Ben Laden ayuda a Bush

13/09/2007
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Los ciudadanos estadounidenses que, preocupados por la deriva antidemocrática que han sufrido los derechos humanos y la política nacional en EEUU como consecuencia de la guerra global antiterrorista, hubiesen empezado a advertir con alivio que la opinión pública internacional mostraba cada vez más abiertamente su oposición a tan abusivas prácticas, ya pueden dar por perdida la esperanza. Osama Ben Laden ha venido a echar una mano a Bush con el reciente vídeo difundido por todo el mundo.

No es coincidencia que ese mismo día, el director de la CIA compareciera con dos claros objetivos: asustar un poco más a la población, no sólo a la de EEUU sino a la de todo el mundo, y defender sin crítica interna alguna las actividades de la CIA que, con el objeto de capturar y destruir a los miembros de Al Qaeda, no conocen límites legales ni morales y violan las normas internacionales sobre derechos humanos.

Parece que el comunicado de Ben Laden hubiera sido preparado en el “departamento de propaganda negra” de la CIA. Aunque no contiene ninguna amenaza concreta e inmediata, el recuerdo del 11-S sirve para reavivar los miedos ocultos de los estadounidenses. Desde la alusión a los “19 jóvenes que fueron capaces de cambiar el rumbo” de la vida estadounidense hasta la invitación a “abrazar el Islam”. Todo ello ha permitido al director de la CIA, general Hayden, declarar que Al Qaeda “prepara atentados de gran envergadura contra la nación americana”, atentados que, según él, “causarían enormes daños materiales y tendrían importantes consecuencias económicas”.

Hayden insiste en la conveniencia de seguir utilizando cárceles secretas para confinar a los sospechosos de terrorismo, donde los interrogatorios puedan llevarse a cabo sin restricciones. Afirma que la Agencia actúa siempre dentro de la legalidad “pero en el límite de lo que está permitido por la Ley”. A la vista de lo ocurrido a este respecto desde el 11-S, está claro que, a pesar de sus eufemísticas declaraciones, la tortura sigue estando a la orden del día entre los métodos habituales de la CIA.

Como aviso a los “blandos” europeos, el general Hayden explica que la crítica que en Europa se ha hecho a los vuelos secretos de la CIA y a la existencia de centros ilegales de detención ha sido exagerada. Ya lo saben, pues, los diputados del Parlamento Europeo y los miembros del Consejo de Europa, que en su día se empeñaron en saber la verdad, tras las denuncias de algunos medios de comunicación. Y que mostraron estar doblemente equivocados al apuntar sus sospechas hacia la CIA, que es inocente, por definición y por voluntad de su Director, y al ignorar que sus propios gobiernos cerraban los ojos ante las andanzas de la Agencia por los aeropuertos europeos.

Aunque la cuenta de muertos en Iraq sobrepasa ya con mucho a la suma de todos los que perecieron en las Torres Gemelas, en el Pentágono y en el avión que se estrelló en Pensilvania, y aunque la ruina causada en aquel país supera en muchos órdenes de magnitud a los efectos del 11-S en EEUU, el mito del 11-S volverá a actuar sin remedio. Ben Laden lo sabe. Sabe que el mejor modo de ahogar la democracia e impedir su desarrollo, para que no pueda actuar como un espejo que deslumbre a quienes todavía rigen su vida por los dictados de Alá, es tener asustados a los ciudadanos en los que debe sustentarse todo esfuerzo democrático. Que los propios demócratas vayan poco a poco destruyendo su democracia, limitando sus derechos y libertades, creando un mundo orwelliano donde todos estén vigilados. Donde pedir que se ponga fin a una ocupación injusta de un país extranjero sea tachado de antipatriota. Donde recordar que la tortura es la más vil humillación que un ser humano puede infligir a otro, se considere un acto dirigido a socavar la seguridad nacional.

Osama y los suyos han jugado sus cartas, y el Occidente ha respondido con lo único que sabe hacer Bush: más de lo mismo. En la Casa Blanca, el vídeo de Ben Laden ha debido caer como agua de mayo y quizá les haya sabido a poco. Con un par de ellos más antes de las próximas elecciones, el triunfo del “bushismo” estará asegurado.

- Alberto Piris es General de Artillería en la Reserva

Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
www.solidarios.org.es
https://www.alainet.org/fr/node/123239
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