Se realizó en Venezuela la quinta cumbre del ALBA

01/05/2007
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La propuesta de integración regional de Chávez y Fidel sigue ganando aliados

En diciembre de 2004 Cuba y Venezuela firmaron el manifiesto limitar de la Alternativa Bolivariana de las Américas, como alternativa al ALCA de George Bush. Ya sumaron a Bolivia y Nicaragua, con Haití y Ecuador en pronta lista de espera.

Fidel Castro y Hugo Chávez tienen muchas cosas en común, que el mal vecino del Norte subraya con el ánimo de aislar a uno y otro. ¿Cómo le va a Washington en su estrategia anticastrista y antichavista? Decididamente mal, si uno se atiene a parámetros objetivos como la evolución del ALBA.

Hace tres años, los dos líderes antiimperialistas firmaron en La Habana, en cierta soledad, los acuerdos fundacionales de esa alternativa nacida como una respuesta al proyecto hegemónico del ALCA auspiciado por la Casa Blanca.

A diferencia de tantas otras “cumbres” de presidentes, el encuentro habanero combinó proyectos generales con iniciativas concretas, poniendo en marcha planes apuntados al bienestar de la gente.

Por entonces los dos países tenían un sistema de colaboración: venta de petróleo venezolano a Cuba, a precios disminuidos; asistencia cubana a los planes alfabetizadores y sanitarios venezolanos, etc.

Una de las mejores experiencias de solidaridad fue la “Operación Milagro” –como se la bautizó posteriormente- mediante la cual los médicos cubanos operaron de la vista a niños del país de Simón Bolívar.

De allí que la naciente ALBA proclamó en junio de 2005 el objetivo de operar a centenares de miles de latinoamericanos pobres. Al momento ya son más de medio millón de personas que se operó de cataratas y volvió a ver, sin pagar un centavo. Demás está decir que ese medio millón de personas, más sus familias, se convirtieron en activos defensores de Fidel y Chávez, si es que no lo eran antes. No fueron captados con un discurso ideológico sino que vieron en la práctica la sensibilidad social de la revolución cubana y el proceso bolivariano. Ahora llegará la ideología sobre un terreno abonado por la vida.

Mientras el proyecto solidario echó a andar, su gran antagonista –el ALCA- se deshilachaba y perdía la pulseada política en Mar del Plata. Fue durante la IV Cumbre de las Américas, cuando Bush fue repudiado por multitudes y su libreto tuvo la resistencia de los gobiernos de Venezuela y del Mercosur. Apenas el decadente Vicente Fox, de México, y el paramilitar Alvaro Uribe, de Colombia, lo apoyaron como devotos del “libre comercio”.

Ante más de 35.000 personas que lo ovacionaban en el estadio Olímpico de esa ciudad, Chávez proclamó que el ALCA estaba sepultado. A su lado aplaudía Evo Morales, que aún no era el presidente de Bolivia. Claro que siempre es más fácil oponerse a algo que construir algo superador. Faltaba esa prueba y el ALBA dio algunos pasos adelante.

Cita en Barquisimeto

En la ciudad de Barquisimeto, a menos de 400 kilómetros al oeste de Caracas, se citaron el último fin de semana de abril los representantes de la alternativa bolivariana. Chávez era el anfitrión, vestido de rojo rojito como casi todos sus colaboradores. Su gran compañero Fidel Castro no compareció porque como se sabe, está recuperándose de la operación intestinal.

Sin embargo, el dueño de casa aseguró a la prensa que “Fidel es el gran timonel del ALBA”, una expresión de claras reminiscencias maoístas. Era un homenaje ajustado a verdad porque sin negar los enormes méritos de Chávez fue el presidente cubano el estratega de esta integración regional. Castro debe haber soñado noche y día con algo así para romper el bloqueo de la mayor de las Antillas y poder colaborar con el desarrollo de las naciones vecinas, sueño que al menos parcialmente empieza a tomar cuerpo.

Dicho sea de paso, qué gran frustración para Bush. Reforzó el bloqueo contra Cuba y termina su segundo mandato asistiendo impotente al parto de un bloque sudamericano y caribeño que contando a sus cuatro miembros más Ecuador –uno de los candidatos firmes a ingresar en el corto plazo- tiene 67 millones de personas y una superficie de 2.535.000 kilómetros cuadrados.

En reemplazo de Castro estuvo el vicepresidente cubano Carlos Lage y el canciller Felipe Pérez Roque, junto con Morales (Bolivia), Daniel Ortega (Nicaragüa) y René Préval (Haití). Ellos fueron acompañados en la reunión del fin de semana por los primeros ministros Denzil Douglas (San Vicente y Granadinas) y Roosevelt Skerrit (Dominica) y el canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa. Esta manifestó que se estaba ante “un programa integracionista que demuestra la existencia de alternativas y la posibilidad de un comercio justo y la equidad”. La enviada especial de Quito ratificaba así la disposición del presidente Rafael Correa para sumarse a este espacio político y comercial.

Quiere decir que el ALBA se está desarrollando. Se da por descontado que además de Correa plasmará su ingreso Préval, del pauperizado Haití al que la reunión destinó una parte de las deliberaciones y adoptó una serie de acuerdos para ayudarlo

Ya desde el año pasado Caracas entrega a Puerto Príncipe diesel y gasolina para la generación de electricidad y el funcionamiento de los centros asistenciales de la salud. Además Chávez autorizó la creación de un fondo humanitario de 20 millones de dólares entre el Banco de Desarrollo (Bandes) y el Ministerio de las Relaciones Exteriores, para desarrollar programas de cooperación en Haití.

Desde este “piso” solidario, partirá la colaboración del pacto bolivariano con la primera república independiente de Latinoamérica surgida de la insurrección de los esclavos negros contra el dominio napoleónico.

La unidad por abajo

A nivel de presidentes, la V Cumbre del ALBA sirvió entre otras cosas para firmar ocho acuerdos políticos, económicos, comerciales, culturales, etc.

En lo político se ratificó el contenido integrador y liberador de la Alternativa en expansión. Para diferenciarse del ALCA y la firma de Tratados de Libre Comercio con la superpotencia, el mandatario anfitrión precisó que a él y sus colegas los une “un proyecto político, de ideas políticas, aunque no encerrado en patrones ideológicos, sino abierto, antineoliberal y antiimperialista”.

Siempre en el plano político, no podía faltar el reclamo a Washington de extraditar al terrorista Luis Posada Carriles, recientemente liberado en Texas, pese al pedido venezolano de juzgarlo por el crimen de Barbados (73 muertos).

En el terreno educativo resaltó la decisión de terminar con el analfabetismo en un plazo máximo de tres años dentro de los países que componen el ámbito geográfico del ALBA. Lo harán sobre la base de la utilización del método alfabetizador cubano conocido como “Yo sí puedo”, utilizado con mucho éxito en Venezuela y Bolivia.

En lo comercial se destacó la oferta de los dueños de casa de financiar hasta la mitad de la factura de provisión petrolera y gasífera a los países miembros del acuerdo integrador. Además Caracas aportará a un fondo ALBA con unos cuantos millones de dólares (será “lo más pesado que podamos”, según Chávez) para “proyectos agrícolas, producción de alimentos y apoyo a la pequeña y mediana industria”.

Se habló de lanzar una televisión comunitaria (ALBA TV), de crear casas del ALBA de cultura en cada país, de reformular y ampliar la cobertura de Telesur y varias otras iniciativas culturales interesantes, de género, de rescate las culturas afro descendientes y de los pueblos originarios.

Chávez pidió a Evo Morales que pronunciara en aymará la frase dicha al morir por el héroe de la resistencia indígena contra los españoles, Tupac Katari: “hoy muero, pero volveré hecho millones”.

La perspectiva de esa resurrección latinoamericana no sólo se asienta en la existencia de gobiernos progresistas en el buen sentido de la palabra surgidos en los últimos años. Tampoco se la puede separar de los intentos de dominación estadounidense, que grotescos y brutales tuvieron por reacción una respuesta política de signo contrario al ALCA.

La profecía de Tupac Katari se apoya, finalmente, en el hecho de que esos gobernantes tienen una base social que los apoya y empuja hacia delante. Varios de los acuerdos consensuados en Barquisimeto tuvieron el auspicio o el apoyo posterior de organizaciones sociales, culturales y políticas de muchos países, que deliberaron como Reunión Social del ALBA en la localidad de Tintorero. Hacia allá fueron los presidentes, vicepresidentes, primeros ministros y cancilleres encabezados por Chávez, para informar de lo tratado y convocar a una nueva cumbre del ALBA para noviembre en Cochabamba.
 

https://www.alainet.org/fr/node/120825
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