellísima sobre la despenalización del aborto y la eutanasia, temas dominantes en México por la audacia de los legisladores capitalinos, fue la del escritor y filósofo, Fernando Savater, cuando respondió a preguntas de los alumnos de la UNAM, que lo escuchaban con especial atención en una conferencia a que la tuvieron la satisfacción de asistir.

Savater dijo: “La vida no es un fenómeno biológico, sino simbólico”, y abundó, no creo que haya entusiastas partidarios de estas acciones, son situaciones extremas, sin embargo creo que debe existir la posibilidad de que una persona decida cuando la vida tiene sentido y produce satisfacción. No somos esclavos ni reos de la vida, somos sujetos.

Sabemos, continuó, que hay situaciones en que es peor traer al mundo a un niño indeseado, entonces no se le puede condenar a una persona, porque de otra manera ese nacimiento se convertiría en una desgracia para quien nace y para quienes están involucrados. Hay momentos en que la vida sólo ofrece dolores o limitaciones. Algunos dicen que respetan la vida. Por eso, por respeto a la vida, no se debe llamarse vida a lo que no es, y concluyó: “La vida en un ser humano no es un fenómeno biológico, sino simbólico, mantener a alguien obligatoriamente vivo no es mantenerlo humanamente vivo”

La votación que obliga además al Gobierno del Distrito Federal a otorgar servicios de consejería médica y social gratuita en materia de atención a la salud sexual y reproductiva y le da 60 días para cumplir, se comportó de la siguiente manera: los 46 votos a favor fueron de los partidos de la Revolución Democrática, de Nueva Alianza, del Revolucionarios Institucional y Coalición Socialdemócrata; lo 19 en contra correspondieron a Acción Nacional y Verde Ecologista de México

Se ha ganado en primera instancia esta lucha por la salud pública y en particular por las mujeres, sin embargo, falta mucho por hacer y mucho por enfrentar. En respuesta a las presiones de esa derecha y de ese clero lapidario, ya se anuncia que la Presidencia de la República y su dependencia, la Procuraduría General de la República estudian la posibilidad de presentar una controversia Constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Aunque sabemos como se las ha gasta, en algunos casos, la “La Suprema”, esperemos que haga honor a su investidura y que recuerden siempre los ministros que la integran: "Una democracia es laica o no es democracia", así mismo: “La vida en un ser humano no es un fenómeno biológico, sino simbólico”.

- Teodoro Rentería Arróyave es periodista y escritor mexicano, vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas, FELAP.
www.ciap-felap.org
www.fapermex.com