Contra la comunicación en pocas manos
El PT apoya a Chávez en la cuestión RCTV
05/06/2007
- Opinión
El partido que sustenta a Lula hizo pública su adhesión a la acción venezolana. También rechazó a las grandes empresas que “usan las concesiones públicas para defender los intereses privados de una minoría".
El brasileño Partido de los Trabajadores (PT) manifestó su apoyo a la decisión del presidente de Venezuela, Hugo Chávez de no renovar la concesión de la televisión privada Radio Caracas Televisión (RCTV). “Se trata de un país libre, con un presidente elegido por el voto popular en elecciones libres; la medida que obligó a RCTV a salir del aire siguió todos los trámites previstos por la legislación", sostiene una nota divulgada ayer por el PT, a través de su Secretaría de Relaciones Institucionales (SRI).
Además, la misiva fundamenta que “RCTV se implicó abiertamente con el fracasado golpe de Estado contra el gobierno Chávez (en 2002), lo cual en cualquier país del mundo justificaría el cuestionamiento de la concesión pública a una red de televisión".
La SRI es quizá una de las oficinas más políticas del partido, y muchas veces dice lo que pocos en el Gobierno quieren oir, inclusive ha llegado a contradecir a su líder fundador y presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva. En esta ocasión también reiteró su oposición “al monopolio de la comunicación por parte de grandes empresas, que usan las concesiones públicas para defender los intereses privados de una minoría".
La SRI está a cargo del ex presidente de los camisas vermelhas – el PT- Valter Pomar, quien suele publicar artículos que son la expresión de la fuerza sobre los temas más candentes de la agenda latinoamericana. Por ejemplo, mientras el presidente estadounidense George W. Bush recorría Brasil para mostrar los presuntos beneficios del agrocombustible-etanol, Pomar advertía de la presencia del “terrorista número uno del planeta”.
Según lo explicado por el PT al momento de difundir el texto, el objetivo del mismo es sentar posición sobre una acontecimiento que todavía mantiene repercusión internacional y que ha generado alarma en Estados Unidos y Europa porque se trata de una acción no compatible con el sistema mundial de medios de comunicación, donde la iniciativa privada prevalece por encima de la estatal.
Pero, a pesar de ese descontento y de la campaña difamatoria contra Chávez que lanzaron los directivos de RCTV, la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA) debieron admitir que la disposición oficial venezolana, que se hizo efectiva el 27 de mayo, se ajusta tanto al derecho local como a las normas internacionales sobre la cuestión.
En tanto esta manifestación pública del PT tiene lugar cuando aún permanece cierto resquemor entre Brasilia y Caracas por el cruce verbal entre sendos mandatarios alrededor del caso RCTV. La semana pasada, Chávez acusó a los senadores brasileños de "repetir como loros lo que dicen en Washington", por haberle pedido que revise su decisión, y en contrapartida Lula repudió esas declaraciones.
Asimismo, Lula no se quedó en el plano de las declaraciones y determinó que el embajador venezolano en Brasil, Julio García Montoya, fuese convocado para prestar las "indispensables explicaciones".
A esto, el vicepresidente de Brasil José Alencar no fue menos duro: "compete al presidente de Venezuela cuidar de Venezuela. Nosotros respetamos el principio de la autodeterminación, de la no intervención. Ahora, nosotros tenemos que defender aquello que fue dicho por el Senado". Alencar habló en calidad de plenipotenciario porque ejerce la presidencia temporalmente por el viaje de Lula da Silva a países de Asia y Europa.
En ese marco, fue Celso Amorim, el canciller de la nación luso parlante, quien comenzó a desandar el camino del conflicto. El funcionario, que de los miembros del Gabinete es el más cercano a Lula, declaró ayer en Londres que aspira a que las relaciones con Venezuela "vuelvan a la normalidad", y acto seguido dijo que para eso hará falta "contención de todos".
Pero las palabras conciliatorias de Amorim no sirvieron para disciplinar al presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros, quien volvió a cargar contra el mandamás venezolano. El parlamentario señaló de manera intempestiva que "la defensa de la democracia no tiene fronteras". Para Calheiros, "el jefe de Estado de Venezuela tiene que saber convivir con las posiciones políticas de Brasil”.
AsÍ, el sanador buscó atizar el fuego del conflicto para que prenda más allá de los límites de su conato. Este sería el segundo dolor de cabeza que Calheiros le ocasiona al poder Ejecutivo de su país. El mes pasado fue protagonista de una incipiente crisis política cuando la revista Veja afirmó que una empresa constructora le pagaba a Calheiros el alquiler de un departamento y la pensión para una hija de tres años que éste habría tenido con una periodista.
Calheiros es uno de los principales referentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la leyenda que posee las primeras minorías en la Cámara de Diputados y en el Senado. Debido a tamaña potencia legislativa, el PMDB fue convocado por Lula Da Silva para formar un gobierno de coalición –al cual luego sumaron casi quince partidos- allá por febrero, cuando estrenaba su reelección.
Además, Calheiros es considerado el padrino político de Silas Rondeau, quien la semana pasada renunció al ministerio de Minas y Energía después de ser acusado por la Policía Federal de recibir coimas por parte de una empresa contratista de obras públicas.
El brasileño Partido de los Trabajadores (PT) manifestó su apoyo a la decisión del presidente de Venezuela, Hugo Chávez de no renovar la concesión de la televisión privada Radio Caracas Televisión (RCTV). “Se trata de un país libre, con un presidente elegido por el voto popular en elecciones libres; la medida que obligó a RCTV a salir del aire siguió todos los trámites previstos por la legislación", sostiene una nota divulgada ayer por el PT, a través de su Secretaría de Relaciones Institucionales (SRI).
Además, la misiva fundamenta que “RCTV se implicó abiertamente con el fracasado golpe de Estado contra el gobierno Chávez (en 2002), lo cual en cualquier país del mundo justificaría el cuestionamiento de la concesión pública a una red de televisión".
La SRI es quizá una de las oficinas más políticas del partido, y muchas veces dice lo que pocos en el Gobierno quieren oir, inclusive ha llegado a contradecir a su líder fundador y presidente de Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva. En esta ocasión también reiteró su oposición “al monopolio de la comunicación por parte de grandes empresas, que usan las concesiones públicas para defender los intereses privados de una minoría".
La SRI está a cargo del ex presidente de los camisas vermelhas – el PT- Valter Pomar, quien suele publicar artículos que son la expresión de la fuerza sobre los temas más candentes de la agenda latinoamericana. Por ejemplo, mientras el presidente estadounidense George W. Bush recorría Brasil para mostrar los presuntos beneficios del agrocombustible-etanol, Pomar advertía de la presencia del “terrorista número uno del planeta”.
Según lo explicado por el PT al momento de difundir el texto, el objetivo del mismo es sentar posición sobre una acontecimiento que todavía mantiene repercusión internacional y que ha generado alarma en Estados Unidos y Europa porque se trata de una acción no compatible con el sistema mundial de medios de comunicación, donde la iniciativa privada prevalece por encima de la estatal.
Pero, a pesar de ese descontento y de la campaña difamatoria contra Chávez que lanzaron los directivos de RCTV, la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA) debieron admitir que la disposición oficial venezolana, que se hizo efectiva el 27 de mayo, se ajusta tanto al derecho local como a las normas internacionales sobre la cuestión.
En tanto esta manifestación pública del PT tiene lugar cuando aún permanece cierto resquemor entre Brasilia y Caracas por el cruce verbal entre sendos mandatarios alrededor del caso RCTV. La semana pasada, Chávez acusó a los senadores brasileños de "repetir como loros lo que dicen en Washington", por haberle pedido que revise su decisión, y en contrapartida Lula repudió esas declaraciones.
Asimismo, Lula no se quedó en el plano de las declaraciones y determinó que el embajador venezolano en Brasil, Julio García Montoya, fuese convocado para prestar las "indispensables explicaciones".
A esto, el vicepresidente de Brasil José Alencar no fue menos duro: "compete al presidente de Venezuela cuidar de Venezuela. Nosotros respetamos el principio de la autodeterminación, de la no intervención. Ahora, nosotros tenemos que defender aquello que fue dicho por el Senado". Alencar habló en calidad de plenipotenciario porque ejerce la presidencia temporalmente por el viaje de Lula da Silva a países de Asia y Europa.
En ese marco, fue Celso Amorim, el canciller de la nación luso parlante, quien comenzó a desandar el camino del conflicto. El funcionario, que de los miembros del Gabinete es el más cercano a Lula, declaró ayer en Londres que aspira a que las relaciones con Venezuela "vuelvan a la normalidad", y acto seguido dijo que para eso hará falta "contención de todos".
Pero las palabras conciliatorias de Amorim no sirvieron para disciplinar al presidente del Senado brasileño, Renan Calheiros, quien volvió a cargar contra el mandamás venezolano. El parlamentario señaló de manera intempestiva que "la defensa de la democracia no tiene fronteras". Para Calheiros, "el jefe de Estado de Venezuela tiene que saber convivir con las posiciones políticas de Brasil”.
AsÍ, el sanador buscó atizar el fuego del conflicto para que prenda más allá de los límites de su conato. Este sería el segundo dolor de cabeza que Calheiros le ocasiona al poder Ejecutivo de su país. El mes pasado fue protagonista de una incipiente crisis política cuando la revista Veja afirmó que una empresa constructora le pagaba a Calheiros el alquiler de un departamento y la pensión para una hija de tres años que éste habría tenido con una periodista.
Calheiros es uno de los principales referentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), la leyenda que posee las primeras minorías en la Cámara de Diputados y en el Senado. Debido a tamaña potencia legislativa, el PMDB fue convocado por Lula Da Silva para formar un gobierno de coalición –al cual luego sumaron casi quince partidos- allá por febrero, cuando estrenaba su reelección.
Además, Calheiros es considerado el padrino político de Silas Rondeau, quien la semana pasada renunció al ministerio de Minas y Energía después de ser acusado por la Policía Federal de recibir coimas por parte de una empresa contratista de obras públicas.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
http://www.prensamercosur.com.ar
https://www.alainet.org/fr/node/121572?language=en
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