Amazonía: El turismo comunitario como alternativa

27/11/2007
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Foto: Eduardo Tamayo G.
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Frente a la explotación petrolera, minera y maderera, que están devastando la Amazonía, surgen, como actividades alternativas, el eco turismo y el turismo comunitario, que, manejados adecuadamente, permitirían la conservación de la biodiversidad y la generación de fuentes de trabajo.

En días pasados, un grupo de periodistas tuvimos la oportunidad de visitar la provincia de Morona Santiago y su capital Macas (una ciudad de 20.000 habitantes ubicada al sur oriente del Ecuador, en plena Amazonía). Regada por el río Upano, que baja caudaloso de las estribaciones orientales de los Andes, el valle del mismo nombre ofrece al visitante hermosos paisajes y la posibilidad de acercarse a la riqueza cultural de los pueblos ancestrales (shuar, achuar y macabeo). También se puede disfrutar de una variada gastronomía en la cual el ayanpaco (un tamal de palmito, pescado o pollo, envuelto en hojas de bijao y cocido en leña) es uno de los alimentos más deliciosos.

“A 10 minutos de Macas tenemos bosque primario, es una fortaleza para nosotros mantener esto, es la naturaleza en estado puro, natural. Aquí encontramos árboles de 30, 40 metros de alto y debido a que estos hacen sombra en la parte baja se puede caminar sin ningún problema”, dice Leonardo Salgado, un guía de deportes extremos.

En esta provincia amazónica hay más de 60 cuevas naturales formadas a través de milenios por el taladrar incesante de los ríos y riachuelos. Descender a una de ellas - como lo hicimos en la cueva de San Juan de los Tayos- es una experiencia reconfortante. Luego de caminar por un bosque húmedo por el lapso de una hora, bajamos por una pendiente de unos 70 metros y de pronto descendemos por una rendija de un metro de ancho que conduce a una oscura cueva habitada únicamente por murciélagos y otras aves. Unos metros más arriba, hay una impresionante cascada. Llegar y salir de la cueva representa sin duda un esfuerzo que se ve compensado por las vivencias únicas e irrepetibles.

“El problema que tenemos en la provincia de Morona Santiago es la falta de vías de primer orden, la gente no puede llegar acá fácilmente con sus autos”, dice Marcelo Dávalos, directivo de la Cámara de Turismo de la provincia. Tras treinta y cinco años de explotación petrolera, los beneficios no han llegado por estos lares y sus habitantes sufren los efectos de la incomunicación: no solo hace falta asfaltar algunos tramos de las carreteras que unen a Macas con el resto de la Amazonía y la Sierra sino que llegar por vía aérea no es tan fácil pues todo depende de las condiciones climáticas. Hay un vuelo diario desde Quito a Macas, pero cuando llueve y está nublado los aviones no pueden aterrizar.

Pero en Morona Santiago hay otros temas que preocupan a sus pobladores y que están relacionados con la actividad minera y petrolera. La transnacional canadiense Corriente Resources, que actúa por medio de la empresa Ecuacorriente, tiene una concesión de 60.000 hectáreas en la Cordillera del Cóndor (provincias de Morona y Zamora Chinchipe) y pretende extraer cobre, oro, plata, zinc y otros metales. Este megaproyecto de minería a cielo abierto sería un atentado contra una de las zonas de mayor biodiversidad del planeta, siendo afectado el territorio del pueblo shuar.

Por su parte, la transnacional estadounidense Burlington Resources Ecuador Incorporated pretende explotar petróleo y gas natural en el bloque 24. Las organizaciones shuar y mestizas han venido resistiendo desde hace varios años a los proyectos mineros y petroleros puesto que a más de dividir a las comunidades destruirían la biodiversidad y contaminarían los ríos. Frente a ello, han demandado al Estado que declare a estas dos provincias como ecológicas y turísticas y realice inversiones eco-turísticas para mejorar las condiciones de vida de la población.

El Ministerio de Turismo ha diseñado un plan denominado PLANDETUR 2020 con el que se “pretende buscar alianzas estratégicas con el Ministerio del Ambiente y con los gobiernos seccionales para tratar de fortalecer la actividades turística como tal y dejar de lado las actividades extractivas, tratar de mitigar los grandes impactos que hoy se tiene y darle alternativas a la sociedad de cómo mejorar la vida de sus familias”, señala María Victoria Reyes, gerente de la región amazónica de esta entidad estatal.

En función de este proyecto, la inversión del Ministerio de Turismo en la región amazónica ha aumentado su presupuesto de 180.000 dólares en el 2006 a 500.000 en el 2007 y para el 2008 está prevista una inversión de cerca de 2 millones de dólares, lo que “permitirá seguir fortaleciendo a la institución, y proyectar una imagen positiva hacia nuestros socios estratégicos para emprender acciones de sostenibilidad”, agrega Reyes.

Una de las líneas del Ministerio de Turismo es fortalecer el turismo comunitario, es decir aquel en el que la comunidad participa por decisión mayoritaria, hay una distribución equitativa de los beneficios generados y se establece una relación intercultural entre visitantes y comunidades “garantizando el manejo adecuado de los recursos naturales, la valoración de los patrimonios, los derechos culturales y territoriales de las nacionalidades y pueblos”. (1)

Con este propósito, el Ministerio de Turismo ha firmado un convenio con la Federación Plurinacional  de Turismo Comunitario del Ecuador, una organización nacida en el 2002 y que agrupa a unas 60 iniciativas de turismo comunitario de los pueblos y nacionalidades asentadas en las tres regiones continentales del Ecuador. En la Amazonía hay 15 iniciativas comunitarias, destacándose, en la provincia de Napo, la Corporación de Turismo Comunitario del Ecuador, donde “los recursos que ingresan a través del turismo son distribuidos para el sector de salud, de educación y un porcentaje directamente a las familias que brindan los servicios de alojamiento, transporte y alimentación”.

Con los procesos de colonización, explotación petrolera y minera, etc. se está destruyendo el hábitat natural donde han vivido por miles de años -básicamente de la caza, la pesca, la recolección y la agricultura de subsistencia- los pueblos shuar, achuar, shiwiar, sionas, secoyas, kichuas, huaoranis. Poco a poco se han ido introduciendo relaciones de producción capitalistas que vuelen a muchos indígenas dependientes del mercado y del dinero para su sobrevivencia.

El shamán shuar Juan Bosco Pati expresa: “Yo si siento que el turismo sirve a la gente, porque hoy si es que no hay turismo no hay dinero, toditos, (no importa) de que raza seamos, dependemos del dinero. Ya no hay cacería como antes era, hay muy poca, muy lejos. El dinero nos obliga a cambiar, nosotros tenemos que buscarlo para poder vivir, para poder mantener y darles educación a nuestros hijos, los hijos ya no tienen la misma ideología de más antes, aunque mantenemos la cultura, un técnico ahora tiene que saber manejar Internet”.

Juan Bosco Pati está consciente que el turismo depende de la conservación de la naturaleza: “Las empresas madereras no nos gustan, vienen simplemente a quitar la riqueza de la gente pobre, nosotros no talamos tanto porque queremos preservar, pero vienen las transnacionales de la madera, entran, compran, sacan todo los que les conviene, y van destruyendo la naturaleza y los animalitos como guantas, lechuzas, las aves se escapan, no tienen que comer porque todos los árboles frutales los tumban”.

Así como el turismo puede ser una fuente de oportunidades también puede ser una amenaza para la cohesión social de los pueblos, su cultura, sus territorios ancestrales y la biodiversidad que ellos encierran, advertía ya en el 2005 la Red de Turismo Sostenible de América Latina (REDSUR) en un mensaje al Foro Social Mundial. (2) Concebido solo como negocio, el modelo de turismo que ha sido implantado mayoritariamente en estos tiempos de globalización concentra los beneficios en manos de unos pocos y trae consigo una actitud de irrespeto a las culturas ancestrales, la utilización del cuerpo femenino (como recurso propagandístico o como atracción de turistas que buscan placeres sexuales) e injusticias ambientales derivadas de la venta de la naturaleza y las culturas en tanto productos turísticos.

Los tiempos de cambios que vive el Ecuador son también tiempos de definiciones. La Asamblea Constituyente, que elaborará una nueva Constitución, tiene la potestad de redefinir el modelo de desarrollo y la forma de inserción del Ecuador en el contexto internacional. Abandonar el modelo extractivista –que tanto daño ha causado- y asumir un modelo ecológicamente sustentable y socialmente justo es el gran reto. Y en esta línea, el ecoturismo y el turismo comunitario deberían ser tomados en cuenta como alternativas viables y necesarias.
 

Notas

 


(1) Federación Plurinacional  de Turismo Comunitario del Ecuador
http://www.turismocomunitario.ec/

 


(2) Mensaje de la Red de Turismo Sostenible de América Latina (REDTURS) al Foro Social Mundial de Porto Alegre (Brasil, enero 2005)
http://www.redturs.org

 

https://www.alainet.org/fr/node/124460
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